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Nación asesina

Thriller Salem ya no es el de los juicios por brujería. De hecho, el Salem de los smartphones es mucho peor. El hackeo y la publicación de buena parte de la información íntima de sus ciudadanos hará que la gente de Salem pierda los papeles, desencadenando una ola de violencia que termina arrastrando a cuatro chicas, acusadas de estar detrás de este hurto cibernético y perseguidas como si fuesen brujas de nuestros tiempos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 39
Críticas ordenadas por utilidad
16 de diciembre de 2018
59 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con solo un primer vistazo, Assasination nation nos parece uno de esos intentos de capítulos fallidos de Black Mirror que tanto intentan adaptar a la pantalla algunos cineastas.

Sin embargo, cuando profundizamos en la historia que se nos presenta y en los diferentes caracteres que se nos muestran, el abanico de posibilidades se va abriendo y encontramos ecos de La Purga, Las brujas de Salem o incluso las películas de terror adolescente de los 70 y los 80.
La trama peca de excesiva simpleza, pero a medida que avanza el film nos va mostrando detalles que resultan bastante atractivos y nos mantienen pegados a la pantalla.
Pareciera que en un mundo tan hiperconectado como el nuestro, está de moda hablar de los efectos colaterales de la tecnología y de la forma que pueden tener estos de afectar a nuestra vida diaria.
Esto ocurrirá en la trama, hundiendo la reputación de un conjunto variopinto de personajes que sufren encuentros y desencuentros en el pueblo de Salem.
Y es entonces cuando aparecerá el grupo de Lily y sus amigas, volviendo a convertirse de nuevo en ese culpable fácil al que castigar por los pecados secretos de todo el mundo.

La primera parte de la película esta exquisitamente narrada y refleja al cien por cien la realidad en la que vivimos en la actualidad y como un simple click o un hackeo puede hundir nuestras vidas.
Y es que nuestra privacidad cibernética se ha convertido en uno de nuestros sellos de identidad, reflejando fielmente quienes somos o que queremos esconder. Si un rostro es una tarjeta de presentación, el historial oculto de un portátil es la clave de acceso al mundo interior del otro.
Quizá, el gran error del film sea intentar mezclar demasiados conceptos en su segundo tramo.
Temas como la transfobia, la homofobia, el machismo, el racismo y el sexismo son intercalados en pequeñas dosis y mezclados con altas cantidades de humor negro y cinismo. Sin llegar a profundizar en ninguno y sin definir un mensaje claro sobre lo que se quiere decir.

Aunque el discurso final es claramente feminista y defiende la lucha por la libertad de la mujer y la igualdad de derechos, no es un film cuyo principal mensaje sea ese.
En resumen, podemos decir que Assasination Nation es como un paseo en una montaña rusa. El viaje resulta extremadamente divertido, pero al final del paseo tienes una sensación rara. Los baches que has atravesado no han aniquilado la diversión, pero han sido demasiadas emociones y uno se encuentra un poco mareado, sin saber muy bien que destacar del final del recorrido.
Nadja
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17 de octubre de 2018
48 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Assassination Nation es a todas luces un hibrido entre Spring Brakers y La Purga, pudiendo afirmar que estamos ante una de las películas más divertidas del año, teniendo incluso en cuenta que en una de las escenas finales en pleno frenesí y siendo uno de los momentos más deseados por el público, el guionista y director al mando Sam Levinson decide optar por el indulto y dar ejemplo y engrosar la bondad de las protagonistas en post de la reivindicación y a espaldas del espectáculo y la diversión. Con esto quiero advertiros que ésta es una película de contrastes, de extremos y emoción pero también de medias tintas, por eso la privación a las cinco estrellas.

Un hacker está filtrando la información privada de los ciudadanos de un pequeño pueblo de EEUU, lo que empieza como un ataque selectivo que revela los secretos más tórridos de las máximas autoridades, desembocará en el caos total al filtrarse las fotos privadas subidas de tono de una adolescente, poniendo en el foco de atención de la crispación popular a ella y a sus tres amigas incondicionales.

Ritmo trepidante, adolescentes con mucha testosterona, diálogos infernales llenos de sarcasmo y humor negro, además de todo ello, las chicas son guerreras, ¿qué más se puede pedir? Ésta violenta high-school movie cuenta con prácticamente todo, es un cóctel de ingredientes que molan, unas interpretaciones en general bastante destacables especialmente la de las máximas protagonistas Odessa Young, Hari Nef, Suki Waterhouse, Abra y el secundario Jeff Pope. Un guion bien revisado e ingenioso en los diálogos que hace de todos estos elementos una buena mezcla.

La parte que no convence en absoluto es en la ideológica, da mucha caña y pretende romper con todo, ser una película gamberra y poner colorado a los más conservadores, pero a mí entender se queda a medio camino de romper con los pilares que dan razón de ser a los exaltados ciudadanos que presenta la cinta.

