Terror caníbal

Infumable film patrio con excesivo gusto por las vísceras.

Aunque la idea en sí podía haber dado para mucho, la realidad es que esta película es tremendamente mala. Los diálogos son demasiado estereotipados y forzados. El montaje da la impresión de contar la historia a golpes. Los paisajes son españoles, y no cuela que haya salvajes caníbales entre chaparros, pinos piñoneros y cañaverales. Las escenas gore son demasiado largas (por dios, ¿cuántos hígados y riñones tiene la primera chica que se comen?). Pero lo peor de todo es que los caníbales tienen una cara de llamarse Manolo o Paco...

Parece una película que quiso apuntarse a la moda que creó la impresionante 'Holocausto caníbal' y que fue explotadísima en Italia, llegando a haber incluso una versión de Laura Gemser (''Emanuelle y los últimos caníbales'), pero que no consigue ni de lejos la naturalidad y la veracidad de la película de Ruggero Deodato, que a ratos olvidas que es una película y parece que estuvieras viendo un documental de La 2.

Este engendro sin embargo queda muy lejos de esas películas en todos los aspectos, incluído el erótico-festivo. La única gloria que puede llevarse es la de ser una rareza dentro de la filmografía plana que reinaba en los 80 en España, pero no por eso aconsejaría verla.

Posiblemente la menos cuidada y chapucera película de la historia, sólo apta para quienes gustan de fumarse un porrete viendo sandeces. Mal actuada, doblada, fotografiada, montada, escenificada, etc, etc, etc... No invierto más tiempo en la crítica porque ni insultos merece

Bastante, bastante mala. Una película sobre unos secuestradores que para no ser encontrados por la policía, viajan a ¨algún lugar¨ que parece ser cualquier secano español, en donde hay caníbales ocultos en la ¨selva¨, que suelen ser matorrales y árboles sueltos.

No solo las actuaciones son pésimas, es que la historia como tal no hay por dónde cogerla, secuestran a la hija de un empresario y se esconden... pero en ningún momento se habla de rescate ni nada de eso.

También cuenta con un montaje pésimo (hay una escena de una violación, y luego una fiesta, que mirándolo con un mínimo de lógica, debería ir antes de la violación para que tuviera sentido, pero tal y como está montado eso, no tiene sentido).

De casquería va bien, dentro de lo que cabe. Algo de gore simple pero efectivo, con tripas reales (de vaca, cerdo o lo que sea), pero en conjunto no llega al aprobado ni de lejos.

He visto películas malas, películas pésimas y... ¡¡ésta!!

No hay por donde cogerla.
Unas escenas de Benidorm, con su famosa isla al fondo, que se suponen que son de algún lugar de Sudamérica...
Una "selva" típicamente mediterránea, con sus pinos y paisajes...
Unos nativos (de Benidorm) contratados en cualquier chiringuito de la playa y un poco pintarrajeados para parecer... ¡nadie sabe qué!
¿Argumento...? Cualquier video de un cumpleaños familiar tiene mucho más argumento.
¿Interpretación...? ¿Qué es eso?
Y mejor no sigo.

Uno de los mayores bodrios de la historia del cine, pero que saca sonrisas de principio a fin.

Todos y cada uno de los aspectos técnicos y artísticos de esta cinta están mal. Una idea a priori interesante, acaba siendo un despropósito inconexo y mal actuado.

Una historia de secuestros se abre camino entre caníbales salvajes con patillas y relojes. Localizaciones estúpidas que se disfrazan de selva tropical con cañas y pinos piñoneros.

Los diálogos son tan nefastos como la idea de cruzar la selva en tacones. La edición y montaje están a la altura de la fotografía y la música. Siempre nos quedará para el recuerdo esa frase en plena huida:

"Roberto, ¡Los caníbales!

Julio Pérez Tabernero, Olivier Mathot y Alain Deruelle son los responsables de esta producción franco-española que se disfruta si la observas con los ojos adecuados.