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La casa del terror

Terror. Thriller Harper, una adolescente que acaba de romper con su novio, decide salir de fiesta con sus amigas en Halloween. Aunque la noche no pinta demasiado bien, pronto entabla conversación con un atractivo joven que despierta su interés. Se juntarán así varios jóvenes que deciden entrar en una casa encantada que promete ofrecer una experiencia extrema a base de explotar sus miedos más profundos. La noche se volverá mortal cuando se den cuenta de ... [+]
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Críticas 45
Críticas ordenadas por utilidad
17 de mayo de 2021
33 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reducir «Haunt» a un mero recuerdo de los estilos de terror de los 80 y 90, es no hacer justícia a la cinta firmada por Scott Beck y Bryan Woods, que dan un concierto a cuatro manos, realizando en equipo ambos trabajos de darle a la tecla, y a la claqueta.

«La Casa del Terror», que es así como nos ha llegado traducido el título de este filme, va más allá de la pretendida nostalgia de resucitar un tipo determinado de género o subgénero; logra un ensamblaje de estilos y referencias que, por muy tópicos o de cliché que nos parezcan, acaba en un producto con su propia identidad única, mientras que otros de similares características y motivaciones, apenas consiguen parecer un asomo de Frankenstein, de fragmentos mal cosidos, lo único que tienen de terroríficos o monstruosos.

Todos los elementos clásicos que podamos identificar, son articulados de manera reflexiva y meditada. Pocos de ellos se antojen como gratuitos o forzados, en un todo que adquiere sentido propio. Cada uno de los componentes de «Haunt», parejos con los de aquellas que es hermana, prima lejana, hija (o incluso nieta), cumplen en su contexto una función narrativa, simbólica o funcional, en el conjunto de su estructura.

La fotografía nos mantiene durante casi todo el rato en un aire obscuro y tenebroso, y apenas hace asomo algun plano luminoso, como es el de la visión de Harper, de su vuelta a casa, donde es recibida por su madre. La cámara, constantemente, se halla en pos del grupo de personajes que se adentrarán en las fauces de la terrorífica casa, situando al espectador como si fuera uno más de ellos. Con lo cual, nos acerca más a la espantosa experiencia que vivirán allí dentro. El ojo de los realizadores, nos convierte en acompañantes de los protagonistas, y hace de lanzadera que con ellos nos transporta, a través de los diferentes planos diegéticos de la historia. El mundo «real» en el que se presenta (el piso donde conviven Harper y su amiga, la discoteca donde se juntan todos los de la pandilla, el coche que los trae a la aventura...); el escenario del pasaje del terror en el que se aventuran al cruzar el umbral de la casa, donde, poco a poco se irá confundiendo la fantasía con la aterradora evidencia; la denodada lucha de los jóvenes para salir de allí con vida, en un entorno de presencia onírica; y, finalmente, el aterrizaje forzoso y accidentado a lo verídico en la resolución. Sin duda, para algunos de ellos, este viaje tendrá sólo billete de ida.

En todo este periplo a través de diferentes planos de vivencia subjetiva de esta pesadilla, los encuadres, la ambientación, los efectos visuales y los decorados se acoplan al desarrollo de la trama en sus principales momentos. Aquí cabe destacar los interesantes recursos de los que echa mano. Por una parte, la atmósfera recreada nos recuerda a películas donde tenemos una surtida colección de monstruos variopintos, generalmente en mansiones o museos, evocadoras del mundo de Edgar Allan Poe, en el que tantas veces vimos presentes a actores como Vincent Price, Peter Cushing o Cristopher Lee; en segundo lugar, esa progresiva inmersión en la ensoñación, la alucinación a la que son sometidos los visitantes de la macabra atracción de «Halloween», cuya única esperanza de salir con vida de ella, es el retorno al mundo consciente (referencia que hallamos, sin ir más lejos, a la franquicia de «A Nightmare on Elm Street», con el malvado Freddie Kruegger); y, para citar una última masa madre de la que se nutre «Haunt», la que consiste en convertir símbolos representativos de lo inocente, lo cotidiano, o lo gracioso, en iconos tópicos del horror. Como, por ejemplo, los juegos de niños, los propios niños (véase «El Buen Hijo», la saga de «La Profecía», la colección de los «Chicos del maíz»), la gente mayor (abuelitas o abuelitos, que representan lo más tierno y acogedor, convertidas en sádicas asesinas), los muñecos («Chucky»), los títeres («Dead Silence») o, como es el caso de «La Casa del Terror»... los payasos (cuya explotación en la iconografía de las de miedo, tiene su referente inequívoco en Stephen King, con «IT»). Más pavoroso que una momia o un vampiro, resulta aquello en donde se supone que jamás hallaríamos precisamente miedo, convertido en monstruoso (nuestra mascota con ojos rojos y echando espumarajos, nuestra mamá persiguiéndonos con un cuchillo de cocina, un cura bautizando con sangre, o nuestra hermana poseída por un demonio...).

