La chica que llegó en un paquete de regalo (TV)

Ocurrente comedia, chispeante y de marcado cariz costumbrista, que combina el sentido del humor con una mirada, entre complacida y crítica, hacia el entorno social.
Las situaciones se inscriben en el contexto de un suave enredo en el que R. Long y K. Valentine dan la impresión de encontrarse en su ambiente. Su actuación resulta precisa, convincente, muy espontánea y con la carga de complicidad necesaria para que funcione bien una película de esta naturaleza.
También el resto del elenco contribuye al mismo objetivo con sus respectivas actuaciones.
Agradable, distendida, fluida y muy entretenida.

Sainete rodado en formato telefilm que presumiblemente se caracteriza porque detrás está Aaron Spelling como productor y en un momento muy dulce de su carrera (posiblemente con su hijita Tori gateando allá donde papá iba) y en que empezaban a triunfar series televisivas (solamente en los Estados Unidos) bajo su multimillonario sello.

Tratándose de un producto concebido únicamente para la televisión, no falta decir que la dirección ya está condicionada por Bruce Bilson (un profesional en la nómina y que colaboró detrás de las cámaras en capítulos series de la factoría Spelling como “Hotel”, o incluso su colaboración en la archifamosa “Dallas”). Y ya que aquí la autoría está limitada y el telespectador disfruta de lo que hay en la escena, solo basta decir que solo falta enriquecer el argumento muy en la línea de las infames y políticamente correctas comedias teatralizadas para la pequeña pantalla.

El título ya da por si por donde irán los tiros: un poderoso y antipático directivo de una revista próximo a la cuarentena recibe una visita sorpresa durante su cumpleaños. Una hogareña chica de pueblo con quien intentará adaptarse. Por si le faltara poco a un hombre siempre rodeado de secretarias y admiradoras, entre ella una emergente Farrah Fawcett.