Vaquero

Un actor que solo ha tenido personajes mediocres, ya en sus treinta y tantos, recibe hacer un casting para la película de un famoso director norteamericano de cine independiente que viene a filmar a la Argentina.
Mientras tanto él tiene un personaje de reparto en una película nacional.
Esa vendría siendo la anecdota, minimalista como pocas y la película en si es bastante nimía, nos cuenta casi siemrpe una voz en off, que nos narra los pensamientos del protagonista, como percibe a las personas que lo rodean.
La camara casi siemrpe sobre el rostro del onmipresente protagonista, nos va guiando a ese submundo de los actores de reparto en un país sin industría cinematografica.
Para destacar la interpretación de Leonardo Sbaraglia, que hace una especie de parodia de sí mismo, y también la interpretación de Pilar Gamboa.
El resto de los actores salen poco o nada, y apena se los escucha, ya que supongo que por buscar naturalismo, en ciertos momentos apenas si escuchamos los diálogos, ya que casi todos los personajes hablan entre dientes.
La película es bastante aburrida, y no se entiende si quiere ser una parodia o qué, tiene mmentos dramaticos que tampoco sabe aprovechar, en fin es un constante quiero y no puedo.

En medio de una película minimalista, un actor, que puede ser cualquier actor, lucha por ser más de lo que puede.

Juan Minujín, director y actor principal, nos muestra buenas intensiones a la hora de rodar.

Excelentemente actuada, desde el protagonista hasta el último extra, lleva a un clima tan realista y agobiante que merece destacarse.

Julián Lamar es un actor que sueña con dar el gran golpe. La voz de su mente (en off) nos va mostrando sus miedos, sus angustias, sus alegrías, y sus incertidumbres.
Luego de un eterno pulular por castings mediocres le surge la posibilidad de presentarse a uno para una película que va a ser dirigida por un gran director.

Julián entonces a puesta a todo o nada, sabiendo que puede ser la última chance de convertirse en esa gran estrella que sueña ser.

No todo será tan fácil en ese ambiente plagado de competencia y ansias de gloria. Julián se da cuenta que está sólo en su lucha, cueste lo que cueste.

La frustración, el desengaño y un ambiente hostil, van de a poco haciendo mella en su persona, pero para entonces ya esta jugado, a todo o nada.

Un cóctel de humor y drama, y una interesante idea con la voz en off, redondean un más que entretenido film argentino.
Ojo, no recomiendo Vaquero para cualquier estómago.
Para amantes del cine explosivo y de acción puede parecer un film soso e intragable.
Sin embargo, cuenta con una gran posibilidad de tranformarse en un film de culto o morir en el intento, al igual que Julián Lamar.

Dirigida, coescrita y protagonizada por Juan Minujín. Un actor algo frustrado intenta conseguir un papel en un western que se va a filmar en Argentina.

Por Nicolás Bianchi

El que, por ahora, es el único largometraje dirigido por Juan Minujín, es un pequeño diamante bien escrito y realizado. Todo gira en torno a un personaje frustrado y algo neurótico que está obsesionado con un trabajo actoral en un western que un director estadounidense de cierto prestigio va a filmar en Buenos Aires. Esta fijación parece una búsqueda de una solución para su vida, que él mismo desprecia.

En primer lugar, Julián Lamar (Minujín) comparte un rasgo central con los cowboys que busca interpretar: es solitario. Este rasgo se conserva en el personaje durante todo el tiempo porque, por más que esté acompañado o trabajando, Julián está encerrado en su cabeza, en sus obsesiones. Para contar estas características del personaje, Minujín recurre a unos monólogos en off que establecen un contraste con lo que se puede ver del actor.

Por fuera Julián es un hombre educado, tímido e incluso apagado. Pero por dentro es un volcán de confusión, deseo sexual y cierta ira. El enojo, por lo general, se dirige hacia sus colegas. Con El Gordo (Guillermo Arengo) comparte una obra de teatro en la que este otro actor, al parecer, tiene las mejores líneas y escenas. Al mismo tiempo, es compañero en un rodaje de Alonso (Leonardo Sbaraglia), a todas luces un actor más consolidado que él (que gana en un año lo que Julián gana en diez, porque la plata también es parte de la cuestión).

A su vez, la soledad de este personaje se refuerza cuando está en compañía. En este sentido, la actriz interpretada por Esmeralda Mitre lo estima pero siempre manteniendo distancia. Incluso el propio padre de Julián (Daniel Fanego) parece menospreciar los pingües logros de este artista que vive frustrado. La única que lo valora, o al menos lo desea, es la vestuarista de la película que comparte con Alonso (Pilar Gamboa). Pero Julián desprecia lo que tiene y anhela lo que quizás no puede alcanzar.

La película construye este pequeño mundo exitosamente y avanza para resolver tanto el casting que obsesiona a Julián como su relación con la vestuarista. Con estos elementos, Minujín construye una ópera prima sólida e interesante. La música, que sobre todo se luce en los monólogos interiores del personaje, también es un acierto. Además, no solo el protagonista está bien construido, sino también los roles secundarios. Especialmente, los de Gamboa, Fanego y Sbaraglia.

Vaquero presenta a Minujín como a un cineasta interesante y a seguir. Esto último no ha sido posible ya que, por ahora, se ha volcado casi por completo a la actuación.

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