La banda sonora, sin pena ni gloria, se queda casi relegada a los momentos que requieren el efectismo de algún sustete que otro, aunque casi nada tira del sobresalto. Basta con este cuadro de máscaras y asesinatos casi rituales, para que la adrenalina vaya sola. La partitura es, junto a los diálogos, insulsos y poco elaborados, lo que menos trabajado está, sin que termine por poner en peligro el resultado final.

El trabajo de los actores, bastante (por no decir del todo) desconocidos, resulta algo más que decente, aunque muy mejorable. La demanda de esfuerzo interpretativo no sería tan exigente de haber contado con artistas de más caché, cuya presencia, bagaje, experiencia y reconocimiento les suele facilitar bastante la tarea. Precisamente, por tratarse de chavales y chavalas novicios en la pantalla, hacía falta un plus de esmero ante la cámara. A los payasos, con el maquillaje, las máscaras y las pintas, ya no les hace falta tanto... ni casi hablar.

Con todo, si al principio alguno de los jóvenes principales resulta poco convincente o creíble, como es el caso de Will Brittain (Nathan), guapo, atlético, prototipo de buen y deportista estudiante universitario norteamericano, con la gorra del revés, que se camela a la Stevens (Harper) con su encanto y un par de cuentos chinos, la evolución dramática posterior de todos ellos les va poniendo a la altura. Lo que nos parezcan pijos o chonis, tontos histéricos cuando las cosas se ponen chungas, creo que va más porque el guión no les deja salir de los tópicos del género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jordirozsa
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5 de enero de 2020
37 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta está co-escrita y co-dirigida por Beck y Woods (Un Lugar Tranquilo) y producida por el siempre polémico Eli Roth (Cabin Feber, Hostel), famoso por sus escenas sangrientas, violentas y con mucha casquería. Es de agradecer haber notado la larga mano de Roth, pues la película no se queda corta en cuanto a todo lo nombrado anteriormente. Protagonizada por Katie Stevens (The Bold Type), que nos sorprende con este papel, ya que nos tiene acostumbrados al de la serie de Amazon –bastante mojigato- acompañada por Will Brittain (Kong: Isla Calavera), Lauren McClain (miembro del grupo de Pop y R & B grupo de chicas) o Andrew Cladwell (Miedo a Morir, Confesiones de un Mujeriego).

Tenemos un Slasher de los buenos y respetando todas las reglas –como le gustaba al bueno de Craven- pero mejor llevada a la gran pantalla –sin contar Scream-. Claro que el señor Craven nunca colaboró –que yo sepa- con un Eli Roth que le diera más caña y seriedad al asunto. Aún así, es de agradecer que la película respete el subgénero y que –yo- al menos, me lo haya pasado bien y la haya disfrutado como hacía años que no me pasaba. Aquí no hay comedia que valga –algo que últimamente se lleva mucho y que a mí no me molesta- pero volver al «origen» es un honor. Esto es un festival de sangre, de carne, de vísceras. Sientes el sufrimiento de los protagonistas, su miedo, sus dudas. No hay JumpScare, solo música sin subir de tono y la propia tensión del metraje. ¿Es todo un juego? ¿Es real o son trucos para Halloween?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Teresa
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15 de enero de 2020
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que yo recuerde de un tiempo a esta parte, siempre han habido las típicas casas del terror, o pasajes del terror, o galerías del terror... ya me entendéis. Un circuito que hacías en vagoneta o caminando que te hacia pasear por escenarios tétricos y terroríficos al ritmo de sustos constantes. Personalmente a mí me encantaban (lo que se acabado desarrollándose en una pasión por el cine de terror) y me congratula ver que, si bien este tipo de atracciones han, prácticamente desaparecido de las ferias y parques temáticos, han sido para evolucionar en crear sus propios parques o similares donde desarrollar todo su potencial. En este saco podemos también incluir a los escape room de terror. La Casa del Terror aprovecha esta afición para hacer su propia película, no es la primera pero si la que mejor lo ha hecho.

