Esa clase de amor

Película en blanco y negro. Cuenta la historia de un joven y una joven, que trabajan los dos en la misma empresa, que un día se miran y se gustan, que otro día él la sigue y pretende, que otro salen juntos y como así se van enamorando.

Es una historia bellamente contada, no decae nunca el interés; una historia que más que británica parece italiania, casi propia del neorrealismo italiano.

¡Ah, una puntualización a Filmaffinity: no es la suegra la que se va a vivir con la pareja, Es la pareja la que se va a vivir con la madre de ella o lo que es lo mismo se van a vivir a la casa de la suegra de él. Es una gran diferencia que cualquiera advierte si, claro está, ante de presentar una sinopsis del filme, lo ha visto desde el principio hasta el final.

Muy recomendable. Quien ve este filme, no lo olvidará jamás.

Este primer largometraje de John Schlesinger retrata muy acertadamente la vida, las costumbres, la moral y la mentalidad imperante en la Inglaterra de los primeros 60, más concretamente entre la clase trabajadora de un suburbio industrial de una gran ciudad.
Tiene una muy buena fotografía en blanco y negro, con una estética y realización de “Free Cinema”. Destacan las interpretaciones, sobre todo de su protagonista Alan Bates.
Me ha gustado también su guion realista y su final abierto.
Muy recomendable.

Excelente película. Sencilla, realista, amarga... como la vida misma. Está en plena vigencia aunque sea de 1962.

¿Cuántos matrimonios se han forjado así? Y qué valientes los que sobreviven.

La sinopsis es clara: dos jóvenes que comparten empleo se gustan, comienzan a salir y cuando ella queda embarazada, deciden casarse. A grandes rasgos, la cinta es eso y cumple lo que promete. No va más allá. El guión no se inventa una cosa estrafalaria como que el marido mate a la esposa para liberarse, o viceversa, pero no lo necesita. Está muy bien contada, todo lo que les sucede a los protagonistas se da de manera natural, con fluidez, haciendo que la narración no decaiga en ningún momento.

"A kind of loving" desmonta la idea idílica del matrimonio sin giros inesperados ni retorcidos, ni situaciones inverosímiles. No, porque como mencioné ut supra, no lo necesita. Muy recomendable, como casi todo el cine de John Schlesinger.

193/04(04/07/23) Sobrevalorado drama británico perteneciente al movimiento británico New Wave en el cine, género comúnmente conocido como "drama de fregadero de cocina", sobre todo visto 61 años después de su estreno. En su momento pudo reflejar una realidad sobre la sociedad, pero a mi me ha resultado un montón de perogrullos, de situaciones manidas, el clásico chico conoce chica, chica conoce chica y lo que sigue, con el componente de estar enmarcado en la clase media trabajadora del momento, que esto parece dar un plus cual si fuera el Neorrealismo Italiano, pero lo más que esto influye es en que la parejita protagónica no pueden tener una casa para ellos solos, lo cual me resulta inverosímil, cuando los dos tiene un buen curro, me resulta forzada esta situación, como lo es la caricaturización de la ‘suegra’. Es un film sin embargo entretenido, fluido narrativamente, con ingeniosas elipsis, que vedan a entender estamos ante un buen director, capaz de hacer atractivo un relato poco original. Y es que estamos ante el debut en un largometraje dramático de John Schlesinger (“Lejos del mundanal ruido”, “Cowboy de medianoche” o “Marathon Man”), con guion de Willis Hall (“Billy, el embustero”), y Keith Waterhouse (“Cuando el viento silba”), basándose en la novela homónima de 1960 de Stan Barstow, siendo protagonizada por dos estupendos Alan Bates y June Ritchie como una complicada pareja a principios de la década de 1960 en Lancashire. Retratando el costumbrismo, la mentalidad conservadora, la moral en el marco de la clase trabajadora de este tiempo. Una historia con vaivenes, sin sentimentalismos, contada con crudeza sardónica, siendo un film ameno, ni mucho menos malo, pero tampoco maravilloso, como algunas críticas me hacían presagiar.

Victor 'Vic' Brown (Bates) es un dibujante en una fábrica de Manchester que se acuesta con una mecanógrafa llamada Ingrid Rothwell (Ritchie) que también trabaja allí. Ella se enamora de él, pero él está menos enamorado de ella. Cuando se entera de que la ha dejado embarazada, Vic le propone matrimonio y la pareja se muda con la protectora y dominante madre de Ingrid, la señora Rothwell (Thora Hird), que desaprueba la unión. Ingrid sufre un aborto espontáneo, Vic se arrepiente y vuelve borracho a casa. La pareja entonces considera la posibilidad de arreglárselas con 'una especie de amor'.

Siendo un drama de pareja la cintra comienza de modo paradójico, lo hace con una boda, donde el jolgorio y entusiasmo se emite, cual si fuera el reflejo antagónico de lo que vamos a ver tras esta introducción. Para después introducirnos en una relación de unos jóvenes que trabajan en la misma empresa, tendrán unas citas, con algún traspiés (esa cita con ‘carabina’ irritante), pasamos a la fase en que él quiere algo más que besos (los manidos en el cine o en un parque durante una tarde lluviosa), ella se resiste bajo su educación judeo-cristiana. Tenemos momentos de humor transgresor en esa clásica escena de un hombre vergonzoso yendo a comprar preservativos y que termina con un paquete de cigarros. Tenemos el tramo de crisis de pareja, porque ella no da el paso sexual (él se anima con revistas pin-ups), hasta que cede, en un tramo cargado de realismo, y cual llegada a la cima llega la frustración al quedar el misterio prohibido (¿?) resuelto, pero no las consecuencias del acto. Entrando entonces en tener que afrontar el honor frente a la vergüenza, por la entrada de un tercero en argot futbolístico. Y llegamos al matrimonio forzado (tan diferente al que da comienzo la película), tenemos una clase de sexo con embarazo. En la siguiente pantalla entra en acción la ‘suegra’, y con ella un martillo pilón que va desgastando a la pareja. Y la crisis matrimonial aflora.

Es una historia mil veces (o más) vista, tiene su gancho en las buenas actuaciones y en la excelente ambientación en en glorioso b/n por mor de la cinematografía de Denys N. Coop (“El ingenuo salvaje” o “El rapto de Bunny Lake”). Haciéndonos partícipes del clima obrero, las fábricas, los pubs, fiestas, calles húmedas, parques, viviendas adosadas. El director imprime buen ritmo y nunc aparan de suceder cosas, la narración nunca se estanca, lo que hace sea interesante y nunca aburre. Ello con un claro sabor a lucha entre sexos, en como la mujer ve la relación de modo más reflexivo, frente al hombre más liberal e impulsivo.

Alan Bates da una gran interpretación , aunque quizás demasiado guapo y mayor para su rol (tenía 28 años), y es que en ese tiempo la gente se casaba mucho antes, y no me creo ese desconocimiento sexual a alguien de esa edad, hubiera estado mejor alguien que desprendiera más candidez, aunque su fuerza dramática es innegable; June Ritchie también borda su rol, aunque al igual que Bates es demasiado hermosa, y no me creo estuviera sin novio a su edad tenía 24 años), actuación que desprende gran ternura, solo hay que verla con ese rostro de corderito a degollar cuando está desnuda frente a Bates; Entre los secundarios destaca una racial Thora Hird como la ‘suegra’ metomentodo.

Me ha faltado valentía en su final, y no que fuera tan acomodaticio (*spoiler)