Las protagonistas vienen denunciando desde el principio, incluso se llega a mencionar en el propio film, la falsa moral, entendemos que habla especialmente de la falsa moral de los ciudadanos de EEUU, los viste con banderas de dicho país en todo momento y desde todos los bandos, esa bandera que une a una sociedad profundamente patriota y machista pero también creyente y racista. Ése que es el origen y la razón de ser de un pueblo que acude a por sangre como si de los pueblerinos que querían quemar a Frankenstein en el film de James Whale se tratara. Cabe preguntarse por qué no se escucha hablar de esos pilares que definen las personalidades de los secundarios, quizás porque no son tan populares en estos momentos como lo es el feminismo, en cualquier caso, una crítica positiva a la sociedad pero a medio camino de molestar a los que no quieren cambiar una mentalidad retrograda del pasado.

Hacía el final del film y en primer plano la protagonista lanza un discurso directo y claro con un manifiesto que bien podría suponer el culmen final de la película al más puro estilo subidón, pero este queda un tanto ahogado tras casi dos horas de lucha revolucionaria y excitación en plena explosión del ritmo por parte de las más perjudicadas protagonistas que ven como su mundo, el nuevo mundo que viene, es totalmente incompatible al de sus padres y a los mayores que les rodean.

A pesar de tener infinidad de referencias hacia las mujeres, ser éstas las máximas protagonistas de la película, así como un discurso final en boca del personaje principal, abogando por la libertad de ser, vivir y sentir por parte de las mujeres con total respeto y libertad, sería un tremendo error en perjuicio de la denuncia general del film, entender como si éste, la lucha por la igualdad hacía las mujeres, fuera el único tema principal de la historia. Es lo que más luce, pero no es de lo que trata el tema principal, siendo éste la vulnerabilidad a la intimidad en el entorno cibernético que sufrimos todo el mundo y al juicio rápido y condenatorio aplicado por una sociedad fácilmente manipulable en base a su propia falsa moral. A lo visto y dicho me remito.

Una película diseccionada en dos mitades, una primera parte altamente fidedigna y bien elaborada en la narración de lo que se ha convertido nuestra sociedad, todo ello visto desde los ojos de los adolescentes y una segunda porción donde todo está llevado al extremo, el argumento así como las exigencias personales se camuflan en una violencia descontrolada que aporta diversión gratuita a la historia, junto al que podría ser el mejor chiste corto de humor negro de este año para el cierre de la película, siempre en clave “milenial”.

http://www.terrorweekend.com/2018/10/assassination-nation-review.html
TerrorWeekend
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10 de diciembre de 2018
36 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo indicaba a que la película iba a ser para adolescentes por las imágenes del póster, pero mi sorpresa fue mayor cuando empiezo a ver la delgada línea roja que hay entre la privacidad y cómo te puede arruinar tu vida una mentira filtrada en internet por un hacker. Puede que sea un refrito de muchas películas no digo que no, pero resulta la mar de divertida y gamberra.

Posiblemente tiene un arranque lento, pero poco a poco se va convirtiendo en toda una sátira de horror y una de caza de brujas (incluso el pueblo se llama Salem). Primero se exponen los secretos sucios del alcalde, luego el director de la escuela secundaria  y luego los ciudadanos descubren que sus mensajes de texto y galerías de fotos privadas se han compartido con todos en la ciudad. Las autoridades rastrean la actividad hasta la casa de Lily, y la ciudad se transforma en una histeria colectiva con sed de sangre, desatando una locura contra este grupo de chicas muy populares y activas en la redes sociales.

El guionista y director Sam Levinson (Another Happy Day) es el encargado de plasmar en imágenes esta historia tan surrealista, pero tan cercana a la vez y con esos significados ocultos que nos harán recapacitar. Combinando perfectamente el drama, el horror, el thriller, la acción, la comedia, la denuncia a la sociedad americana y su clima político actual con discursos que van desde la homofobia, la transfobia, el machismo o la misoginia.

El ritmo es vertiginoso, el montaje es excelente, y hubo muchísimos aplausos en el pase que vi en el Festival de cine de Sitges de este año.
Destino Arrakis.com
videorecord
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29 de marzo de 2019
62 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se abre con una orgullosa prolepsis, en tono belicoso e incendiario, que recuerda un poco a las proféticas provocaciones de Gaspar Noé en 'Solo contra todos' o 'Irreversible'. Primer desencuentro personal con la película: no concedo valor inherente a la vocación de sátira o a la voluntad de irreverencia.

