Los Hamilton

Una película de terror que no da miedo no es una película de terror. Según esto, “Los Hamilton” (así, sin “s” final; en castellano, se dice “los Pérez”, o “los García”, o “los Kennedy”) no es una cinta de terror. Es más bien un drama familiar, con la peculiaridad de que el clan protagonista esconde más de un sangriento secreto. Pero, aparte de eso, la trama principal del filme se decanta por los conflictos que surgen entre los hermanos protagonistas, conflictos provocados por su peculiaridad y la distinta aceptación de su naturaleza, eso sí.

Y qué pena, porque era una forma original de enfocarlo, pero la cosa no funciona, principalmente por la falta de garra del guión, que no consigue engancharte, y mantiene el tono de la película en una continua medianía que no logra levantar el vuelo. Pues eso, que solamente pasable.

A lo largo de la historia del cine, el empeño por mostrar al psicópata/asesino como alguien con unas motivaciones y unos peros, ha dado gratos frutos a los que gustan de apreciar este tipo de propuestas, y nos ha dejado muestras de todo tipo, entre las que hallariamos como las más actuales cintas del estilo de "El silencio de los corderos", "Henry, retrato de un asesino" o "Harry, un amigo que os quiere", mostrándonos así las inquietudes de nuestro devorasesos favorito (mejor eso que la placenta, seguro) o de otros tipos que parecían tener unas inquietudes más allá del destripayraja habitual.
Los hermanos Butcher, no contentos con haber visto ya desde distintas perspectivas la psique del lunático en cuestión, han querido ir más allá y han decidido con "The Hamiltons" inmiscuirse además, en los conflictos y problemas de una familia de asesinos de lo más peculiar y sanguinaria.

Como no, meterse en terreno pantanoso, y querer ofrecer al espectador algo que no se le había prometido, puede llevar a la consecuente indignación de más de uno, porque aquí el terror ni se palpa, y la tensión o demás elementos típicos de este género quedan bastante lejos de lo que uno podría esperar, puesto que partiendo de una idea que, aunque ya desarrollada, podría haber resultado jugosa, divertida y macabra, se le ofrece un cauce erroneo, que posiblemente logre aburrir y hastiar a más de uno.

Servidor, como se ha tornado desconfiado con esto del cine de terror, ya se las veía venir, así que intente que la peli en cuestión fuese lo más llevadera posible, esperando el momento en que las vísceras y demás comenzasen a hacer acto de presencia, pero quitando quizá un par de secuencias muy bien rodadas, por cierto (en especial la de la bañera, bastante turbadora, dentro de lo que cabe), por lo demás no tiene gran chicha la cosa.
El aspecto telefilmero y casi amateur que posee tanto la fotografía como demás elementos discordantes, tampoco ayuda mucho, y al final uno se conforma con que la cosa termine, y a esperar otra "Feast", que son las que molan, leñe.

‘Los Hamilton’ es una pequeña producción ligeramente interesante. Vamos por partes. Estamos ante una nueva vuelta de tuerca al género de psicópatas, asesinos en serie y personas directamente perturbadas. Así conocemos a una familia de cuatro hermanos que en apariencia son perfectos pero que esconden cierta atracción por la sangre, la tortura y que ocultan algo salvaje en el sótano. Hasta ahí nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, la historia nos depara un desenlace no del todo previsible, que funciona y compacta los 80 minutos de metraje y que sin duda es lo mejor de toda la película. Antes de todo eso, el espectador acudirá a un relato confuso y en cierto modo tramposo ya que ni existe terror, ni suspense, ni sangre, ni sustos. De esa forma, la sangre, vísceras o muertes son aquí mostradas fuera de plano en detrimento de mucho conflicto interior, pasiones descontroladas y la lealtad a la familia. Y es que el director está más preocupado por mostrarnos los problemas de tal peculiar familia y cómo llevan esta doble vida que tienen. En ese punto el film puede resultar decepcionante ya que su guión no cuenta con la suficiente garra o chispa para mantener el interés y en ocasiones se hace bastante pesada y aburrida. Parece que estemos invitados a conocer un fragmento de la vida de ‘Los Hamilton’ sin inicio y desenlace concreto, más cercano a un episodio piloto de una serie televisiva. Tampoco ayuda una puesta en escena con un aire a tv movie de sobremesa, una fotografía bastante pobre y unos actores de rebajas. Además, el montaje es horroroso lleno de cortes repentinos, mucha mezcla de secuencias borrosas y un abuso considerable de los fundidos en negro. Al final, la experiencia se torna agridulce, pero al menos se ve cierta intención de hacer algo diferente y mostrarnos que todo el mundo tiene su corazoncito. En definitiva, podría haber sido mejor, pero también peor. Pasable.

Me sorprenden las críticas negativas hacia esta película.
No lo negaré, al principio me ha parecido lenta pero los primeros 5 o 6 minutos sólo, con tanto plano largo grabado por Francis. Pero después me ha enganchado como pocas esta especie de drama familiar terrorífico. Esperaba ver una película slasher, la típica de un grupo de asesinos que caza gente y los mata de formas diversas. Es un género super explotado pero a mí no me cansan esas películas, son entretenidas, aunque algunas son malas. Esperaba que The Hamiltons fuera una de estas últimas, de las malas, pero esta era totalmente diferente, no es siquiera un slasher. Es una historia de terror en el que el terror es lo de menos. Ves como Francis vive en esa familia y te sientes identificado con él (y no os confundáis, me parecen ñoños la mayoría de los dramas, pero cuando son buenos, me quito el sombrero). Esta historia está bien estructurada para ir mostrando los giros argumentales (más que giros, curvas) y te va desgranando el interior del protagonista y los secretos de la familia.
Más en el spoiler.

Actores lamentables, escenografía cutre, argumento de patio de colegio y escenas que se hacen eternas.

Si me dicen que esta película es un proyecto fin de carrera me lo creo. Es una absoluta basura, pero, ojo, grabada como si pudiese ser buena. Y esto es importante porque hay películas malas grabadas sin pretensiones y otras, como esta, grabada esperando ser buena. Y AHORA ES CUANDO PONGO BASURA EN MAYÚSCULAS.

Una pérdida total de tiempo, mira que lo intenté, pero los últimos veinte minutos los tuve que ir pasando rápido para poder decir que la he sufrido.