Timeless (Serie de TV)

Aunque soy seguidor de el Ministerio del Tiempo (MDT), he visto Timeless intentando ser objetivo y no dejándome llevar por fanatismos y por ello mi crítica dejará a un lado las polémicas y los presuntos plagios aunque me es imposible hacerlo sin comparar ambas series.

En lo argumental, la veo bastante peor que MDT. En Timeless "saltan a la comba" con el hecho de cambiar la historia y sus posibles consecuencias y la verdad es que se centran mucho mas en la trama central interna que en los casos históricos. MDT es una serie mil veces más elaborada historicamente hablando, más educativa y respetuosa con la historia y además en nuestra historia, la española, en eso TVE está haciéndolo muy bien.

En lo técnico siento decir que Timeless gana por goleada. Sus medios superan con mucho a MDT y la hace más atractiva visualmente.

En el reparto y la interpretación, Timeless no me ha acabado de convencer, el reparto no me ha gustado demasiado, se salva Malcolm Barrett, quizá porque me recuerda mucho al gran Nelsan Ellis de True Blood. Por lo demás muy normalito todo y aunque en MDT la cagaron metiendo a Hugo Silva, me quedo con el reparto de esta última.

Conclusión: Una serie del montón. Una buena idea (plagiada o no), hecha con buenos medios y un resultado algo decepcionante.

Es simplemente un plagio casi descarado de la serie española El Ministerio del Tiempo.
Casualmente, fijate tu, los mismos "creadores" o mejor dicho "copiadores" que iban a hacer
la version americana de El Ministerio del Tiempo. Vamos, por la cara, asi no tienen que pagar
nada a nadie y encima cobran. Para colmo se va a emitir en España.

He visto cuatro episodios de la serie y no están mal del todo. Ciertamente que el trio protagonista esta “fusilado” del Ministerio del Tiempo, con una maquina en vez de puertas. Por lo demás los argumentos son diferentes. No hay ningún ministerio sino una empresa capitalista. También hay un antagonista que aparece de manera sistemática y centra los esfuerzos de los héroes en cada episodio ¿Cuáles son sus motivos? No está claro y eso crea cierto intríngulis que le da tensión y emoción a la serie, además de la intriga paralela de Ritterhouse y la amenaza de que el jefazo de la empresa no esté jugando limpio. A ver como lo resuelven. Lo más curioso es que los tres héroes de esta historia son…

Timeless arrancó con buen pie. Un equipo de tres personas - un militar, una historiadora y un técnico - deben viajar en el tiempo cada vez que un presunto villano viaja a su vez, con intención de cambiar el pasado. Aparte de la polémica con la serie española "El Ministerio del tiempo", esta serie se alejaba de la clásica sesentera "El túnel del tiempo" en la que dos personas atrapadas en un viaje continuo, daban saltos de un tiempo a otro y les importaba un comino cambiar la historia. Timeless, sin embargo, abogaba por hacer de policías del tiempo, como en la serie japonesa "Doraemon", con un equipo que nos recordaba al comando SG-1 de la serie televisiva "Stargate". Y su némesis, el villano García Flynn, era alguien que buscaba cambiar un suceso trágico personal, destruyendo a una misteriosa organización elitista y selecta, que buscan gobernar el mundo.

En su primera temporada, cada episodio nos mostraba algún suceso o personaje singular de la historia estadounidense, en su continente y en ocasiones fuera del mismo. No hay que esforzarse mucho para deducir que veremos a Lincoln, los de El Álamo, Hemingway, Jesse James, el Watergate, los nazis o Al Capone. La serie mostraba esos momentos puntuales, interaccionando con los personajes, alterando en parte la historia con la desaparición de algún personaje, aunque al final, la historia no cambiase en su mayoría. La química entre los tres protagonistas, con avezados diálogos junto a unos secundarios cada vez más interesantes, te enganchaba a la serie. Ya por entonces, empezaba, de manera tímida, a percibirse la pandemia de lo políticamente correcto y la doctrina de los cupos. La diversidad impuesta.

