Dean Spanley

No Hace ni cinco minutos que acabo de ver "Dean Spanley" y tras comprobar que es una peli del 2008 no consigo entender como pasó tan desapercibida, realmente estupenda película. La verdad es que tras el principio tiene todos los visos de ser un tostón, aunque he decidido continuarla mayormente por la presencia de Peter O´toole. Y menos mal. En el momento en que Sam Neill, actor por el cual no había tenido yo especial predilección, hace su primer soliloquio, uno se queda absorto, en comunión con el protagonista, el joven Fink, ante un ejercicio de introspección magistral. La película es puro guión, apenas unos cuantos actores solventes y una gran austeridad de medios, pero consigue que los minutos pasen en apenas un suspiro. Muy recomendable.

Extraña y levemente agradable película neocelandesa, apta para amantes de los animales, el buen vino y el teatro. Esto último, porque si bien está basada en una novela y la trama discurre por distintos escenarios (viejas mansiones, jardines, calles y bosques), la historia se asienta en cuatro actores y una actriz muy sólidos, en donde se destaca nítidamente el gran Peter O'Toole. Atención: el espectador deberá concederle al film unos cuantos minutos iniciales de gracia, poniendo de sí algo de paciencia y cierta tolerancia al rebuscamiento lingüístico típico de la literatura inglesa de principios de siglo, hasta que se llega al nudo de la cuestión, para a partir de allí dejarse llevar mas fluidamente hasta el desenlace. De cualquier forma la película no pasa de ser un producto respetable pero menor.

Serena, reflexiva y original cinta, con unas memorables actuaciones, rodeadas de suprema elegancia y brillantez en los diálogos. De nuevo Peter O'Toole, como en Venus, nos sorprende por su grandeza y magnetismo. Recomendable especialmente si se ve subtitulada y en versión original. Un soplo fresco, otro cine.
Tristankl

11/10(16/01/11) Entrañable cinta neozelandesa de las que sin muchas pretensiones te toca la fibra sensible, una austera obra, que por su falta de ambiciones te pellizcará. Poseo un argumento entre mágico y místico, de los que se apoya en la fuerza de las interpretaciones de su protagonistas, son los que hacen que nos enganche y lo que escuchemos nos estremezca, hay sobresale un Sam Neill-Dean Spanley majestuoso que emite sensibilidad, pasión, nostalgia y que con sus relatos nos provocará emociones, tiene brillante colofón en el último recuerdo que cuenta, por si solo es un motivo para recomendarla, una colosal oda a la libertad, un canto a la vida, un sobresaliente corto, de los que te conmoverá, te enervará el vello, Spanley me recuerda en cierta medida al personaje John de la espiritual y portentosa ‘The Man from Earth’. Tambien rayan a gran altura Jeremy Northam y Bryan Brown, pero el otro que eleva la historia es el imperial Peter O’Toole, sienta cátedra una vez más con su carismática presencia, borda su papel de padre flemático al que parece no importarle haber perdido un hijo en una guerra, es un coloso que arrolla a sus compañeros de escenas, los anula, nos llega su amargura interior, magno. La puesta en escena es bastante teatral, el meollo transcurre en un salón con el tokay de anfitrión (bebida de sibaritas), y con tres actores, y con el mimbre de la reencarnación se nos teje este delicioso relato en el que el amor a todos los seres vivos flota en el aire, en el que las segundas oportunidades se nos ofrecen por medio de otra vida. El film es una delicia que tejará un calado entre nostálgico y esperanzador. Un defecto es que le cuesta arrancar, le cuesta centrarse hasta que por fin te atrapa en sus melancólicas redes. Recomendable a los que gusten de buenos guiones, donde el poderío está en lo que cuentan. Fuerza y honor!!!

Es una película única por la originalidad de su historia, la calidad literaria de sus textos, descripciones y dialogos y la genuina emotividad que transmiten todos sus personajes. Es mas que una película, es una experiencia, la posibilidad de percibir con todos los sentidos, ver la realidad de un modo muy diferente y vivir una aventura en cada una de las simples cosas que nos rodean, contada a traves de un decano religioso que sin quererlo evoca con pasión y sutileza los detalles de una vida pasada muy especial.