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Black Mirror: Beyond the Sea (TV)

Ciencia ficción. Drama Tiene lugar en un 1969 alternativo, donde dos hombres, en una peligrosa misión de alta tecnología, lidian con las consecuencias de una tragedia inimaginable.

Episodio de la Temporada 6 de Black Mirror, estreno en junio de 2023 (Netflix)
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
21 de junio de 2023
65 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
176/28(20/06/23) Sugerente, aunque con muchas lagunas tercer episodio de la sexta temporada de la serie tv de culto creada por Charlie Brooker (guioniza todos los capítulos), antología de episodios autoconclusivos, con historias y personajes diferentes, versando sobre los peligros que acarrean las nuevas tecnologías. Dirige John Crowley (“Brooklyn” o “True Detective”), con ritmo sereno, incluso demasiado, para la entrega de más duración de la temporada, 80 minutos, excesiva, dándome sensación el creador ha querido potenciar la profundidad con más minutaje, y lo que ha conseguido es sensación de estiramiento artificioso, reflejado en situaciones se reiteran y alargan sin sentido orgánico. Brooker vuelve a uno de sus mantras (se le han agotado ideas originales?), como es los robots con personalidad.

Tiene sus pilares de atractivo en el planteamiento de historia de inicio, desconcierta al espectador, relato intrigante, bien llevado, pero a cada giro puedes sentir los engranajes de lo impostado crujir, un triángulo romántico telegrafiado, sabes por qué derroteros girará, se hace entretenidilla, aunque por momentos lánguida, te atrapa en querer saber que pasará en el twist de costumbre de la serie.

Estudio del dolor al límite, sobre la soledad, el compañerismo, la traición soterrada, el machismo más abyecto, en realidad es más un thriller funcional, que esos argumentos de la serie que te hacen sentirte cerca de esa tecnología abordan como potencialmente alienante, abordar que tu mente puede ser trasladada a robots no es algo me cree cercanía alguna, espero de Brooker me involucre en este micro mundo tecnológico y aquí no lo hace. Capítulo con claras influencias en “Blade Runner”, “2001” y en el caso famoso de los asesinatos de Charles Manson (curiosamente él nunca estuvo presente, Charles Manson transmutado en Kappa, al que da vida un buen y amenazante Rory Culkin) a Sharon tate (embarazada) y compañía en 1969. Posee un final retorcido, agrio, pesimista, y esto es de agradecer, nada acomodaticio y sí me sorprende, pensaba iría por otro lado, aunque los agujeros son más grandes que los del Titanic.

Tiene un trio protagonista muy bueno, como la promesa de estrella hollywoodiense que se ha quedado por el camino, Josh Harnett (ha trabajado con directores como Michael Bay, Brian de Palma o Ridley Scott), da vida a un personaje cargado de ambigüedad, tierno en el inicio con su familia, demostrando sutilmente su romanticismo, sibilino en su comportamiento, con atractivo melancólico, y con transformación bien llevada en su expresividad mesurada; una estupenda Kate Mara (otra que ha trabajado con grandes realizadores como Danny Boyle, Ang Lee o Ridley Scott), da vida a una mujer nostálgica de lo que puede rozar pero no tener, enternecedora, consigue empaticemos con su comprensión, y posteriormente con su razonable rabia; y sobre todo con un gran Aaron Paul (eterno Jesse Pinkman de “Breaking Bad”), papel que tiene tres caracterizaciones, la del astronauta en relación con su ‘compañero’ de misión, de principio con profesionalidad, luego empatía con el dolor de su colega, luego con dudas, y finalmente la ira. También con el rol de esposo disfuncional, distante, solo parece querer oler el ambiente, no termina comprometiéndose. Finalmente sirviendo de funda para su compañero, sabiendo captar con matices la personalidad de este, sensacional.

Tiene inicio intrigante muy bucólico. En una casa de California, David (Josh Hartnett) tiene una esposa radiante y dos adorables hijitos a los que pinta el padre sentados en el sofá. En otro entorno más rural, Cliff (Aaron Paul) supervisa una humilde granja con su esposa (Kate Mara) y su hijo pequeño. David va con esposa al cine y allí la gente hace comentarios sobre él, y notamos algo no es normal . Cliff es tipo hogareño, pero frio en la relación con su esposa, lo contrario que David, lo vemos bailar dulcemente con su esposa, a la que finalmente acaricia muy sensualmente. Cuando nos enteramos que estos hombres están en viaje interestelar en misión de seis años, y lo que vemos en la Tierra son sus réplicas a las que viajan sus mentes cada cierto tiempo para combatir la soledad y poder estar con sus familias, combatiendo la alienación espacial.

La historia parece se establece en USA en 1969, y me resulta algo gratuito, en ese año el hombre viajó a la luna, no tenía tecnología para viajes más allá de este asteroide, no la tiene siquiera hoy día, entonces porque establecer este año. Tendría más sentido fuera en un futuro, aunque fuera cercano, pues se entendería lo de las réplicas, esto me hace torcer el gesto. A lo mejor se hizo para que la masacre ‘mansonniana’ fuera más creíble, pero esto podría haberse entendido también en el futuro, no entiendo este desvío de lo importante sin sentido.

Al relato le cuesta arrancar, se nota que le sobra minutaje, con menos tiempo habría subido en solidez narrativa. La historia al final, un a vez despojado del existencialismo referente a las réplicas, se queda en un triángulo amoroso, con celos y venganzas, pues en realidad lo de los robots es un McGuffin, pues podría haber sido otra réplica con otro rostro, podría haber tenido sentido si al hijito de Cliff se le hubiera dado alguna interacción con su supuesto padre, pero esto que se apunta termina abandonándose.

