La reina Cleopatra (Serie de TV)

Era cuestión de tiempo, seamos claros, después de poner a ciertas personas de ciertas etnias en papeles en los que no deberían y convertirse en un meme andante. Ahora llega la reina cleopatra negra.

En EEUU no deben de saber que no todos los que están en África son negros. Llegan a una conclusión que es racista de por si, si son negros son de África y si Egipto está en África entonces los egipcios son negros por narices.

Desde un punto de vista técnico, al margen de lo anteriormente mencionado, es correcto, esta filmado como un documental con entrevistas y recreaciones de la época (por llamarlo de alguna manera).

Este es el nivel damas y caballeros, si se consienten determinadas cosas era cuestión de tiempo que también se hiciese lo mismo con los documentales, pues no sé pretende hacer divulgación histórica, sino ideológica y eso siempre está mal. La historia es la que es, vale que hay puntos de vista distintos sobre un mismo hecho, pero el hecho no cambia y parece ser que en Netflix esto no lo tienen muy claro.

Cada día que pasa son un meme y no lo ven.

La dinastía de los Ptolomeos, procedentes de Grecia, eran endogámicos, no se juntaban con nadie, y se casaban entre hermanos, como es bien sabido con disponer de un mínimo de conocimientos de historia, la propia Cleopatra VII se casó con su hermano, y su hijo Cesarión era mal visto en la Roma de su padre Julio César, porque la gente en esa época no veía bien los mestizos/híbridos de otras tierras...

Así que argumentar que como no se sabe nada de la madre de Cleopatra VII... ésta podría ser de color... e ignorando las imágenes que hay de ella con rasgos europeos... pues es una excusa para utilizar (por no decir prostituir) la imagen de Cleopatra en pro de la actual agenda política...
El comienzo de la serie ya es una completa declaración de intenciones que da vergüenza ajena, con frases radicales y dilapidarias en plan "reínas que no se arrodillaban ante ningún hombre"... da mucho bochorno.

La gente normal, cuando ve una película o algo de historia... nos da igual si es hombre, mujer, blanco o negro... es una persona y punto, y se trata de conocer su historia, no te pones a malpensar... pero toda esta gente es la que le da esa importancia absurda.

Y "el malo" Potino... cómo no... es blanco! y el resto negros... es que es muy ridículo y se le ve mucho el plumero.
Luego dedicar tiempo a justificar que es negra porque sí y eso casi es lo más importante y con conjeturas que dan vergüenza ajena, la señora Pinkett debería hacérselo mirar...

Por tanto esta serie/documental no hay por dónde pillarla... es un vehículo para dar un mensaje radical, utilizando la imagen de la última gran faraona de la gran y poderosa civilización egipcia, una oportunidad perdida de una historia de lo más interesante

Netflix no se caracteriza por producir documentales veraces, jamás hizo alguno, ni siquiera hace documentales verosímiles. Este documental no escapa a la regla general.

En principio la actriz que interpreta a Cleopatra no da siquiera el fisic to rol para interpretala porque Adele James es una mujer de color aspecto que dista muchísimo al fenotipo griego que debería tener Cleopatra que como casi todo el mundo sabe -menos la gente de Netflix- era de ascendencia griega, una de las últimas de la dinastía Ptolemaica iniciada por Ptolomeo I Sóter, general grecomacedonio al servicio de Alejandro Magno. Así que por este lado... ya empezamos mal.

En las escenas abundan interpretaciones lamentables y charlas aburridas que no aportan nada más que tedio.

En lo documental pueden destacarse las entrevistas a algunos historiadores pero lo que se puede saber a partir de ellas es bien poco y hasta contradicen el guionado de la serie.

Esta 'Queen Cleopatra' no satisfará a nadie pues es menos que una serie mediocre con nada bueno que ofrecer.

En fin otra bazofia de Netflix que se ha convertido en una plataforma distribuidora que se especializa en llenar su grilla de bazofias insufribles.

Yo no sé por qué la gente se lleva las manos a la cabeza, cuando esto se veía venir.

