Emilia... parada y fonda

La película es mucho más que eso. Trata de un tema fundamental en la obra de Carmen Martín Gaite, como es el de la liberación o emancipación de la mujer, a todos los niveles. Y, más allá de todo eso, trata de la liberación del individio en una sociedad aún marcada por el Franquismo, opresora, rígida y cargada de prejuicios morales de todo tipo... Por otro lado es un interesante "reportaje" de la época y del Alcalá de Henares de entonces, ciudad en la que está rodada. Por cierto, precioso el tema "Así sea" que Luis Eduardo Aute, que se encarga de la música, compuso para la película.

Emilia...parada y fonda (1976). Ana Belén es la magistral y hermosa protagonista en esta película basada en un cuento de Carmen Martín Gaite, retrato de una mujer subordinada por sus relaciones familiares y que reclama espacios de libertad en una época rígida, opresora y cargada de prejuicios morales.. (como bien apunta tomi). El tema que Luis Eduardo Aute escribió para la película, Así sea, es un poema de la condición de algunas mujeres en esa época aún franquista….. Cada mañana veo en el espejo la víctima inmolada que se ríe de mi sonrisa…La jaula en la que yo misma me encierro protege las raíces de mi cobardía en un tiesto, me gasto en las cenizas de este infierno, cenizas tan sagradas que maldicen todo mi cuerpo y así sea, y así sea…..

No fue afortunada la adaptación del relato “Un alto den el camino” de C.M. Gaite que llevó a cabo A. Fons a mitad de los años setenta.
Resulta lenta, reiterativa, poco sutil y da la impresión de que ni siquiera los actores se hacen cargo de los personajes que interpretan.
Cuando el metraje no surge con naturalidad los minutos parecen interminables.
Sobre todo si el final se presume implícito desde el principio.
Y todavía más si se puede decir el mensaje en cuatro escenas.

Hasta el lirismo que contiene la obra se vuelve pirueta forzada y aparece el rostro del melindre.

Su interés reside en la oportunidad de recordar a la autora salmantina.

Esta película de Angelino Fons parece pertenece a lo que en esa época llamaban Tercera Vía, es decir, lo que sin ser landismo (o, unos años después, pura baratija erótica), tampoco aspiraba a producto artístico como los de Querejeta, Erice, Saura, etcétera. Y la cosa, al menos vista desde ahora, no deja de tener su curiosidad sociológica. Es algo así como una apología de la experiencia extramatrimonial, pensada para mujeres treintañeras o veintipicoañeras educadas en el catolicismo franquista, adocenado y machista, pero lo bastante jóvenes como para poder asumir un mayor o menor giro de valores. Ana Belén interpreta a una joven huérfana entregada por su tía y tutora para matrimonio de subsistencia con el viudo acomodado Francisco Rabal, mucho mayor, cuadriculado y poco atractivo, y que por ello tuvo que abandonar a su novio adorado Juan Diego, que era un pobretón y que, cuando ella ya casada e intenta sondearle para reanudar relaciones, resultar estar ya para otras cosas. Afectada también por el ejemplo de su hermana mayor, Mª Luisa Sanjosé, que se marcha de casa y se deja regalar y mantener por hombres sin expectativas de casamiento, Ana Belén se escapa pícaramente de su marido para vivir en Perpignan un ligue puntual con un bollito franchute con el que ni siquiera es capaz de entenderse ni en una palabra pero al que se lleva al catre muy hispánicamente, situación descrita con bastante gracia en el film. Buena para curiosos de la historia ideológica de España sin pretensiones cinéfilas.