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Todos tus muertos

Drama. Comedia. Intriga Salvador se levanta muy temprano y comienza a trabajar en su parcela como un día cualquiera, un domingo de elecciones. Es un campesino humilde, pero obstinado y escéptico, que hace poco caso de la algarabía y el alboroto que se ha armado en el pueblo alrededor de la reñida elección del alcalde. Pero su rutina cambia sorpresivamente: durante la madrugada alguien ha entrado en su terreno y ha arrojado varios cadáveres, que se amontonan ... [+]
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
7 de diciembre de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el día de las elecciones de un pequeño pueblo colombiano, un agricultor encuentra un grupo de muertos apilados en el campo. Lo que sería el punto de partida de un rancio cine social, 'Todos tus muertos' lo lleva a un terreno surrealista en el que los muertos representan todo lo que se nos quiere esconder, la realidad que no queremos ver.

Los muertos, perfectamente vestidos e impolutos, aún parecen estar estar vivos, e incluso se comportan como tal, dando vida a una fábula simbólica filmada con un gusto por la fotografía y el sonido (excelentemente trabajados ambos) que nos encierran junto a sus protagonistas en una trama ante la cual, tanto ellos como nosotros, no sabemos como reaccionar, ni menos escapar.

Los irónicos títulos de crédito abrazan la obra con el público, que aunque no se hace explicar, si los reconcilia y les agradece haber asistido a esta farsa, la misma que presenciamos cada cuatro años.
antonio1004
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17 de julio de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El fin ¿el fin? Es quizás, de todos los que la hicimos, una indignación frente a lo que está pasando”.
Carlos Moreno
Aquí se ríe uno hasta con la muerte, ¡afortunadamente!
Álvaro Rodríguez

Por: John Harold Giraldo Herrera
[email protected]

Un muerto insepulto es una tragedia doble, pero una pila de muertos -50 o 500- quizás es un desborde de irracionalidad, una infamia, una desgracia, una masacre, una barbarie, un acto simplemente incómodo en Colombia. Una cifra más. Con unas atmósferas pesadas, llenas del sopor del Valle, en las tierras de la caña de azúcar, un campesino bizco, que primero se le ve ostentando un acto sexual con su mujer, luego encontrará en un recorrido que hace una especie de instalación de muertos. Así empieza la segunda película del cineasta Carlos Moreno, el mismo que en 2008 levantó polveras por Perro come perro.

La película, como lo explicó Moreno en su estreno en Cartagena, nació de una crónica periodística publicada en el Valle, pero nunca se publicó: “en un municipio del Valle había una carretera que dividía a dos municipios, y en ella aparecieron unos muertos y ninguno de los dos alcaldes quería hacerse cargo de la situación porque iba a empañar las estadísticas de alguno de los dos”. Ahora las atrocidades de la guerra en Colombia, nos muestran el horror. Con una mezcla de teatro, una comedia negra –uno nunca logra reírse durante la película pero sí horrorizarse- y un tema difícil, esta película es de las más atrevidas en Colombia en la temática y la cual corre muchos riesgos para retratar lo que son unos muertos que nadie quiere reconocer.

Hay presagios como en la obra de Santiago Nasar el mismo de Crónica de una muerte anunciada. Hay un halo inexplicable en ese campesino –Salvador-, a quien lo carcome el miedo, la desazón, el horror, el absurdo. Hay una idea de justicia, desvanecida, empobrecida y derruida cuando sus deseos de comunicar la barbarie encuentran en los representantes de la instituciones –Alcaldes y comandantes de la Policía- una burla y una incomodidad, el uno le dice al otro que porqué “lo encartaron” con esos muertos. Todos tus muertos resultan de nadie, pero ocupan un espacio prolongable, inquietante y molesto para el espectador. Hay una idea de innovación, pero ganan los muertos, se mezcla la metáfora con la realidad, los muertos son los protagonistas esenciales, pero quien sostiene la trama es Salvador. Resulta predecible, causa indignación desde luego, ya no es denuncia, solo metáfora. Con la metáfora se produce una efecto fuerte, cobra valores inexplicables, tiene un arsenal de significación, pero divaga, los muertos pueden ser los espectadores: quedan petrificados y ya no pueden decir.