Un grupo de amigos pasa Halloween sin demasiadas expectativas más allá de tomar algo por ahí. Cuando ya se iban para casa uno de ellos propone ir a una Casa del Terror que está en las afueras y que es exclusiva para esta noche. A todos les parece bien, no hay nada que perder ¿no?

La película no es más (ni menos) que un homenaje a las películas de terror de los 80, eso es una trama simple, unos asesinos con estética definida, algunas escenas potentes y por ahí iría la cosa. El problema que veo que, aunque nos chiflen las películas de esa época, parte de la gracia que estas tenían era que precisamente eran de su época y que los tiempos cambian nos guste más o menos y lo que funcionaba antes (y que sigue funcionando si se re visualiza) no tiene por qué hacerlo si sigues su A, B, C en nuestros días.

Aun así la película lo consigue por momentos, cuando ya está la trama (por llamarlo de algún modo) desarrollada, llega el momento de las tortas y la película es realmente divertida. Pero unos protagonistas poco carismáticos, o que directamente te da igual lo que les pase, unos asesinos que son muy inteligentes para unas cosas pero auténticos inútiles para otras y una cierta sensación de “esto ya lo he visto antes” hacen que, una vez termine la película, te deje una sensación de “sí pero no” y que, con haber cambiado algunos detalles podríamos estar hablando de una película realmente buena.

Scott Beck y Bryan Woods escriben y dirigen su segundo largometraje tras Nightlight (2015) otra cinta que homenajeaba a los 80 pero con algo de menor fortuna que esta. En la columna de los contras pondría su indecisión para mostrar auténtica violencia en pantalla, y tranquilos que la hay, pero tampoco tanta, hay algunos asesinatos que ocurren off the screen lo que me parecen balas desperdiciadas y una escena bastante gore, lo que me hace preguntarme por qué solamente hay una, si ya tienes calificación R (para mayores de 18 años) por esa escena pues que no pare la fiesta, pon más. En la columna de los pros está sin lugar a dudas su imaginación y potencial para pensar en escenarios y situaciones interesantes, si bien hay un poco de Saw, un poco de Rob Zombie y algo de Escape Room (2019) (aunque esta última es casualidad), se nota que tienen ideas para distanciarse de todos ellos, empezando por la original propuesta de asesinos y su motivación, que es simple pero funciona.

Protagonizada por un puñado de caras jóvenes y desconocidas, no me atrevería a destacar a ninguna de ellas puesto que, o están nulamente desarrolladas o en cambio, de manera excesiva, con un trasfondo que de tan especifico se torna desubicado y que no aporta nada a la trama más que un epílogo curioso y poco más, aunque si lo piensas bien no tenga mucho sentido.

Película entretenida y por momentos divertida que no inventa la rueda ni lo pretende, que en ocasiones podría haber puesto un poco más de su parte, en específico en sus personajes protagonistas y algo más de mala leche, pero que aunque sea poco memorable te puede dar una sesión de cine decente.

https://www.terrorweekend.com/2019/11/la-casa-del-terror-review.html
TerrorWeekend
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25 de noviembre de 2019
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Del found footage al slasher

Si en su antes citado y poco conocido debut Nightlight (2015), los directores Scott Beck y Bryan Woods, apostaban por un found footage al uso, deudor de El proyecto de la bruja de Blair (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999), tanto en su aspecto visual como en su temática, ya que trataba de un grupo de jóvenes un tanto descerebrados que se adentraban en un bosque maldito e iban cayendo uno tras otro, en La casa del terror (Haunt) abandonan la estética de la cámara en mano subjetiva y proponen un slasher de manual, donde otro grupo de jóvenes en busca de diversión durante la noche de Halloween, irán a parar a un lugar que se convertirá en la peor de sus pesadillas.

