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Suburban Gothic

Terror. Comedia Raymond es un canalizador, eso significa que puede ver cosas que la gente normal ni se imagina. En su día a día debe lidiar con fantasmas y otros seres poco agradables del más allá. Cuando vuelve a su pueblo natal, deberá enfrentarse no solo a sus antiguos compañeros de clase que siempre lo han marginado, sino que él y su amiga Becca serán los únicos capaces de enfrentarse a un fantasma que amenaza su pequeño y apacible pueblo. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
7 de noviembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ventaja de tener recursos es que ante el peligro de que te encasillen en un tipo determinado de género, sabes escabullirte con soltura. Richard Bates Jr. tiene ese don, camina siempre en el filo de la navaja que separa la típica y tópica comedia edulcorada para adolescentes y algo más serio y para todo tipo de públicos.

Su marca de fábrica, que se muestra más en Suburban Gothic que en su anterior obra Excision, es el cinismo, eso sí, aderezado con pinceladas de un surrealismo cómico que lo hacen visualmente muy atractivo y con la particularidad de que el interés no decae en ningún momento. Otro de sus puntos fuertes es el de meterse en la mente de unos personajes algo locos, y eso lo hace admirablemente al hacernos ver lo que ellos ven, lo que en ocasiones provoca alguna carcajada y en otras que nos quedemos acongojados y perplejos.

Que Raymond haya estudiado un MBA no quiere decir que esté bien de la azotea y vea cosas que los demás mortales ni siquiera sueñen, al no encontrar trabajo se ve obligado a ir a casa de sus padres, una curiosa pareja la cual ni intuye ni sospecha las particularidades más recónditas de su hogar.

Originalísima comedia de terror, que hará las delicias de unos espectadores que al principio asistirán con algo de temor al aluvión de unas imágenes que parecen inconexas pero que poco a poco, como si resolvieran un puzle, irán encajando y acabaran perdiendo ese respeto inicial. Eso es quizás lo que haga que no disfrutemos de este film desde su principio, es como si dijéramos, que le cuesta arrancar. La explosión final de gags recompensa un poco, justito pero no es tarde. Los autores de un guión tan fresco son el mismo Richard Bates Jr. y Mark Bruner que proviene del mundo televisivo.

Nos tenemos que detener para hablar de unas interpretaciones de alto nivel. Empezamos con el protagonista Matthew Gray Gubler, cuyo bagaje nos remite también en gran medida a la televisión de mano de la serie Mentes Criminales en la que en algunos capítulos ejerce la dirección. En esta película aporta soltura, componiendo un personaje que aunque a primera vista parezca simple, se va convirtiendo en algo más complejo. Seguimos ahora con la coprotagonista no es otra que Kat Dennings, que pese a su juventud tiene un currículum que quita el hipo, iniciando su trayectoria, siendo eso sí una niña, con Sexo en Nueva York. Su ascendencia europea le aporta un físico muy peculiar que encaja perfectamente con lo que se quiere expresar. El papel de padre le toca a todo un clásico, Ray Wise, su periplo es impresionante. Si tuviéramos que destacar algo de su carrera sería su papel de Leland Palmer en la celebérrima Twin Peaks, su interpretación en esta ocasión es técnicamente perfecta y la química con el protagonista es de resaltar. Para finalizar hablar de Barbara Niven, que ha desarrollado casi toda su carrera en el mundo catódico, y que compone una sofocada madre capaz de todo para que su hijo sea feliz.

Una curiosa y original cinta que hay que mirar sin resquemor. Al principio no sabremos que estamos viendo, luego nos ira convenciendo hasta llegar a un final un poco edulcorado.

http://www.terrorweekend.com/2014/11/suburban-gothic-review.html
TerrorWeekend
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4 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imagina una mezcla de el Sexto Sentido con Napoleon Dynamite, aderezada con toques de esa estirpe hipster reciente, y tendrás una idea de lo que es Suburban Gothic.

Y hasta cierto punto no es una mala idea sin embargo su comedia terrorífica no hila muy fino y su historia no es muy allá. Visualmente si hay cierto esfuerzo por reforzar la anodina vida suburbana con el uso del color sobresaturado, pero luego los efectos especiales destrozan la imagen.

Lo único que salva la película es su pareja protagonista, cuyas líneas de diálogo son muy potables, a pesar de que Kat Denings hace e Kat Denings. Sería muy interesante una serie de televisión con este dúo.
Attomsk
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10 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia de terror que más que miedo y risas provoca asombro por lo absurdo de una caótica historia que funcionaría como un capítulo flojo de la serie "Sobrenatural" pero que no tiene material suficiente como para un largometraje convincente. Por culpa de una dirección algo confusa su sencilla premisa fantasmagórica se distorsiona y sólo se sustenta gracias a la personalidad hilarante e irónica de su peculiar protagonista. Los secundarios de lujo que aparecen nos brindan algunos diálogos ingeniosos que suben la media de una película que con las ideas más claras habría dado mucho más de sí.