Sigo en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Giraldo
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18 de junio de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las expresión de cargarle o pasarle el muerto a otro son elevadas a la enésima potencia en este film sobre la aparición repentina de unos 50 cadáveres en el campo de un pequeño poblado en elecciones. A la película le cuesta mucho arrancar, con un protagonista, cuya falta de sangre y expresión de pocas luces puede llegar a sacar de quicio en algún momento y un tramo inicial bastante tedioso hasta que el alcalde, policías, el protagonista con su familia y alguno más, se personifican delante de la pila de cadáveres. Entonces la película se torna un ejercicio de sátira social y política con un tono de humor negro realmente brillante. Corrupción y burocracia torpe que bien recuerda a nuestra querida España profunda de antaño y ahora en una cinta que bien podría haber firmado y filmado el mismo Buñuel. Como digo, una parte final hilarante, tan surrealista como plausible, aunque precedida de falta de ritmo, un material alargado y que puestos a recortar se nos podría haber quedado en una obra maestra del corto o medio metraje.

Un 6’5

En twitter: er_calderilla
Turbolover1984
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19 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película intenta abordar el tema de la violencia en Colombia desde un punto de vista alternativo, en vez de recrear ese problema desde la cruda realidad, intenta hacerlo desde el humor, la paradoja y, a ratos, casi desde el surrealismo. A veces, esa forma indirecta de afrontar un problema es una buena solución para no quedarnos en la superficie, pero hay que ser muy sutil, muy bueno para hacerlo y para mí esta película no lo consigue. Porque, la verdad, comienza magnífica, el descubrimiento de los cadáveres es una escena muy impactante, muy bien rodada, pero por desgracia ese es el punto álgido y a partir de ahí la película va "in decrescendo". Uno de los motivos es la dirección del actor principal, me saca de quicio esa actitud cuando busca denunciar los hechos y ese tramo se me hace muy pesado. Tampoco remonta a medida que avanza, dando vueltas una y otra vez sobre lo mismo y el final no me ha gustado nada, me imagino que es una alegoría, pero me ha desconcertado demasiado.
No quito sus buenas intenciones y el intento de hacer algo diferente, pero quizás si la idea se quedase en un corto, sería mucho más eficaz.
Lo mejor: el inicio, buen punto de arranque que da más de lo que será.
Lo peor: la repelencia del actor principal y la falta de ritmo e interés a medida que avanza la peli.
La escena: el descubrimiento de los cuerpos es muy buena, pero por no repetir, me gustó mucho esa pelea de gallos que se va produciendo a lo largo de la película, muy explicativa de la situación del país.
lughnasad
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31 de julio de 2012
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Una película que tiene más interés por la curiosidad que despierta que por su calidad cinematográfica, pero que sabe ocultar bien sus carencias detrás de una trama casi absurda, pero manejada de tal forma que consigue mantener la atención del espectador, sorprender e incluso hacer reír ante un hecho tan tremebundo y abyecto como es una matanza humana.

Todo comienza en un día de elecciones a la alcaldía en un pueblo de Colombia cuando un granjero local sale a cuidar sus campos de maíz y en medio de su cosecha se encuentra amontonados decenas de cadáveres. Este es el punto de vista sorprendente, la arrancada brutal de una película que desde el principio hace plantearse decenas de preguntas al espectador.

Sin embargo, el desarrollo de la misma, desdramatiza totalmente la situación, y el guión comienza a tejer una especie de broma en torno a los cuerpos, como si la muerte fuera anodina, como si no hubiera horror tras 50 cadáveres y un puñado de buitres sobrevolando. La trivialización de una situación tan dantesca, es sin duda un punto de vista original, innovador incluso, pero al mismo tiempo decapita la credibilidad del film que desde ese momento está más enfocado hacia el espectador como un entretenimiento caricaturesco que como una obra de arte.

Esta envoltura de inverosimilitud también se traslada a la composición de los personajes, también caricaturizados, poco convincentes, pero divertidos dentro del absurdo que propone el director. El campesino paleto, el alcalde corrupto, el periodista interesado y los dos militares sin ideas propias componen la terna de personajes-marionetas, descaradamente topificados hasta el punto de hiperbolizar sus características comunes a otros personajes, lo que ya de por sí, no los hace tan comunes.

Desde luego no es una película al uso, tiene una visión y un manejo de la cámara muy moderno, un enfoque innovador, una extraña percepción de los acontecimientos, un guión impactante y buenas dosis de imaginación. Eso es ya de por sí un valor a tener en cuenta, y de agradecer, aunque para llevarlo a cabo tenga que dejar fuera algunas de las reglas básicas del buen cine.

Aunque sin mucho efecto por su puesta en escena, también se encierran buenas dosis de crítica social en la película, especialmente en el interés de las autoridades políticas por deshacerse de los cuerpos en un día de elecciones.

No es la mejor, pero sí la propuesta más sorprendente de todas las presentadas en la 37 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.

http://palomitasconchoco.wordpress.com
Palomitasconchoco
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