Kundo: Age of the Rampant

Me encanta el cine coreano y tras haber visto peliculones como Castaway on the moon y Old Boy entre otras, me he animado a ver Kundo porque recientemente he visto la serie original de Netflix "Kingdom", que me sorprendió y gustó mucho. Como Kundo está basada en la misma etapa histórica que Kingdom me animé a verla sin dudarlo, más aún cuando leí la sinopsis y pensé por un momento en revuelta de campesinos = Los siete samuráis de Akira Kurosawa.

He de reconocer que esta película tiene una banda sonora que mola mucho y que hasta parece plagiada del mismísimo maestro Morricone. Por otro lado el rodaje es en exteriores (y eso me encanta), además con una buena fotografía. La caracterización está muy bien y los escenarios están bien conseguidos, además de tener unas peleas bien coreografiadas aunque bastante fantásticas y muy rollo chino (y eso en lo personal no me gusta). Con todos estos ingredientes, que parecen suficientes, me he terminado aburriendo porque aunque en el apartado técnico y artístico es notable, el guión, los personajes y los diálogos dejan mucho que desear. No deja de ser la típica historia con un malo malísimo que además es invencible, y de un grupo de buenos buenísimos que luchan contra este. La historia se desarrolla lenta y torpemente y los personajes están ahí y no sabemos nada de ellos, tan sólo del carnicero y el malvado, por lo que al final la historia es puramente de la venganza del bueno contra el malo. En mi opinión, una buena película que dura más de dos horas debería de tener un buen desarrollo de personajes con los que empaticemos como en Los siete samuráis, o si lo que buscas es acción pura y dura que por lo menos te deje con la boca abierta y los ojos clavados en la pantalla como Mad Max, furia en la carretera, y Kundo no tiene ni lo uno ni lo otro pues termina siendo una historia alargada y plagada de clichés y personajes estereotipados.

Conclusión: Kundo es una película diferente, un western coreano, que te gustará si te gusta un determinado tipo de cine. Si no te gusta el cine de mamporros y buscas algo profundo o que te haga sentir o pensar, Kundo te aburrirá. En mi opinión ha estado bien ver algo diferente a pesar de que no inventa absolutamente nada, pero jamás volveré a verla.

Sin duda una de las cosas que más me gustan del cine coreano es la habilidad que tienen para mezclar diferentes géneros con maestría en una sóla película, a veces transitando de uno a otro y en otras ocasiones, como en la que nos ocupa, como una mezcla contínua. Kundo pasa por la acción, la comedia, algo de drama e incluye claros elementos western. Esta mezcolanza no termina de funcionar en la primera parte de la película, puede descolocar un poco al espectador pero conforme avanza la trama se va solventando.

Entre sus muchas virtudes destaca lo influida que está por el cine de Sergio Leone, clarísimamente en la música, genial y que evoca contínuamente a Morricone, también en cuanto a recursos cinematográficos, contínuos primeros planos de las caras de los personajes, y en la fotografía, los elementos naturales y el paisaje tienen mucho protagonismo. Llama también la atención en este apartado la estética, extravagante y a veces extraña en caracterización de personajes y muy convincente en ambientación.

Un punto fuerte muy a destacar son las escenas de acción en general y las de lucha en particular, no sólo muy bien coreografiadas, también rodadas de una forma muy poderosa que les da mucha fuerza. Las actuaciones son además bastante buenas en general, un poco histriónicas en algún caso, pero es algo a lo que ya nos tiene acostumbrado el cine asiático.

Narrativamente hablando tiene cosas muy mejorables, sobre todo al principio, ya que necesita mucho tiempo para explicar bastante poco. El problema parece solventarse bastante gracias a la estructura por capítulos que tiene, pero aún así se hace lenta en muchas partes en las que la trama prácticamente no avanza. La historia aunque bastante completa parece estirada y eso queda reflejado en una duración algo excesiva que puede hacer que se pierda el interés. Aún con todo es muy recomendable y disfrutable.

Entretenida película con mucha acción, que cuenta la vida y obra de un grupo de bandidos que se oponen al rico de un feudo en la Corea de mediados del siglo 19. Narrada con mucho ritmo y energía, bajo la dirección de Jong-bin Yun, un director que no se ha destacado precisamente, pero que consigue aquí un film muy redondo que no fatiga a pesar de las dos horas de metraje.

Con una estética tomada del cine del oeste americano a lo que ayuda una música muy similar a la que hacía Ennio Morricone en los spaguetti western de Sergio Leone.

Vale la pena verla para pasar dos horas deliciosas viendo peleas con espadas y artes marciales. No me cansaré de alabar el excelente cine que se hace hoy en día en Corea y China. Sin duda no tienen nada que envidiar al cine americano.

La idea de la película no es mala, un western estilo oriental. Una historia típica tanto en westerns como en películas de diferentes géneros. Unos señores, feudales en este caso, que abusan del pueblo y un grupo de personas, que pretenden luchar contra eso. Hasta ahí no hay problema, un argumento repetido a lo largo de la historia del cine que ha dado grandes películas. El problema es que parece que no han acertado con el desarrollo de la idea.

La película claramente pretendía ser una película que tuviese acción, pero que tuviese una parte dramática y filosófica que la dotara de más profundidad y ahí es donde encallan. La historia es bastante plana, al igual que los personajes, con los que cuesta conectar. Además el desarrollo argumental está hilado de forma torpe y muchos de los eventos importantes de la película parece que están puestos a la fuerza. Es decir, sigues el hilo porque es sencillo de seguir y porque al final has visto quinientas películas parecidas, pero no ves una historia realmente cohesionada y fluida, muchas de las transiciones son bruscas. La película se presenta como diferentes capítulos intentado que parezca todo más cohesionado pero no lo consiguen.

Con todo esto hay que decir que la película de deja ver. Tiene una buena fotografía, tiene una buena banda sonora y unas coreografías de lucha, que aunque no me parecen las mejores, están bastante bien, además de tener ratos entretenidos.

Dicho todo esto, mi sensación cuando acabó la película fue que le sobraba parte del metraje. Si no hubiese sido tan larga, no sería mejor, sería una película de peleas pura y dura. Argumentalmente no habría sido buena, pero desde luego sería más dinámica y al final la historia se habría quedado más o menos en lo mismo, por lo que seguramente se haría menos pesada.

Ni la música esconde su estilo. Es un western para disfrutarlo y no entrar en valoraciones mas profundas. Los buenos muy buenos, y los malos malísimos.
Grandes dosis de acción, escenarios bastante cuidados y los roles de los personajes principales en la línea del estilo.
Mas de dos horas de metraje que se dejan ver sin problemas, a pesar de ser muy previsible y saber como acabará. Quizás le sobren algunas escenas demasiado estereotipadas pero por lo general una buena peli de acción coreana.