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De la noche a la mañana

Drama Ignacio Roma es un arquitecto porteño joven que recibe una noticia inesperada: su novia está embarazada. El desconcierto que le produce el hecho lo hace tomar una decisión apresurada y vuela a Chile persiguiendo una débil promesa de trabajo. (FILMAFFINITY)
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13 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En De la noche a la mañana (2019), dirigida por Manuel Ferrari, el personaje principal sufre una crisis personal que potencia sus dudas e inseguridades al acercarse a la mitad de la vida. La película integra la muestra del Festival Internacional de Cine de La Plata, Festifreak 2020.

Por Nicolás Bianchi

Es inevitable que el arquitecto Ignacio Roma (Esteban Menis), el personaje protagonista de De la noche a la mañana, no remita aquel muchacho más joven que interpretó Daniel Hendler para Los Paranoicos (2008), película de Gabriel Medina, que aquí es coguionista. El miedo, las dudas y la incertidumbre que frenaban a aquel hombre para dar su primer paso importante en el mundo del cine aquí arrecian al personaje que ve transcurrir sus últimos momentos de juventud mientras afronta, con sorpresa, la noticia de que su mujer Inés, interpretada por Rosario Varela, está embarazada.

Ferrari deja sólidamente instalado el tema y el espíritu de su película en el primer acto. Ignacio, ya en la clase que está terminando de impartir antes de los títulos, se muestra dubitativo y auto contradictorio. Dice una cosa y luego agrega otra, le resta importancia a lo que enunció antes, repite. Algo lo distrae, evidentemente. Cuando termina unas chicas le ofrecen un viaje a Chile, a Valparaíso, para dar una conferencia. Al llegar a su casa le cuenta a su mujer, pero como ella se está bañando no escucha que Ignacio dice que la propuesta de viajar en ese momento le parece desafortunada.

Ella sale del baño y le comenta sobre sus malestar y su atraso. Está embarazada. No lo habían buscado pero ella está contenta. Ahora el viaje, a Ignacio, le parece no una gran idea sino una necesidad. Se va disimulando su apuro, sin apenas tener garantizado el pago del vuelo ni el hospedaje. Su crisis existencial lo lleva a una aventura incierta entre Santiago y Valparaíso.

Además de inseguro Ignacio está nervioso, como quien emprende una fuga de dudoso resultado. Al borde del colapso mental, el personaje se encuentra siempre encerrado en sí mismo y va a los tumbos con las personas y situaciones que se cruzan en su camino. En su retrato prima lo patético, aunque la película cuenta con un puñado de momentos cómicos realmente afinados en los que se ríe del personaje.

Así Ignacio encontrará en Chile una inesperada opción para su vida y conocerá a la profesora y arquitecta Laura (Manuela Martelli), su reverso perfecto ya que se trata de una mujer aplomada, segura y, sobre todo, sumamente relajada. Algún diálogo un tanto redundante, como cuando ella le dice que le parece que él no sabe qué hacer con su vida, podría haberse evitado ya que desde las primeras escenas queda claro de qué va el drama de Ignacio.

Valparaíso con sus callecitas y sus paisajes urbanos y marítimos le dan brillo y vida a la narración. Entre mil dudas Ignacio explica, en la clase que constituye la primera escena, que el paisaje es una construcción del hombre, una mirada sobre la naturaleza y el espacio. Lo enfatiza una y otra vez mientras los alumnos se comienzan a ir con cierta indiferencia, con la misma falta de control con la que el tiempo altera a los hombres.
El Golo Cine
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