Se rodaron series y películas con personajes ficticios que en su origen eran blancos, a los que han vuelto negros (Los Anillos de Poder, La Rueda del Tiempo, La Sirenita, Peter Pan, Pinocho...), pero como "eran personajes ficticios, y los elfos, las hadas y las sirenas no existen", los wokes lo defendieron.

Se rodaron series y películas con personajes históricos que en su origen eran blancos, a los que han vuelto negros (Julio César, Ana Bolena, la Reina Carlota...), pero como "no se trataba de documentales, sino de obras de ficción", los wokes lo defendieron.

Ahora hemos dado el salto a rodar documentales, a los que necesariamente se les presupone rigor histórico, con personajes históricos blancos a los que han vuelto negros. ¿Nos vamos a llevar las manos a la cabeza ahora? Nosotros mismos hemos permitido que las cosas lleguen hasta este extremo, al aplaudir o al menos justificar la inclusión forzada en base a un buenismo mal entendido, o quizás por miedo al qué dirán, no sea que nos acusen de racistas y nos cancelen en redes sociales.

Porque lo cierto es que este documental no se ha rodado con ánimo de divulgación, sino de propaganda política. Ya no es el cambio de color de piel, es que TODO el documental es una inventada con nulo rigor histórico: desde atribuirle a Cleopatra pensamientos, sentimientos o actitudes que realmente no hay modo se saber si se dieron en la realidad o no (porque las fuentes históricas sobre esta reina son mayormente romanas y no contemporáneas a su reinado), hasta errores flagrantes en la escenografía y la caracterización (el vestuario, el maquillaje y los tocados son de fantasía total), pasando por atribuir a su vida hechos y episodios que en realidad no ocurrieron, o no está demostrado que ocurrieran.

Al menos, ha servido para algo; para poner de acuerdo a los críticos, al público y a los historiadores: este "documental" (que en realidad no se puede considerar tan) es más malo que pegarle a un padre. Los únicos que difieren con esta valoración son los miembros del reparto y del elenco, especialmente Jada Pinkett Smith, que en un ejercicio de presunción, arrogancia y absoluta incapacidad autocrítica han proclamado a los cuatro vientos que el responsable del fracaso de esta serie es el supremacismo blanco (!)

Cleopatra, la mujer más hermosa y admirada de la historia de la Antigüedad.

¿Adele James? No, que va. Será muy inteligente, pero ni hermosa, ni buena actriz ni admirada en absoluto viendo lo mal que lleva las críticas.
Es una actriz, tiene que estar expuesta a ellas. Ahí está Morfydd Clark, que es encantadora frente a Adele James, y acepta las críticas y defiende con educación y argumentos coherentes su serie "Anillos del poder" denostada absolutamente por las criticas tanto profesionales como de cinéfilos de a pie como yo.

Realmente Adele James y su actitud prepotente solo hacen que este show resulte tan odioso como mal. Vi el primer episodio y parte del segundo. Fue suficiente.

Cleopatra carece de la vulgaridad de su retrato aquí, como las explicaciones absolutamente poco científicas de los historiadores acreditados más como agentes de una propaganda progre que intentan convencer a todo el público de que Cleopatra era negra, cuando eso es imposible, hay retratos suficientes de ella, siendo uno de los más recientes el de Pompeya en el que aparece con su hijo el pequeño Cesarión que muestra que Cleopatra era de rasgos griegos, por tanto casi europeos.

Y es que Jada Pinkett Smith no debió incluir a la faraona más fascinante de la historia de Egipto en esta historia documental que contará con varios volúmenes de mujeres negras, cuya existencia no comprendo ya que la orgullosa raza negra no tienen que probar ni demostrar nada de nada. El gobierno de Egipto ya se ha querellado contra esta serie por apropiación cultural.

Con eso se resume todo.
El resto de reparto es horrible, actores en horas bajas, poco conocidos y también poco talentosos.
Escenarios imposibles, una Cleopatra tan poco creíble que intenta ser como Juana de Arco y Helena de Troya, dotada de tan poca inteligencia a medida que pasan los acontecimientos como valor y belleza.

En fin un fiasco del tamaño de un cero patatero. Cleopatra era todo lo contrario de lo que Adele James es: no era ante todo vulgar.