Crucero de verano

Una película con una estética eminentemente "Kitsch" que se desarrolla en el ambiente más apropiado para una historia romántica, un crucero de verano. Debe destacarse la notable labor de José F. Aguayo que consigue bellos efectos estéticos con la cámara. El otro gran aliciente es la parte musical a cargo del gran maestro Augusto Algueró que propicia un lucimiento especial para Carmen Sevilla que demuestra un deslumbrante encanto tanto para cantar como para interpretar comedia. Ese encanto suyo queda bien contrastado en la película con el que poseen las bellísimas Elena Duque y Ángela Bravo. Esas dos chicas fastidiaran un poquito a Carmen cuando por unos momentos se hagan dueñas del hombre del que está enamorada y empiece lógicamente a sentir celos. Es una película azucarada y que carece de pretensiones. La cinta agradará especialmente a los seguidores de la mítica protagonista que está acompañada por otras bellezas dentro de la frágil trama. Es un film que a pesar de sus palpables defectos tiene la pulcritud y el decoro propios de la época en que fue realizado y cumple su objetivo de agradar. El cine español hace ya muchos años que perdió la finura y el decoro y se encuentra actualmente en una bochornosa situación límite.

Este es un trabajo que parece hecho para salir del paso por el irregular Luis Lucía, director conservador relativamente independiente, muy encasillado en el cine religioso y musical (Marisol, Rocio Durcal, Carmen Sevilla, Lola Flores), con alguna que otra comedia de autor. "Crucero de verano" está pensada como exclusivo vehículo de lucimiento de Carmen Sevilla, que canta canciones de Augusto Algueró, gran compositor, pianista y arreglista. En esta ocasión, el estilo de la música ligera está pasado de moda, perfectamente olvidable y olvidado, a excepción del numerito en que Carmen Sevilla emula a Rita Hayworth cantando swing, muy logrado. Además, el film es un panfleto propagandístico de los cruceros por el Mediterráneo que efectuaba el buque Cabo San Roque de la compañía Ibarra. El film parece un capítulo de la serie publicitaria "Cruceros de ensueño" del canal "Viajar", incluyendo la explicativa y didáctica voz en off, todo un serial de estampas de los inicios del "boom" turístico. La trama colateral de espías de opereta y políticos golpistas ocultos, mejor que no hubiera estado, tanta es su ridiculez. La producción se puede ver para los nostálgicos de los sesenta.

"Los prejuicios de la vieja España.
- Sí, vieja. Gracias a Dios".

Bastante mediocre comedia romántica, que comienza un poco bien, con algunos buenos diálogos, vergonzosos oídos hoy en día (marzo de 2020), pero chistosos, casi todos relativos a las cuitas amorosas de una ya algo creciditas mujeres, a quienes todavía, por ejemplo, no las ha besado un chico ni tienen novio ni se han enamorado nunca. Todo muy difícil de creer, pero bueno.

"¿Te besó? Sí, me lo robó.
- ¿Y tú que hiciste?
- Le pegué un torta: ¡plaff!
- Ah. Muy española. Bien hecho.
- ¿Y cómo es un beso?
- Pues, ¿tú sabes cómo es la catedral de Burgos?
- Gótica.
- Maravillosa".

Sin embargo, una vez la protagonista comienza el viaje en el dichoso crucero de verano, la peli va perdiendo fuelle a cada segundo, volviéndose tediosa a más no poder.
Carmen Sevilla, preciosa, canta varias canciones (una tirando a bastante sexy, sobre todo para la época), no muy bonitas que digamos, y los personajes se entrecruzan sin gracia ninguna.
Además de todo ello, es penoso oír doblados a intérpretes patrios con una voz personalísima, como por ejemplo Venancio Muro, Pepe Calvo y, ¡sacrilegio! el gran José Orjas.
La película parece financiada por el Ministerio de Turismo, dada las escalas del dichoso crucero, donde nos dan una lección de historia en cada lugar que visitan (el saber no ocupa lugar, eso es cierto).
En definitiva, que bastante aburrida, amén que muy representativa del reaccionarismo y conservadurismo provocado por el castrante Régimen del General Franco.

https://filmsencajatonta.blogspot.com