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Al servicio de la mujer española

Drama Irene Galdós dirige desde hace años un consultorio en una emisora de radio local. El programa tiene mucha audiencia, la gente llama para pedirle consejo y, a veces, ha tenido que soportar algunas bromas pero, últimamente, le inquietan las cartas de una misteriosa radioyente que se hace llamar Soledad. Cuando descubre su verdadera identidad, resulta ser Julio Hernández, un rico conservero de la región, obsesionado con el programa de Irene. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
15 de marzo de 2011
28 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como me pasa con muchas de las películas españolas que valoro, no pensaba hacer esta crítica, pero dejar que este interesante film de Jaime de Armiñán protagonizado por "La Raulito" (la actriz argentina Marilina Ross, que se hizo famosa en España con la inolvidable película "La Raulito") sin ninguna crítica hecha me da pena, así que voy a ello.
Tengo que reconocer el poderoso influjo que tienen en mí las obras que se realizaron durante la transición política española que me tocó vivir de lleno -tengo cincuenta años- y "Al servicio de la mujer española" no es una excepción.
El afán de descubrimiento, de experimentación, de casi todos esos films; su B.S.O., generalmente incluyendo alguna canción de esos inolvidables años; la ingenuidad agridulce de algunos de sus protagonistas, enfrentados a una modernidad sobrevenida y mal digerida, forman un cóctel interesante que yo recomendaría a la gente que está interesada en esa época.
La dirección de Jaime de Armiñán, siempre brillante, un guión apetecible y unos actores con talento: Marilina Ross, Adolfo Marsillach, Mary Carrillo, Amparo Baró, y el incombustible Emilio Gutiérrez Caba contribuyen a realizar una obra con la que el espectador pasará un rato agradable y, si tiene más de cuarenta años, disfrutará y sentirá nostalgia.
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?.
lisufelligus
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4 de octubre de 2013
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marilina Ross que estuvo brillante en el papel que tuvo en la película que Berlanga filmó en Argentina "La boutique" y Adolfo Marsillach protagonizan con una gran dignidad artística la obra y les secundan el genial Emilio Gutiérrez Caba, la inolvidable Mary Carrillo y la excelente Amparo Baró, una actriz que ha trabajado muchas veces con Jaime de Armiñán. El gran defecto que tiene esta película es que carece de unas elipsis en la narración que eran imprescindibles para equilibrar un poco el tono narrativo de una película que está configurada toda ella a base de diálogos. Y los diálogos son ocasionalmente brillantes como suele ocurrir también en otras películas del director pero se echa en falta una progresión narrativa que la acumulación de diálogos no permite. Los movimientos de cámara cuando los hay son lentos por lo que a veces la película cae en lo teatral dado que todo se centra en los intérpretes y en sus respectivos textos. Como por ese lado la película tiene el suficiente interés como para resultar atractiva pues se compensan en parte los defectos de estructura antes apuntados. Hay que verla con tranquilidad para poder entenderla. Un tono moderadamente intimista domina toda la narración. Es una de las mejores películas de Jaime de Armiñán y en ella no faltan los elementos habituales de un cine como el suyo que nunca carece de auténtica personalidad.
Cromatico
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25 de marzo de 2016
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jaime de Armiñán es un director que siempre ha sido fiel a sí mismo, no dejándose llevar por las modas del momento. Por eso su obra es muy compacta, personal e interesante, con sus virtudes y defectos, pero sin que ninguna de sus películas o series de televisión, faceta en la brilla tanto o más que en el cine, se pueda calificar de mala. Ninguna. Todas tienen calidad, todas están entre el aprobado, el notable y algún sobresaliente. Y eso tratándose de alguien que ha dirigido 16 películas y 10 series para TV tiene un mérito extraordinario.
[ Bueno, en realidad sí hay una excepción, su primera película "Carola de día, Carola de noche", protagonizada por Pepa Flores, ex-Marisol, acabó resultando un desastre, pero no achacable a Armiñán, sino al productor Manuel Goyanes, futuro suegro de la artista, que descuartizó el guión a su antojo para desesperación del director y de Leo Anchóriz, el teórico guionista ]

A lo que voy, está película no es de las mejores de Armiñán, pero tiene suficientes atractivos para recomendarla sin reservas. Empezando por la interpretación estelar de una soberbia Marilina Ross, actriz argentina pero exiliada a España desde muy jovencita, de ahí que en la película se le note a veces un ligero acento criollo (por cierto, fue la última película que hizo aquí antes de regresar a su país). Adolfo Marsillach también brinda una magnífica interpretación de un personaje bastante raro y con muchos dobleces. Los secundarios son de muy alto nivel y cumplen como tales: Amparo Baró, Mary Carrillo y Emilio Gutiérrez Caba.

