El color de la ambición

El cine es como el vino: Algunos permanecen jóvenes y se disfrutan en ese tiempo para ser conducidos al olvido. Otros necesitan madurar para que afloren todos sus matices, y el tiempo funciona en ellos como un magnífico catalizador. Los hay que los años no perdonan y envejecen mal descubriendo su avinagrado carácter.

El color de la ambición, es una buena película que el tiempo no ha maltratado en exceso. Un guión bien trabajado con brillantes momentos que nos brinda la oportunidad de remarcar lo que la política enmaraña, ensuciado, en muchos casos, por la simple consecución de poder.

Entretenida, bien dirigida y con un Widmark, mayor pero en plenas facultades interpretativas. Un trabajo para nostálgicos de un cine que tiende a desaparecer.

Película con la que crecí, que en su momento me pareció genial (y aun ahora, sigue pareciéndome genial).
Quizás el "notable" que le atribuyo parezca exagerado, pero se debe, a que esta es una de esas películas que te deja pensando.
Dos personas total y diametralmente opuestas, venidas de mundos y sociedades diferentes se hacen amigos, y la historia da varios giros inesperados, donde el dinero, la ambición y la intriga se entremezclan dando como resultado una película muy buena.
Buena trama, buen ritmo y buenas actuaciones.
Cinta obligada creo yo para todo aquél que gusta del buen cine.
James Spader en su mejor momento, y un John Cusack despegando su carrera, ahora por demás reconocida.

Curiosa sorpresa, reconozco que no sabía nada de esta película cuando la puse, por no saber no sabía ni el título de la misma, pero hubo algo que me hizo quedarme (no sé si fue que no había nada de mayor interés o simplemente la pereza que me daba levantarme e irme a por un libro).

La película nos narra la amistad que hay entre dos brillantes universitarios, su ascensión en la sociedad y las lealtades y traiciones que hay entre ellos. Centrándose ante todo en la vida oculta del joven aspirante a congresista de los Estados Unidos que esta dispuesto a jugar tan duro por conseguirlo, que no le importa quien se quede por el camino.

La película cuenta con un buen grupo de actores que saben cumplir con su función. James Spader y John Cusack están probablemente en la cúspide de sus carreras y Richard Widmark, en una de sus últimas películas nos da clases de interpretación y de estilo en cada momento que aparece.

"Solo hay dos cosas que pueden destrozar la carrera de un político: que te encuentren con un chico vivo o que te encuentren con una chica muerta"

El Color de la ambición, dirigida por Herbert Ross, con éxitos en su haber como las famosas Footloose, Magnolias de Acero o Sueños de un Seductor, entre otros muchos títulos; en esta ocasión narra de manera excelente y ágil un drama sobre mezclar clases sociales, ambición, amistad y política, y es que si juntamos todo esto nos sale un cóctel que puede explotar en cualquier momento. La banda sonora estuvo a cargo de Trevor Jones, compositor reconocido por sus temas en filmes de éxito como El Último Mohicano, Notting Hill, Molly o Melodía de Seducción y que en True Color vuelve a ser un logro absoluto. El casting de actores es muy adecuado, sorprende especialmente el papel de John Cusack como un medio villano ambicioso y Mandy Patinkin, nuestro Íñigo Montoya, que realiza un gran trabajo. James Spader siempre está en su línea independiente y completamente seductora, aunque en ésta tiene unas cuantas sorpresas y decepciones a cargo de su amigo y de Imogen Stubbs, en el papel de Diana, la hija del senador. Hay una química innegable, que- a pesar de las malas críticas de otros compañeros- a mí me ha convencido entre Cusack y Spader, pero también con Stubbs.

El guion de Kaven Wade (Conoces a Joe Black) no es original, sin embargo logra meternos en la historia desde el primer minuto y disfrutar de intrigas ya conocidas. Las casi dos horas pasan volando.

Si te gusta el cine político esta es tu "peli".
John Cusack y James Spader interpretan a dos amigos, Peter Burton,(un auténtico trepa), y Tim Gerrity, de la Facultad de Derecho, y relatan su amistad, hasta que la horrible ambición de Peter se apodere de él, ya que aspira a convertirse en congresista como sea.
Desde el principio, vemos a Peter que siempre tiene algo que ocultar y tiene un motivo oculto para las cosas que hace. Dice pequeñas mentiras piadosas para salirse con la suya, y tiene una mentalidad de asedio, es él contra todos.
Siente envidia de la aparentemente bondadosa vida de Tim y así comienza la historia similar a Cain y Abel, de traiciones y contratraiciones entre los dos hombres y en un transfondo político en EEUU.
Si lo piensas detenidamente, la mejor persona para arruinarte (reputación, etc.) no es otra que la persona en la que más confías.
Una vez más, mirando a los dos personajes, no hay bien o mal, todo depende de los métodos que uno use para lograr sus metas.
También es una mirada interesante a los tratos turbios de la política, a las lealtades hechas debido a donaciones o ayuda para financiar campañas, a deber favores a quienes votaron a tu favor.
Las cosas nunca son fáciles en la política.
John Cusack da mucho carisma en esta película, lo usa bien mientras busca convertirse en político (debes tener carisma al pronunciar esos discursos).
James Spader también se defiende, como el ingenuo Tim, que poco a poco descubre la traición y decide cambiar las tornas contra el cazador.
John Cusack esta soberbio, la dirección de Herbert Ross es espléndida pese a algunos altibajos del film y la banda sonora y la fotografía son soberbias...
¡¡¡Ah!!! , y sale un mítico Richard Widmark.