The Big Bluff

La viuda rica se ha enamorado. Se ha enamorado y no sabemos si de un señor o de un truhán. El espectador avezado como siempre desconfía, desconfía de él y desconfía de todos como es lógico, por turnos y según van apareciendo, pero ella no. Y esta es la propuesta para estos 70 minutos, un impasse, un punto muerto lleno de expectativas para el caballero apuesto y para el espectador que esté de paso, un planteamiento seductor y convincente para mantenerse atento a ver en qué queda esta jugada, si en un éxito o en un bluf.

Película rotunda e intensa.
La gran labor del guionista (F. Freiberger) convierte un argumento aceptable -historias cruzadas de amor y de seducción- en un exquisito deleite cinematográfico.
Y W. Lee Wilder, especialista en películas singulares, deja la impronta de su talento como director y sabe imprimir un ritmo narrativo sencillo, directo y eficaz que conviene al desarrollo de la trama.

La excepcional calidad en la interpretación de sus protagonistas (irresistible J. Bromfield) hay que considerarla como un regalo adicional.

Producción modesta, vamos, que si la expresión "serie B" no existiera, habría que inventarla para esta peli. Tiene algunas ideas que no están mal de entrada, pero también muchas limitaciones. Entre otras, que el hermano de Billy Wilder no era un hacha dirigiendo, que las actuaciones son regulares y que el guión tiene puntos difíciles de creer (algunos directamente delirantes). Y, sin embargo, tiene cierto encanto imposible de definir. Quizá sea ese John Bromfield haciendo de latin lover, ciertos momentos y ciertas atmósferas o ese retruécano final, pero es una película a la que se coge cariño. Por eso le pongo un 6, pero soy consciente de que, buena, no es.