Disfrutando mi libertad

Cuando vi el título de la película en el teletexto, pensé que era una de esas películas de segunda (de los sábados por la tarde, claro) sobre la abolición de la esclavitud. Después me di cuenta que no, que era todo lo contrario: una niña de papá (papá presidente de los Estados Unidos) rubia, pija y (por qué no) sin muchas luces que "desea la libertad", haciendo cosas como teñir su precioso pelo rubio en moreno (¡uh, qué atrevida!). Libertad vigilada, por lo visto.

Pasando por alto el paralelismo con "La hija del presidente" de Katie Holmes (película que recomiendo por si quieres saber cómo perder 90 minutos de tu vida), la película se defiende. O al menos lo intenta poniéndonos actores guapos y finales previsibles. Eso sí, no me creo que sea un remake de "Vacaciones en Roma", porque si nos ponemos a comparar entre la Obra Maestra de Audrey Hepburn y Gregory Peck y...esto, pues eso, que las comparaciones se hacen odiosas...o realistas.

Zapeando por la tele, en una de estas tardes de fin de semana de ratos perdidos, se va de oca en oca por los canales y se termina cayendo inevitablemente en alguna romanticona de a euro el kilo.
Ahora le ha tocado a una adaptación teen de “Vacaciones en Roma”, con hija de presidente que quiere escaparse de la fama haciendo un alocado tour de supuesto incógnito por Europa.
Es que el mito del primer gran amor juvenil que se encuentra en el lugar menos indicado y en el momento más inoportuno, viviendo la vorágine de la evasión y la aventura, siempre tiene su cosilla.

Especie de puesta al día de "Vacaciones en Roma" (1953) pero cambando la capital italiana por un rosario de urbes europeas que incluye Praga, Venecia, Berlín o Londres. Lo que antes era una princesa ahora es la hija del Presidente de los Estados Unidos y sí en aquella ocasión el galán era un fantasioso periodista, en esta ocasión el joven es... no, no lo puedo decir porque tiene miga y estropea el argumento. Lo que sí anticipo es que estamos ante un ejemplo más de relaciones desiguales de esas que en general detesto, ella rica, él pobre, pero que en algunas ocasiones funcionan bien, para que veáis que no soy tan clasista. Este es el caso, tal vez porque la clase de personajes y la trama-fuga lo requieren, y también porque el chico se porta como todo un señor.

Supongo que como ya tengo ganado el infierno cinematográfico, ese donde somos arrojados todos aquellos herejes de gustos discordantes con la opinión mayoritaria y erudita, no me importa decir que me ha gustado más que el gran clásico de William Wyler. La trama es de lo más inocente y su desarrollo es predecible hasta el extremo. Sin embargo Andy Cadiff tiene la ventaja de contar con Mandy Moore, una joven muy simpática que además está como un tren, motivo por el cual todas las aventuras de su Anna Foster, incluso sus boberías, que las hace aunque justificadas por su delicada situación, la hija sobreprotegida de un sobreprotector presidente del país, se siguen con un enorme interés. Al final, muy majos los dos, una bonita historia romántica y buen rollo del sano.

La hija del presidente de los EEUU (Mandy Moore), no tiene ninguna libertad. Está vigilada constantemente por seguridad, cosa que ayuda bastante poco a llevar alguna relación tanto amorosa como de amistad. Harta de la constante vigilancia a la que está sometida, un día decide escaparse y se topa con un chico guapo y fotógrafo (Matthew Goode). El chico fotógrafo en cuestión es un agente secreto del presidente encargado de vigilar a la hija de este sin que ella se entere. Evidentemente, ya sabemos cómo sigue la historia, pues es un pastelón en toda regla.

El papel de la hija del presidente sería vulgarmente el de una chica adolescente calentona y el del chico “fotógrafo”, agente secreto, el del joven serio al que una adolescente alocada le abre la otra visión del mundo, la divertida.

En mi opinión una peli demasiado básica, y con un guión fácil de adivinar.

LO MEJOR: Matthew Goode, que hace de agente secreto es muy mono, ha hecho otras películas mejores, como Match Point. Supongo que pasaría por un mal momento para elegir este papel y esta película.

LO PEOR: Es una película insípida. Mandy Moore que se retire ya, hace el mismo papel que en ¡Porque lo digo yo! Y no le pega nada ir de adolescente…

En tan solo cuatro frases intentaré dar mi opinión sobre este film.
Es evidente desde un principio los parecidos con Vacaciones en Roma . También lo es que no le llega ni a la suela del zapato. Audrey sólo hay una y aunque nos resulte entretenida y cándida no deja de ser un subproducto americano mas. Para una tarde domingo no está nada mal o para entretener a los más pequeños.