Comando Patos Salvajes

Producción italo alemana de acción bélica, encabezada por el Statham de entonces, Lewis Collins y apoyado en un elenco de actores prejubilados o famosillos para darle empaque y cierta categoría. Sin embargo el resultado es un mediocre film de acción, con graves problemas de continuidad y de coherencia en el guión. Recordando Comando en el mar de China de Aldrich, uno no puede evitar echar en falta tiempos y talentos pasados. Aunque trata de beber de filmes de mercenarios como la original Patos Salvajes (a la que casi plagia el nombre y crea confusión) o El último tren a Katanga, es un film de su tiempo, que ha envejecido fatal, sobretodo si se compara con filmes de entonces como Acorralado. Hay escenas absurdas, como la persecución en coche, y otras lamentablemente resueltas, como el combate final con el helicóptero pequeñin.Y a Morricone ni se le oye.

Serie B bélica que ha envejecido mal, de los últimos estertores del cine europeo en este género, que fue abandonando para ser sustituido por mediocres películas de origen estadounidense directas al dvd.

Antonio Margheriti, parapetado bajo el pseudónimo de Anthony M. Dawson, dirige un film de acción trepidante muy en la línea del cine de acción USA de esos mismos años. El resultado es un poco decepcionante, aunque el guión no está mal -tampoco demuestra mucha originalidad- y la acción, que no da tregua nunca, es espectacular, con muchas explosiones, disparos, ráfagas de metralleta y todo eso.

Da la impresión de que Margheriti quiere hacer mucho más hincapié en la acción que en todo lo demás, sacrificando, o desaprovechando, así, la presencia en el reparto de actores y actrices tan interesantes, para mí, como Lee van Cleef -al que se ve muy envejecido- o Mimsy Farmer. De hecho, ver a Van Cleef y a Farmer juntos es una de las pocas cosas que dan interés a esta película. A mediados de los años 80, el otrora potente e interesante cine de género europeo (el italiano, al menos) era un tipo de cine que estaba en declive, y eso se nota, por desgracia, en este largometraje. La veteranía, si no senectud, de las estrellas (Van Cleef, Kinski, Borgnine) es un fiel y triste reflejo de ello. De ahí que sea una película cuya visión induce, a cualquier buen aficionado, a la melancolía.

Evidentemente a este film le pego mal los años, con un guion endeble, varias escenas poco creíbles junto a una mayoría de actores en plena decadencia, contribuyen a que solo sea un mero pasatiempo rápido de olvidar. La trama se desarrolla alrededor de un grupo de mercenarios que con ayuda de la DEA y de otros organismos gubernamentales deben ir a Asia a destruir unas refinerías de opio. Así con nada de planificación y con una maraña de personajes que no aportan demasiado tratan de cumplir la supuesta peligrosa misión. Dentro de las actuaciones encontramos a Lewis Collins (que supo tener algún éxito en la serie Los Profesionales, aunque aquí no logra destacarse, también están Lee Van Cleef visiblemente desmejorado, Klaus Kinski (en un papel que ni él debe haber sabido de que se trata) y Ernest Borgnine ( en modo similar a Kinski). En síntesis es un film de acción que no se destaca ni siquiera por eso y que se sitúa varios peldaños abajo de otros similares de su época.

Película con modestas "hazañas bélicas" coproducidas por Italia y Alemania, en la época en que esto filmes tenían su predicamento, aunque comenzaban a flaquear. Y no es extraño viendo productos como este, barato aunque realizado con entusiasmo por Anthony M. Dawson, más conocido en su entorno familiar por Antonio Margheriti.

No es nada buena, pero sí funcional, no pretendiendo ni siquiera parecerse, ni seguir el espíritu de la sí estimable "Patos salvajes", a la que toma prestado "su apellido" por mor del mercado internacional, a ver si así conseguía buenos dividendos. Lo cierto es que no sé si fue un éxito, pero sí que al menos es movida, tiene mucha acción (el ruido abunda más que las nueces) y la fotografía está conseguida.

Respecto al elenco interpretativo, por supuesto que es de segunda mano, pero con simpáticas presencias, como el gran Ernest Bognine, Lee Van Cleef, cuatro años antes de morir, y sobre todo un Klaus Kinski, bastante más contenido de lo habitual.

Lo peor y por ello no logra trascender la cinta lo más mínimo, es la inconsistencia del guión, con abundantes improbabilidades, amén de la completa falta de originalidad.

Además, y en esto sí que se parece a "Patos salvajes", el final es muy parecido.

En fin, que se puede ver, aunque no tenga nada especialmente reseñable y acabe en el olvido más absoluto.

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Nunca había visto una película de Antonio Margheriti y, si bien sabía que no le iba a encontrar con un producto de calidad, por algún lado hay que empezar.

El debut ha sido malo tirando a penoso. Las caras más conocidas del filme se sabe que están porque el dinero del cheque debió ser irrechazable y el protagonista principal tiene el mismo carisma que una patata.

Por otro lado, no es una historia dramática muy creíble con enemigos cayendo muertos tan fácil como cuando vamos a comprar con los precios desorbitados por la inflación y situaciones algunas entre cómicas y penosas de reacciones exageradas de algunos personajes.

Nadie es perfecto y esta película está muy lejos de serlo. Si se hubiese tomado algo más en serio no tendría reparos en aprobarla, pero esto no se puede defender.