Sin embargo, fue en su segunda temporada cuando esta plaga alcanzó niveles sonrojantes. Conforme más peso tenía el adoctrinamiento, los guiones más bajaban en calidad, hasta llegar a ser meros cliches. Los tres protagonistas principales pasan a una feminista de garrafón, un “aliado” de pocas luces, incapaz de resolver nada –blanco y heterosexual- y un cansino remedo de Spike Lee, siempre quejándose. Esta segunda temporada es un catálogo de víctimas del patriarcado y de la discriminación racial, que satisfarían a los colectivos de ofendiditos que tan pendientes están de las producciones audiovisuales. Flaco favor les hacer a los personajes reivindicados. Hedy Lamarr, las Curie, las sufragistas, las brujas de Salem, una investigadora, el creador del blues, un piloto de carreras o una liberadora de esclavos. Mujeres y afroamericanos. No hay sitio, sin embargo para reivindicar a los nativos americanos, mejicanos, isleños, hispanos, irlandeses, mestizos, ni japoneses-americanos. Gentes que perdieron sus tierras, cultura y vida en manos del “Destino manifiesto” o fueron encerrados en campos de concentración en los USA y que han acabado siendo ciudadanos invisibles de segunda en esta serie. De rebote y superficialmente, aparece algún chino sin nombre y Joaquín Murrieta, el mejicano de California, aunque de manera tan tópica, que parece un insulto. De hecho, más que el “monstruo de la semana” como se llamaban a las series de misterio con episodios autoconclusivos, esta serie pasa a ser “El ofendidito de la semana”. Hay un episodio realmente lamentable, el de las sufragistas. Como de lo que se trata es de adoctrinar y mostrar la maldad del patriarcado, la trama es tan ligera que da vergüenza ajena. Al final buscan a una traidora zurda y la investigadora objeto del episodio lo resuelve pidiendo el voto a mano alzada y viendo que, entre todas las votantes, más de 50, solo hay una zurda. Lamentable. Y el episodio se titula “Mrs. Sherlock Holmes”. Parece cachondeo.

Obviamente, el malo cambia en la segunda temporada. Un líder de la organización secreta. Blanco, heterosexual, racista y muuuuy machista. De hecho, él quiere eliminar a las sufragistas de la historia. La organización elitista se transforma en el cúlmen del patriarcado, ahí es nada. Curiosamente, todas las personas de confianza del lider son mujeres. En fin.

La guinda se pone en el último episodio, en el que a la historiadora, que da clases en la Universidad, se le acerca un estudiante y le pregunta “Disculpe, pensaba que era historia de los EE.UU y usted solo ha hablado de mujeres ¿no va a hablar de ningún hombre?” a lo que contesta la protagonista “No sé si tendré tiempo” ¿Realmente se tiene que ser tan demagógico y a la vez tan pueril a la hora de reivindicar algo, por otro lado, justo? ¿Es necesario invisibilizar al otro para reivindicarte tú?

La serie, interesante en la primera temporada, se transforma en algo bufo y bizarro, de manera inintencionada en su segunda temporada (incluyendo los dos episodios extra). Supongo que por eso, no hubo una tercera. Una pena. El trío protagonista tenía chispa, al igual que los secundarios. Les perdieron los tiempos que vivimos.

Inevitable compararla con nuestro "Ministerio del tiempo" Yo no sé si la justicia nos dará la razón, pero para mí, sí copia los suficientes elementos como para considerarla un plagio y que por tanto pasen por caja.
Curiosamente no es el desastre que me esperaba, podría darle un aprobado, pero el que le echen tanto morro como para hacer un remake encubierto de nuestra serie, adaptándola para el público americano, y lo nieguen con tanto descaro, me cabrea mucho.
Eso sí, es bastante inferior al Ministerio, es menos divertida, menos educativa, los actores no son gran cosa, y no veo mucha química entre ellos, aunque quizá ese problema se solucione con el tiempo. Pero lo peor es que los personajes son de trazo grueso y nunca adquieren la dimensión de Amelia, Julián y sobretodo de nuestro "Alatriste" Alonso de Entrerríos.

Por aquí, no hay puertas al pasado, viajan en máquina, el resto es lo mismo. Un equipo formado por dos hombres y una mujer, viajan al pasado para evitar que alguien lo cambie. A nuestro personaje central, Amelia, le han puesto una historiadora que en el resto es clavadita a Amelia. Es la que dirige el grupo,
Al médico Julián lo sustituye un científico negro, y ese hecho, es lo que más utilizan para hacer humor cuando viajen al pasado, con lo que significaba ser negro en la América de no hace mucho tiempo.
A Alonso lo sustituye un soldado, y no falta la química amorosa con la historiadora, que en nuestra serie es entre Amelia y Julián. Por desgracia los tres personajes son del presente, lo que no da lugar a malentendidos que tan buen partido ha sabido sacar nuestra serie. Tampoco bucean en el pasado con el tono didáctico y educativo del Ministerio, sino más bien con un fin único de entretener al espectador y que desconecte sus neuronas delante de la serie.

Sobre si merece la pena verla... Para mí no. Todo es inferior a la nuestra y no entiendo como ha llegado a ser emitida en España, cuando un montón de series americanas, bastante mejores, se quedan sin doblaje, o este tarda años en llegar.