Mario, María y Mario

Bienintencionado retrato del desconcierto en que buena parte de la sociedad occidental se sumergió cuando desapareció el bloque del Este y se desmoronaron todos los paradigmas.

Esa 'buena parte' es, claro, la progresista que aún creía que las relaciones entre capital y trabajador se podían organizar de otro modo.

No importa que todas las izquierdas vigentes en el tránsito entre los años 80 y 90 repudiaran el socialismo soviético: su desaparición afectó a toda la progresía, desde la socialdemócrata hasta la trotskista, pasando por un eurocomunismo que ya no se llamaba así. Todos dijeron que aquel derrumbe les daba la razón, a izquierda y a derecha, y sí seguimos un montón de años después.

Los italianos lo vivieron como un divorcio, y así lo retrata Scola en esta película familiar, simpática, deliciosa, con un paralelismo entre matrimonio y PCI tan evidente que mueve a la compasión, pero que no deja de ofrecer una buena película de las que se hacen en Italia.