En lo bueno y en lo malo

Antes de verla, ya me había venido a la cabeza la película norteamericana para televisión “Normal” del año 2003, protagonizada por Tom Wikinson (Full Monty) y Jessica Lange (Blue Sky, Frances) donde Wilkinson interpreta a un marido ejemplar que revela su verdadero género a su mujer, hijos y amigos. En esta producción (premiada en Globos de Oro) los actores se toman muy en serio el papel, convirtiendo un drama en un buen drama.
Con “Un homme heureux” traducida horriblemente al castellano como “En lo bueno y en lo malo” la cosa no funcionó igual y no será porque no había material para hacerlo: baja en presupuesto, evidencia la falta de profesionalidad en la dirección y en el guion para sacarle el máximo jugo a la historia, donde a media que pasa el metraje (el incidente incitador comienza antes de llegar al minuto 5) la pareja protagonista va ganando terreno para salvar la película, más todavía cuando el clímax se resuelve de una manera poco convincente.
Catherine Frot, que da vida a la mujer del alcalde, transmite la sensación de no aclimatarse nunca a su personaje y sólo cuando está junto a su marido, parece sentirse cómoda. Él, (Fabrice Luchini) comienza casi, casi de la misma manera pero, consciente también del atropello que supuso contar una historia de menos de 90 minutos en lo que deberían ser más de 100, logra salvar los muebles con más pena que gloria en detrimento de su personaje, que tuvo un final poco agraciado (por la nula credibilidad).
En Francia hay demasiado talento para pulir un drama-comedia en una buena obra. Les perdonamos que sólo pudieran trabajar con una mano delante y otra detrás.

Simpática comedia francesa que tiene en la actuación de sus estimables intérpretes su mejor aval. Ello/as hacen que se siga con interés, resultando agradable y entretenida durante todo el metraje.
Ahora bien, el guion no es nada del otro jueves, no la historia, que tenía posibilidades, sino el resultado final, que no deja de ser eficaz y funcional para ser amena, pero nunca se eleva hacia cotas que podría haber alcanzado si sus creadores hubieran deseado ser más profundos.

La parte técnica es estimable, con preciosa fotografía y los paisajes rurales donde se desarrolla el argumento, preciosos.

Ya digo, te lo pasas bien y si no la olvidas casi al momento es por la actuación, sobre todo de dos grandísimos comediantes, como son Fabrice Luchini y Catherine Frot, ambos estupendos, como siempre vaya...

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