El ridículo nivel de mordacidad de la película es un segundo motivo, personal, para ir alejándome de ella. Torpezas tales como mostrar a un alcalde detractor fervoroso del movimiento LGTBI que, minutos después, resulta que en verdad gusta de ser sodomizado y disfruta vistiendo medias y tacones. No es que el ejemplo de "doble moral" sea vergonzosamente facilón (un simple capítulo de "South Park" o hasta de "Los Simpsons" encierra más ingenio), es que es contradictorio relegar, al final, la dignidad humana (ajena al género) a una prosaica cuestión de "sí o no" al placer anal. Como si un heterosexual al que le gusta ponerse tacones en realidad no está tan lejos de un colectivo entero que, entre otras cosas, no debería ser presentado como una masa homogénea movida por los mismos motivos. ¿Acaso los hugonotes en Francia, los diggers en Inglaterra o las frondes no arrastraron tras de sí numerosos descontentos por igual de numerosos motivos?

Y, en general, el discurso de la película ya sigue los cauces del de cualquier adolescente ocioso de Twitter, cuya más alta cota orbita sobre dilemas acerca la sexualización del selfie y demás disquisiciones que sólo entretendrían a una sociedad acomodada y ajena a carencias elementales.

Este vía crucis de tópicos y falsas palmaditas en el pecho me lleva a una conclusión, intransferible y personal en cualquier caso: la actitud reivindicativa está desligándose, inexorablemente, de los objetos y necesidades a reivindicar y está constituyéndose, peligrosamente, en un valor en sí mismo. Nada extraño, por otro lado, en una sociedad cuyo principal mal, a mi modo de ver, es la infantilización rotunda en forma y fondo. Y, por supuesto, siempre he considerado que la voluntad de crítica debería ir siempre acompañada, qué menos, de cierto nivel intelectual, de una tesis seria. O, como mínimo, procurar que la rabia no supere al discurso; o sea, peor aún, el discurso mismo.

La película es, a mi modo de ver, una gamberrada ligera, parlanchina, sin enjundia alguna y que desemboca en un frenético festín de tiroteos, que seguramente sólo pueda interesar a adolescentes o a sus equivalentes adultos.

Gracias.
Nuño
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15 de diciembre de 2018
72 de 125 usuarios han encontrado esta crítica útil
Assassination Nation es una de esas películas que se cree transgresora, ácida, cargada de crítica social y en cierto modo revolucionaria. Por desgracia, no solo no es una película original, sino que es otra muestra más del adoctrinamiento ideológico que ciertos movimientos feministas se están encargando de propagar en películas y series en los últimos años.

Y es que Assassination Nation es hija de su tiempo y va a lo fácil, a demonizar al hombre, mostrándolo como un ser violento, cafre, violador y estúpido. No faltan los policías mentecatos, a lo votante de Trump, ni los típicos chulitos deportistas de instituto americano. En un atisbo de indulgencia, los guionistas salvan de la quema a un personaje masculino, seguramente por ser latino y no ser responsable de que los pueblerinos votantes de Trump quieran quemar brujas.

Pero resumir Assassination Nation como otra muestra de los estereotipos más flagrantes del hembrismo sería simplificar demasiado. Lo cierto es que la película, pese a que retrate a las mujeres como víctimas reconvertidas en heroinas y guerreras, también actúa como un retrato de una sociedad enferma, mostrándonos como las redes sociales y la falta de anonimato en internet, han echado a perder la ética, la privacidad y las relaciones. El problema, de nuevo, es que el retrato de la sociedad que realiza Assassination Nation es demasiado superficial y está demasiado sesgado como para tomárselo en serio. No es nada que no hayamos visto ya antes, y retratado de una forma más certera y culpabilizando a quien toca, la humanidad en su conjunto (véase Black Mirror, por ejemplo).

Assassination Nation es una especie de monstruo de Frankenstein sin identidad propia. La parte inicial es un videoclip barato que parece sacado de Gandia Shore y la parte final es una copia barata de La Purga. No es una película fácil de ver, uno siente asco viéndola, porque es un retrato bastante nauseabundo de la sociedad en que vivimos. Esa estética videoclipera con toda esa jerga de generación Z, asqueará a cualquiera que no soporte la superficialidad y la estupidez de estos tiempos, especialmente porque la película carece de personajes bien construidos, de diálogos con fuerza o de un guión lo suficientemente sólido como para disfrutar de casi una hora inicial de fiestas y referencias a instagram y twitter. En vez de eso tenemos a cuatro divas de instituto, a las que podremos ver emborracharse, enviarse mensajes guarros con cuarentones y hacer alarde de que son chicas idealistas y con principios, verdaderas feministas, con menciones variadas que se resumen en "si no me come el conejo es un sociópata machista".

Lo cierto es que Assassination Nation es una película mala, sin gracia y sin profundidad, pero que sin duda será enarbolada por ciertos sectores de la prensa afines a determinadas corrientes ideológicas. Es una pena, porque la caza de brujas que denuncia el director, es la misma caza de brujas que proponen aquellos que, en pleno siglo XXI, siguen asociando los males del mundo a algo tan arcaico y obsoleto como debería ser la guerra de sexos.
leoben
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