Where the Truth Lies

Egoyan realiza un modélico film de misterio en dónde gracias a la sabiduria del realizador y a la notable historia en la que está basado lo de menos es saber quién o cómo murió la víctima si no contemplar cómo alrededor de la verdad surgen temerosas las grandezas y las miserias del ser humano. Siendo un cambio importante en su filmografía (respecto a "Ararat" o "El viaje de Felicia" por citar los dos últimos casos) Egoyan mantiene el aire hipnótico de sus films y maneja a la perfección la fascinación en cada imágen. Ahora metido de lleno en los Estados Unidos de los 70 con una periodista (gran interpretación de Alison Lohman) ahondando en las figuras de sus dos ídolos de juventud rotos por una tragedia encubierta. Más lineal de lo que viene siendo habitual en el realizador (solo hay saltos del tiempo actual a los 50) "Where the truth lies" atrapa y de lo que podría pasar como una película de asesinato y punto consigue un film de arte en su concepción, en sus formas. Gran score de Mychael Danna y magnifica fotografía de Paul Sarossy. Incomprensiblemente 16 meses después de su primer pase en Cannes sigue sin estreno en España. Otro caso más para avergonzarse de nuestros distribuidores nacionales.

Mychael Danna es uno de los compositores más acojonantes que ha dado el arte de la banda sonora en los últimos veinte años. Sus scores son tan potentes que cuando la película es mediocre te parece que es mejor de lo que es por la grandeza que imprime su música. Es lo que sucede con "Where the truth lies", película que tenía todas las cartas para ser grande y que finalmente falla por marcarse faroles a destiempo.

La película rota en torno a un misterioso cadáver y dos actores, amigos íntimos, que se separaron por razones desconocidas veinte años atrás. El misterio es atractivo, así como la ambientación de los cincuenta y de los setenta (separadas visualmente por un soberbio trabajo de fotografía) y Kevin Bacon y Colin Firth están perfectos en sus respectivos papeles. Pero la película cae por varios fallos; la interpretación de Alison Lohman, con unas inflexiones de voz a lo femme fatale de saldillo total; unas escenas eróticas de dudoso gusto que denotan que el que las ha rodado no es un morboso, sino un fisgón: y una resolución final tan esperable como insatisfactoria.

De todas formas, el filme tiene los elementos suficientes para mantener el interés y también para provocar curiosidad por otros trabajos de este director, porque desde luego tiene un pulso distinto e intrigante. Y la mitad de los scores se los hace el gran Danna.

Por debajo de la sugerencia de títulos tan incontestables para la cinematografía "moderna" como lo son "Exótica", "El viaje de Felicia" y/o "El dulce porvenir", el canadiense explora en la metáfora de "Alicia en el país de las maravillas" (ya lo hizo con El flaustista de Hamelin en "El dulce porvenir" y Caperucita roja en "El viaje de Felicia") en esta película de cine negro, inusual en su filmografía y raro para los seguidores de sus primeros títulos. Sigue metiéndose en la piel de chicas jóvenes con un pasado enfermizo pero ahora, ni la música ni esos ambientes que tan bien le caracterizan (el pub de Exótica, esas imágenes de vídeo,...) logran verse en ésta. Ya veremos en su última película (si logra estrenarse, ya que ésta aún no lo ha hecho en España) si consigue estremecernos con sus rarezas.

La pena es que sobre un guión bastante bueno haya habido una realización complicada que lleva más a la confusión que a una comprensión intrigante de la historia. Pero ya sabemos que Atom Egoyan es así ¡Y eso que en esta película está muy comedido! Los saltos en el tiempo no son muy difíciles de seguir, pero los saltos en el espacio, buscando la visión de cada uno de los dos protagonistas, no aportan nada artístico y nada de intriga para buscar las causas de una muerte. Por otra parte, va soltando como pequeñas notas de la verdadera historia que no se quiere descubrir, pero apenas son perceptibles por el público que tendría que hacer otra visión de la película después de conocer el final de la historia, o digamos un poco antes del final. Pero contando con dos intérpretes así de buenos como Kevin Bacon y Colin Firth, uno va creyéndose lo que le van relatando, bien pasado a imágenes, a una periodista cuya interpretación por parte de Alison Lohman no ha sido de mi agrado. Atom Egoyan nos narra una historia como un thriller en lo referente a la muerte de una chica en las habitaciones de los dos protagonistas, pero al mismo tiempo nos va dando ideas sobre la verdadera relación entre los protagonistas, que a fin de cuentas es la historia que nos interesa de la película y que será la clave para descubrir el móvil de un posible asesinato. La fotografía es impecable y la banda sonora muy bien establecida según los distintos estados de ánimo de cada uno de los personajes y en función de la intriga.

Primera película que he tenido la ocasión de ver de un enaltecido cineasta como Atom Egoyan. Todavía no he comprobado si es digno de la reputación que atesora, pues desconozco la calidad de su filmografía. Una cosa sí tengo clara, si fuera por ‘Where the truth lies’, la obra aquí comentada, el cineasta en cuestión no pasaría de la condición de mediocre.

La película gira en torno a una investigación de una periodista, interpretada por Alison Lohman, que deja mucho que desear. Se trata de esclarecer un turbio acontecimiento, cargado de lujuria, que acabó en la muerte de una joven y atractiva rubia. No obstante, la investigación es engañosa, liante y confusa. Tiene demasiados entresijos, no acabando jamás de arrancar, pues enlaza tropezón tras tropezón, conduciendo al espectador inequívocamente a esa sensación tan molesta como es la del aburrimiento derivado de la pesadez.

Torpe película que parece no haber plasmado en imágenes lo que los folios prometían y que además peca de pretenciosidad en más de un momento. Tenía buena pinta la historia, pero yo me perdí a partir del quinto plano de las langostas. Se salva Alison Lohman y ciertos momentos de interés (son los pocos). Desperdiciada absolutamente.