Más mini críticas en cinedepatio.com.
Cine de Patio
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20 de febrero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si yo fuera el espíritu fantasma que se busca, me mantendría alejado de esa casa y lejos de esa familia pues ¡son ellos los que realmente dan miedo y me molestan!
En ocasiones, eliges ver algo superficial, de contenido vago y nimio, irrisorio relato insulso de poca sustancia y consistencia que entretenga y no maree la perdiz pues, ese día, ya está todo bastante revuelto, incluso una historia de reseña aún más inferior que el propio adjetivo ligero, frívolo y majadero y, por suerte, das con ello, una aventura medio cómica/medio terrorífica de un joven desesperado y cuerdo a pesar de sus paranoicas pesadillas que, tras no encontrar trabajo y sin recursos, debe volver a casa, al amparo y hogar de unos particulares y decisivos padres, perturbados sociales encubiertos, que marcaron su adolescencia y, ahora, arruinan su maltrecho presente.
Sólo este hecho ya es bastante friki y tormentoso como para dar mucho de sí, pero si a ello le añadimos que su protagonista, Matthew Gray Gubler, deja de lado su superior intuición, agudeza e inteligencia para analizar y cazar asesinos en "Mentes Criminales" para dedicar toda su atención, quiera o no quiera, a la escucha y terapia de seres de ultratumba con cuentas pendientes todavía en la carnal y material tierra, esencias mancilladas que reclaman su respeto y una justicia que, por el momento, les huye, que permita abandonar el limbo donde se hallan y acudir a donde sea su próximo destino les atraiga, la cosa resulta más suculenta y apetitosa si cabe.
Las fobias de volver a morada de infancia en iracundo pueblo de nacimiento, la aversión a perfidos conocidos aún presentes en sus moribundas calles, perversión irónica, sagaz y de perspicacia sabia en la relación paterno-filial, dulzura escocida y agobiante en la maternal, sofocantes pensamientos de traumas no resueltos que vuelven a chirriar en su llamada inquietante, surrealismo unas veces más conseguido/otras más esquivo de apetecible comienzo y marcha delirante, costumbrismo con ofensiva alteración de la pauta marcada, excentricidad que bebe libremente de la desfachatez con algo de sentido, un caos circunscrito en la realidad paranormal -más de este mundo que del otro- cuya gracia, salero y diversión, lograda por momentos alternos, se debe a su fantástico y desinhibido intérprete que consigue levantar y mantener, a buena altura, las deficiencias de un guión que empieza con fuerza, carisma y excelentes perspectivas, que profundiza por tan espectacular y desquiciada ruta, fundamentalmente gracias a su mordacidad dialéctica y agudeza empática en sus estridentes escenas, durante largo trayecto para bajar su listón y perder el juego de ilusión, fantasía y despropósito marcado en sus estelares inicios.
Esta familia Adams de decoración envuelta por Agatha Ruiz de la Prada situada en la moderna, con expectativas góticas, provinciana de aire tóxico Twin Peaks -referencia homenaje al pasado recordatorio de Ray Wise, papa protagonista-, no da para mantener su esquizofrenia, desmadre y jolgorio durante los 90 minutos de su duración, resuelve la primera hora con estilo, agudeza y un compás alegre, superfluo y ameno que ambienta gracias a su veloz dinamismo y pausa rítmica de agravio, tras afrenta, tortazo, descanso y empezamos de nuevo la dicharachera pelea pero, en su recta final, pierde aceite, ralentiza su habilidad y presteza y su porte de enfermos psicóticos que están para que los encierren se tranforma en adecuada y supervisada consulta de psiquiatra con traje y corbata que hace tiempo dejó atrás los excesos, esos mismos con los que te has reído, mofado y disfrutado tanto hasta ese momento.
Locura sana que opta por la moderada, también aburrida, cordura hacia sus dos tercios, que olvida su propósito de origen por la adaptación a la envolvente sociedad, una suculencia de Richard Bates jr. cuyo estilo da para un buen rato, no para toda la velada, que transforma su estrambótico baile de coreografía dispar en unos pajaritos coordinados, antesala previa en el tiempo al descabellado e inexplicable triunfo de la Macarena.
Osadía de estupidez, pantomina y gamberrismo que no acaba de cuajar en su desnivelada y desquiciada estructura y que anula su erotismo seductor al intentar nivelar esa sabrosa zozobra rebelde y revuelta, pierde su enigmático atractivo al acomodarse en su desenlace de trayectoria descendente siendo, en la recta final, donde hay que acelerar y afianzar el ritmo para ganar la carrera; salida espectacular, coge buena posición, mantiene su avanzadilla, pulso firme y seguro y, de repente, ¡zas!, resbalón y traspiés, se queda sin medalla ni podium aunque, sí un certificado de honor y participación por llegar a meta.
Válida para el propósito encomendado, irrisorio relato insulso de poca sustancia y consistencia que entretenga y no maree la perdiz pues, ese día, ya está todo bastante revuelto; ¡mira por dónde!, a veces ¡los sueños se cumplen!

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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26 de noviembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una parodia al género de terror sobrenatural, muy hilarante, corrosiva, sarcástica, realmente Richard Bates Jr. viene demostrando que es un director que merece ser tenido en cuenta.
La historia de un muchacho que luego de graduarse no fue capaz de conseguir ningún trabajo, por lo que tuvo que regresar a su ciudad natal a vivir con sus padres, siempre ha tenido una relación conflictiva con su progenitor, debido al maltrato psicológico que le propinaba.
La historia en el fondo tiene que ver con la familia sobre todo, el amor y el desamor de los padres hacia los hijos, tratada de la forma más cínica posible.
Buenas interpretaciones, aunque cansa un poco ver en el cine de Bates Jr. siempre a los mismos actores, ya es hora que varié un poco la cosa y comience a llamar a otros.
También que renueve su estética, demasiado heredera de los videoclips.
Manuel
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