Se nota que los directores son unos frikis del cine de terror y que les apasiona el género (como a mí), sin embargo, tampoco logran imprimir una personalidad propia en este segundo trabajo que vuelve a caer en los tópicos más manidos y que recuerda demasiado a los trabajos de otros cineastas más notables como Tobe Hooper, Wes Craven o incluso James Wan o Rob Zombie. Mucho más interesante y elaborado resultó su guion para Un lugar tranquilo (John Krasinski, 2018), una de las películas de terror más taquilleras de los últimos años que lograba un perfecto equilibrio entre el drama familiar y el cine de género más mainstream.

*Cine palomitero al estilo de los 80

La casa del terror (Haunt) es más modesta. Es cine palomitero y festivalero, de maratones nocturnas que se disfruta mejor en compañía. Con reminiscencias del cine de los 80 y el cine exploitation, pero con un tratamiento visual moderno y directo, la película sabe a lo que juega y no intenta ofrecer nada más, alejándose de las propuestas de género que últimamente buscan un cine más elevado o trascendente, pero le cuesta crear una atmósfera suficientemente terrorífica para los que acostumbramos a ver este tipo de películas.

La casa del terror (Haunt) está producida por Eli Roth, creador de clásicos recientes como Cabin Fever (2002), Hostel (2005) o Green Inferno (2013) y también de algún desliz como Knock, Knock (2015), su mano es visible en el salto cuantitativo que hacen los directores entre sus dos películas, en cuanto a ambientación y puesta en escena.

*Psicópatas con máscaras

La casa del terror (Haunt) sucede casi íntegramente en el interior de un túnel del terror lleno de personajes enmascarados que pronto descubriremos no son simples actores del espectáculo, sino que sus máscaras ocultan a verdaderos psycho killers sedientos de sangre y con muchas ganas de plantear juegos al más puro estilo de las escape room a sus presas. El problema es que cuando los psicópatas se quitan las máscaras dan bastante menos miedo que con ellas puestas.

El guion como vemos es lo de menos, incluso cuando se intenta otorgar cierta profundidad a los personajes, casi resulta más molestia que otra cosa, como toda la subtrama metida con calzador de la scream queen protagonista, Katie Stevens, con su novio maltratador y un pasado donde su padre también lo fue con su madre. Stevens, cantante surgida del programa American Idol y de la MTV con la serie Faking It (Las Farsantes), cumple con su cometido de manera discreta con un personaje que tiene una transformación poco creíble.

*Conclusión de ‘La casa del terror (Haunt)’

La casa del terror (Haunt) es un film hecho para aficionados al género, con muchos elementos que recordarán a otras películas y que puede resultar entretenido si no eres demasiado exigente. Cine palomitero y festivo para amantes del slasher y el terror sangriento, el resto pueden abstenerse de verla.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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18 de setiembre de 2019
35 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si lo que esperas ver es un slasher con todos los elementos que aporta este subgénero, esta es tu película, y aparte tiene un guión bastante agradable.

Haunt tenia dudas de verla pero algo me llamo la atención de su trama, y además es dirigida por dos de los coguionistas del filme de terror más seguido del 2018, me refiero a A Quiet Place, eso ya me dio mas de una razón para verla y no quede para nada insatisfecho. Haunt es un filme de terror con todos los elementos slasher habidos y por haber, una casa encantada en halloween con personajes perturbadores, sus máscaras, cuchillos y demás, sin ir mucho a spoiler yo creo que si esperas ver un buen filme de terror te llevaras una grata sorpresa, en realidad vas a ver bastante de lo que te promete esa agradable portada.

Película producida por Eli Roth que forma parte de las tantas películas a las que nos tienen acostumbrado los norteamericanos respecto ha este genero, pero que sin duda alguna te dejará un buen sabor de boca, porque de principio a fin tendrás puro entretenimiento terrorífico.
Javiji86
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