El guión del propio Armiñán no es sencillo para el espectador, exige atención para no perder el hilo, debido sobre todo a los citados dobleces del personaje de Marsillach (trampas, hablando claro), pero sigue los esquemas de profundo desarrollo psicológico de las personalidades tan queridos por el director, tanto en la pareja principal como en el personaje de la hermana, extraordinariamente interpretado por Amparo Baró. También es típico de Armiñán el mensaje de tono ligeramente pesimista que desemboca al final en optimista.

En resumen, película intimista, que se mueve entre el aprobado y el notable, indispensable para los seguidores de Jaime de Armiñán, pero igualmente recomendable a todo aficionado al cine.
Sir Lancelot
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16 de abril de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pequeña joya de la transición, hoy completamente olvidada, como todo el cine de este director, Jaime de Armiñán. No hizo ninguna obra maestra (según mi punto de vista) pero difícilmente decepciona. Este film no está a la altura de: “Mi querida señorita” ni de “El nido” pero el conjunto es de notable.

Marilina Ross y Adolfo Marsillach son los protagonistas, la primera tiene un papel ingenuo y que no ve que su tiempo ha pasado y el segundo un papel muy tortuoso, traumatizado por su infancia. Muy bien los dos. Secundarios de lujo: Mary Carrillo, Amparó Baró, Emilio Gutiérrez Caba, excelentes.
Con todo, los mejor es el guion, muy interesante, tienes que estar atento para no perderte. Unos diálogos brillantes y creíbles.

El tiempo de los consultorios sentimentales había pasado ya, de hecho, los dos más importantes: el de la señora Francis y el de Montserrat Fortuny los clausuraron en 1984, esta película es de 1978. Es que a cualquier mujer de hoy en día les dices que sus madres y abuelas escribían a estos programas de radio para que les aconsejaran sobre lo que tenían que hacer con su vida, les entraría la risa o, directamente, no se lo creerían. Éramos así, afortunadamente hemos cambiado. Retrato de una época pasada que no volverá.

A destacar, la venganza-humillación a la que somete Marsillach a la Sra. Francis-Marilina-Ross.
Barcino
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9 de marzo de 2017
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película coyuntural en la transición democrática española, en gran medida autobiográfica escrita por el propio cineasta y director Jaime de Armiñan. En aquel tiempo todo cineasta intentaba exorcizar todas sus frustraciones y demonios internos del pasado vivido y condicionado por el régimen político, que entonces resultaba novedoso pero que a estas alturas cansa un poquito a los que somos maduritos. El consultorio sentimental de Elena Francis, fue un programa popularísimo en los últimos años de la dictadura que adoctrinaba convenientemente las conciencias. Irene Galdós (me chirría excesivamente el acento argentino de Marilina Ross) es una especie de Elena Francis que suministra consejos morales a las cartas desesperadas que recibe de sus oyentes. Es soltera en una ciudad de provincias y vive con una hermana mayor que la domina y vigila (Amparo Baró), castrando su libertad en el terreno moral.

Bajo el seudónimo de Soledad se esconde uno de sus más acérrimos seguidores, Julio Hernández (Adolfo Marsillach) rico empresario del mundo de las conservas de pescado, un individuo traumatizado por la educación recibida desde niño que gusta de travestirse no sólo físicamente. Su frustrada educación y sus traumas desprenden una misoginia aberrante que deforma su visión sobre las mujeres. La descripción de los personajes secundarios resulta atractiva como ese compañero de la radio que encarna Emilio Gutiérrez Caba, enamorado en discreto silencio de una mujer inmadura que trabaja como consultora de los problemas que ella padece. Se ha enamorado de un extraño personaje que le descoloca y le transmite un misterio que deberá descubrir. Destacable el pequeño papel de Mari Carrillo como ama cuidadora desde la niñez de Julio, al que abandonó su madre, que lo soporta y lo sufre a la vez.

Armiñan hoy cumple 90 años, siempre fue un cineasta elegante y culto que tenía una especial habilidad para navegar por aguas procelosas y sensibilidad para evitar el rechazo del espectador a la hora de tratar una aparente relación turbia o tabú. El cine de Armiñan del que admiro muchas de sus películas, siempre fue sencillo y directo, atrevido para la época, extraño y sugerente, culto pero sin pedantería ni claves encriptadas, su puesta en escena es sobria y contenida, sin falsos alardes técnicos, en esta ocasión recrea un drama costumbrista sobre un régimen político felizmente superado, que contiene un cierto romanticismo pero que no está entre sus mejores trabajos, en mi opinión, una historia que el tiempo la ha envejecido hasta revelarse obsoleta.
Antonio Morales
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