Los pazos de Ulloa (Miniserie de TV)

Hace tiempo que leí la novela de Pardo Bazán... Creo recordar que es bastante fiel a la novela (bueno se basa en dos),,, Suárez lo ambienta muy bien y saca a sus actores lo mejor de si mismos. Los decorados son espléndidos y te llevan a esa España que tan bien dibujo Pardo Bazán pero también otro ilustre Valle Inclán. Te mete en la historia. Lástima que el 4 capítulo es mas para cerrar una historia que ya debió acabar en el 3... En términos generales es una notable adaptación

Otra de esas series canónicas de los ochenta que de vez en cuando me gusta revisar. Una buena base literaria, como es costumbre en el director Gonzalo Suárez, no he leído las novelas originales (ya que son dos) pero aún así me suele gustar por regla general el estilo algo recargado y pelín pedante de Gonzalo Suárez . Los actores sobre actúan un poco, Omero Antonutti como el marqués montaraz, que es más de campo que las bellotas o Charo López con su magnetismo habitual, más que una criada parece una meiga, como dicen en Galicia. Bien reflejada la época, el misticismo y la ignorancia de la gente del campo, la indolencia y la hipocresía del clero, ya se vislumbran ciertas tensiones políticas durante las elecciones, con ese burdo intento de manipularlas y los ocultos resquemores por las diferencias de clase. Luego por otro lado, la burguesía ilustrada de la capital, que tan bien representa Fernando Rey con sus puros, sus coñacs y sus aficiones, con esa cuadrilla de hijas casaderas que se quiere quitar de encima, el sacerdote reformista y santurrón que se enfrenta a la ignorancia y la brutalidad de la Galicia profunda, por cierto Victoria Abril muy guapa y verosímil como la ingenua novia del marques, también diría que el cuarto capitulo es totalmente innecesario, que más que cerrar la historia la alarga innecesariamente.

Perdices. Jarabe de fresno. Cura o vaca tanto da, yo curo. Celda y llanto.
Tremendismo rural expresionista esperpéntico. Cela. Mazurca para dos muertos.
Suma estrepitosa de Delibes, cuelebrón desaforado, cuento de terror gótico y ¡Bruja, más que bruja!
Un pequeño o gran desastre dislate, según se mira o aprecie.
La inocencia es la más peligrosa cosa, el cura tuerce todo lo que toca, no da ni una con sus melindres afeminados, con su sonrisa mansa y su queja ronca.
La tierra bruta devora la hipócrita ciudad.
Liberales o carlistas, conservadores o no, todos son la misma o parecida gran mierda.
Los sueños/pesadillas son un horror y un error.
Todo está mal o medio mal.
Endogamia, incesto, vivos y muertos, realidad o alucinación, salud y enfermedad, clérigos y caciques, bastardos todos, apenas existen las fronteras, todo se desdibuja y mezcla y pudre, ni las divisiones están muy claras, todo parece imaginado por un dios cruel y cazurro, todo se trafica, transforma, confunde, trastoca, gusanos, larvas los humanos.
Buena era la Bazán.
Está muy mal contada, la voz en off aparece cuando le da la gana. A veces se detiene en nimiedades una eternidad y en otras ocasiones pega serios hachazos a procesos clave que los resuelve de un plumazo.
Realismo distorsionado y feroz, como la parte del castillo encantado/endemoniado de Fanny y Alexander.
No está ni bien medida ni bien explicada ni dosificada ni contenida, se desparrama disparata a borbotones o impulsos violentos, es feísta y más bien desagradable, no casa adecuadamente la parte político económica, el contexto histórico, con la sentimental afectiva, esa intrahistoria caótica y/o farragosa, ni encuentra el tono entre el naturalismo, la magia, lo bucólico, lo siniestro, lo atroz, el melodrama, el retrato bestia, el drama exaltado o el cuadro abstracto.
Es un torpe galimatías, un esbozo pintarrajeado, un alarido agónico y sordo, un horroroso cuadro de costumbres.
Ente La familia de Pascual Duarte y El bosque animado se pierde, el oremus, el camino del ya citado Delibes y también el sentido, su sino y el tino.
Gómez está bien y el resto hace más o menos lo que puede con unos personajes insalvables, tan salidos de madre, extremos, que se ríen como leones en celo, como hienas hambrientas, y que comen como animales tras varios días de forzado y terrible ayuno.
Barbarie y atavismo, ancestral espanto, crítica a las tradiciones y también a la modernidad anémica y estúpida y a las elecciones y, en verdad, a todo lo que se mueve, no queda títere con cabeza, ni la madre o madrastra naturaleza nos vale ni la educada civilización nos sirve o libera, entre la espada y la pared, de mal en peor andamos.

Seré breve. Estamos ante una fiel adaptación de las Novelas "Los Pazos de Ulloa" y "La Madre Naturaleza" de Emilia Pardo Bazán (especialmente de la primera, que sigue casi literalmente). Y, bueno, resulta un fiasco.

El trabajo actoral del elenco masculino deja mucho que desear, sus comportamientos resultan exagerados y poco naturales (no es mucho mejor el femenino, pero más por el poco cuidado puesto por la realización en sus -importantísimos en la novela- caracterizaciones que por el trabajo actoral en sí). Tampoco se consigue ese ambiente mágico, trágico y oprobioso, que trasmite la novela.

Carece absolutamente de naturalidad, supongo que por la decepcionante realización. Es una pena desaprovechar así esos magníficos personajes y ese arrebatador paisaje.

Le sobra el último capítulo.

Se tarda poco más en leer las novelas, pero compensa con creces.

Saludos


Eucariota

Miniserie de 4 capítulos que cuenta la vida en el pazo: un marqués embrutecido, una criada zafia a la que le hizo un hijo, un capataz y "suegro" despiadado, un clero glotón y complaciente... Cuando el marqués se casa y lleva su esposa de ciudad al pazo, los celos, envidias, rencores e intereses se disparan. Se masca la tragedia.

Se nos presenta una Galicia bruta y analfabeta, donde lo esotérico juega un papel relevante (meigas, brujería, un chamán al mismo nivel del médico, etc.). Entiendo que se quiera dar una imagen de España profunda, pero lo de comer sin cubiertos, lanzándose como perros hambrientos a por la carne, o la mansión del marqués que está a punto de caerse, o una Charo López que no se peina en toda la serie, me parece excesivo, porque una cosa es ser pobre y analfabeto y otra no tener un mínimo de educación y buenas costumbres.

Los dos primeros episodios tienen fuerza, desarrollan una trama interesante. El tercero, el desenlace, flojea. El cuarto directamente sobra. Especialmente me llama la atención una Victoria Abril que a sus 27 años parece jovencísima, aparentando bien la edad del personaje. Sin embargo, conociéndola, no resulta creíble la inocencia que pretende darle al personaje, especialmente en el cuarto capítulo que parece sobreactuada.