Parece que las réplicas no pueden tener relaciones sexuales, no vemos tengan ninguno de los dos. Pero no sabemos si es por ética moral o porque estos robots no están preparados de algún modo para ello, esto es una nebulosa en la que no se entra. Esto no se aborda, se deja caer, pero no se entra en como las pulsiones sexuales pueden ser caldo de cultivo de testosterona latente a punto de estallar, tendría su sustancia, pero no!… El episodio se atiene a analizar el amor puro de sentimientos, sin implicaciones sexuales, y esto me resulta bastante cojo, pues me viene a decir que estos astronautas van a estar seis años sin sexo alguno!... (sigo en spoiler)
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TOM REGAN
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16 de junio de 2023
59 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera entrega y probablemente, la más ambiciosa de la sexta temporada de 'Black Mirror'. Ambiciosa no por la complejidad de la historia sino más bien por la duración cinematográfica (podemos considerar largometraje a partir de los 60 minutos) y por la reunión de tres reconocidos actores (Paul, Hartnett y Mara), el único aliciente para poner en valor este episodio.

Sobre los tres mencionados pilares se sostiene 'Beyond the Sea', un relato que sucede en el futurismo 'vintage' de 1969, un año después del estreno real de '2001: una odisea del espacio' (1968). No comprendo porque evitar esa coincidencia de fechas si por otro lado, los trajes de astronauta de ambas producciones guardan muchas similitudes. ¿Homenaje fallido o esquivado?. Otro de los referentes indiscutibles es 'Blade Runner' (1982) y los 'replicantes', aquí se hacen llamar 'réplicas' y solo sirven de fundas humanoides para albergar conciencias de seres humanos. Un artilugio muy útil si lo que uno busca es estar fisicamente en más de un sitio a la vez pero única y exclusivamente lúcido en uno solo. Un concepto, por tanto, simplificado y menos problemático que en la obra de Ridley Scott.

'Beyond the Sea' parte de una buena idea pero a medida que avanza toma derroteros poco estimulantes: un lío de faldas que el espectador puede vislumbrar años luz antes de que ocurra. Y como fin de trayecto, han escogido el desenlace más polémico y discutible porque sí. Entre todos los finales alternativos que se nos podrían ocurrir, este es el que más se ajustaba al trágico ADN de 'Black Mirror', también el más irracional y falto de sensatez.

Como curiosidad, la canción que da título al episodio se llama 'Beyond the Sea', la versión en inglés de la canción francesa 'La Mer' de Charles Trenet que podemos escuchar cuando uno de los protagonistas pincha un vinilo.
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pantallazo
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16 de junio de 2023
49 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
95 votos lleva cuando escribo estas líneas y ya hay personas que han votado con 1 o 2. Ven el capítulo y vienen corriendo a la web a vomitar su disconformidad. ¿De verdad que merece la nota más baja posible? ¿Y las prisas por dejar su huella tóxica?¿Qué le pasa a la gente por la cabeza para albergar tanto odio?
Lo peor es que alguno, tras leerme, pensará: "Tengo derecho a votar lo que me de la gana, ¿o acaso me quieres quitar mi libertad?". Que no Joseluis, solo sugiero que vayas al psicólogo a tratar tu odio irracional.

Me entristece ver cada día una sociedad más amargada.
Gonso
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24 de junio de 2023
28 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Beyond the sea es algo extraordinario, una vez más.
Sólo una serie como Black Mirror puede mezclar referencias a los crímenes de la familia Manson, con una odisea espacial de dos personajes que, en realidad, están muy solos, con el concepto del doble, o "réplica", que más bien acaba evolucionando en doppelganger.
El resultado es un episodio de 80 minutos (veinte más de lo que suele ser habitual en la ficción) en el que el espectador jamás mira el reloj. Es entretenimiento puro y, por supuesto, es una reflexión acertadísima sobre multitud de temas presentes a diario en nuestra sociedad: la soledad (como decíamos), las relaciones de pareja, la envidia, los celos, la violencia y su poder para alterar las vidas de quienes la sufren para siempre, y la necesidad casi vital de vivir otra vida de vez en cuando. O siempre. Porque eso es lo mejor de Black Mirror: que, partiendo de la base de una tecnología que aún no existe en el siglo XXI, explica con dureza y cruda sinceridad y acierto cosas que nos ocurren a los seres humanos día tras día. Hoy. Sin necesidad de esperar a que existan dobles o réplicas, como las de Clifford y David.
Hay que destacar también el espectacular trabajo de los dos protagonistas, Aaron Paul y Josh Hartnett. Paul, muy alejado de su aclamado personaje de Breaking Bad, está soberbio, teniendo en cuenta que, por exigencias de la historia, tiene que interpretar a más de un personaje. Hartnett, por su parte, quizás jamás ha estado mejor que aquí. Teniendo en cuenta que el sex symbol de principios de los 2000 tampoco es que haya tenido una carrera especialmente brillante, quizás no sea mucho decir, pero sería injusto reconocer que está fantástico. No conviene olvidar tampoco a Kate Mara, que representa la confusión y los miedos del espectador.
Otro episodio genial, buenísimo, y lleno de giros sorprendentes literalmente hasta la última escena. Y no es exageración.
Sibila de Delfos
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21 de junio de 2023
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque en una realidad donde se pueden manipular humanoides a cualquier distancia en tiempo real, lo normal habría sido hacerlo al revés: Los humanoides en la nave y los humanos en casa.

También es curioso como consiguen crear esa gravedad artificial sin rotar la nave, sin suelas magnéticas ni nada parecido.

Por lo demás, las interpretaciones y efectos especiales están bien.
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gatuna
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