El imperio de los sinsexoMediometrajeDocumentalTV

“Ecchi” es el término japonés que como verbo viene a referirse a la actividad sexual. La cosa cambia al ransformarlo al adjetivo, del cual sus significados derivan en pervertido u obsceno. Con esto, el sexo en Japón puede resultar en múltiples opciones, conceptos o métodos, haciendo de ello otro objeto más que añadir a la colección técnica y material de la que nace el país nipón en las últimas décadas, la misma que desecha todo lo anímico y recoge lo quimérico.

El documental de Pierre Caule es ejemplo de la necesidad del occidental por entender la sociedad japonesa en los últimos años y que se ha reflejado en otros documentales como The Japanese Love Industry de Ryan Duffy, o el que muestra el problema real de los hikikomori en el documentalrealizado por Darren Conway llamado Hikikomori: Jóvenes invisibles.

Estos documentales muestran la realidad del efecto 2000 que no llegó al resto del mundo pero pareció caer en la sociedad que dio a luz a la era digital como lo pudieron ser Nokia, Sony o Nintendo. Ese temido año que daba comienzo al S.XXI no devolvió una rebelión de las máquinas pero sí de sus creadores, hombres presionados por el trabajo y mujeres apegadas al látigo que veían cómo la sociedad las obligaba a ser mejores madres y esposas.

Tan solo con el hecho de ver a Bob Harris rechazando a una prostituta contratada por el hotel en la película Lost in Translation, demuestra el fetichismo y la sexualidad como ocio, que incluso para el propiamente considerado occidental liberal, resulta chocante. Y como este personaje, es también resultado la perspectiva del director Pierre Caule a la hora de la realización de este documental, que aunque nos quiere mostrar puntos de vista menos radicales, estos quedan encubiertos por los testimonios de hombres que van con la cesta de la compra a ver películas porno o el considerado herbívoro, resultado del rescate del mito de Narciso a la sociedad contemporánea nipona.

Actualmente, Japón como gobierno busca exasperadamente una nueva educación emocional y una vuelta de tuerca que será una ardua tarea para una nación que ve cómo la tradición se queda atrás dando paso al gran salto de la mujer en lo laboral, que de tener sueldos minúsculos pasa a tener un alto poder adquisitivo, y por consecuencia dejar de lado su papel de madre y esposa dependiente del ámbito conyugal. En el caso del hombre, la falta de interés de las mujeres en ellos, la presión laboral y la perdida de autoridad los ha dejado fuera de la ecuación convirtiéndolos en autómatas sin la capacidad de sociabilizar.

Japón ya no es símbolo de futuro, sino de quizás el paisaje futurista y demacrado que un profeta llamado Ridley Scott predijo en el afamado film Blade Runner. O al menos, alejándonos de las visiones proféticas si se puede mencionar los datos que demuestran que venden más pañales paraadultos que para niños, producto de una sociedad en una enfermedad terminal.

Buen documental que muestra de forma ágil y respetuosa el sexo en el país nipón.
Muestra versiones masculinas y femeninas, vendedores/compradores e industriales, jóvenes y maduros.
Quizá lo más interesante es la castidad con la que viven mientras están rodeados de una gran diversidad de "entretenimientos sexuales".
Un ejemplo de como la sociedad moldea las personas y en concreto el sexo/deseo sexual.