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Dos años y un día (Serie de TV)

Serie de TV. Comedia Carlos Ferrer es un actor, cómico y presentador de éxito con una vida perfecta hasta que 18 fatídicos segundos la cambian para siempre. Su aparición en el pregón de Carzuelo de la Frontera vestido de la Virgen del Cierzo, como un paso de Semana Santa, desata la indignación de la asociación de abogados costaleros, que lo denuncian por un delito contra los sentimientos religiosos. La querella se admite a trámite y el juez, devoto de la ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
4 de agosto de 2022
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia muy divertida y necesaria con una crítica en base al humor que está muy bien llevada. Todos los personajes están geniales, algo que hace que te enganche inmediatamente. El reparto principal es más conocido pero el reparto secundario está increíble, muy bien elegido, con gente desconocida que lo bordan, de hecho es lo que más corto se me queda, la presencia de éstos, que tal vez sea por la duración de los capítulos (en torno a media hora).
La serie pide segunda temporada.
Eldraven
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3 de setiembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si te quedas a ver ‘2 años y un día’, es muy difícil que salgas decepcionado. Si estás aquí, es porque eres el público objetivo principal de la serie de atresmedia y Arturo Vals te cae simpático porque, si no, no entiendo muy bien por qué te has quedado a verla (bueno sí, para ponerle a parir seguramente sin motivo).

Estamos ante un espectáculo destinado para su lucimiento y, de paso, dar a conocer al gran público a algún que otro nuevo cómico o actor en ciernes. Arturo, que bien podría interpretarse así mismo, es un presentador de un mítico programa de televisión. Lo que realmente hace especial a la serie es que enmarca el personaje en un contexto muy interesante, que dando el pregón de las fiestas de su pueblo hace un inoportuno chiste capaz de poner en pie de guerra a todo el mundo de tal forma que acaba en prisión. No voy a desvelar nada del tema para que pille de sorpresa.

Aunque a lo largo de los seis episodios este tema queda algo diluido, es interesante ver cómo esta ficción se ha atrevido a preguntarse dónde están “los límites del humor”. Si que es cierto que, una vez cerrado, la trama se desliza hacia lo más habitual. Como sucedía con la película de ‘Camera Café’, se vuelve a notar la mano que Ernesto Sevilla, quien es alguien de la total confianza de Vals y que sabe cómo exprimir el humor del actor. Se nota que ha metido mano en labores de dirección y guión, dejando su sello en alguna coña.

A destacar, la buena sintonía del protagonista con Adriana Torrebejano, cuyo buen feeling ya notamos en ‘Sin Novedad’, o los minutos que son capaces de robar Michael John Treanor o Fernando Gil como encarcelado y guarda, o el cameo divertido de Juanra Bonet.

No creo que dé para una segunda temporada, pero al menos me ha entretenido el principio del mes de agosto, que era justamente lo que la pedía.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Hickeystyle
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13 de julio de 2022
6 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arturo Valls ejerce de actor en una nueva comedia original de Atresplayer en la que se interpreta un poco a él mismo: Carlos Ferrer un presentador de televisión y cómico que ve su suerte truncada cuando la gente se da cuenta que sus chistes no hacen gracia.
En la serie en concreto es uno en el que ofende a una virgen. En la vida real fue el año 2012 más o menos.

Entonces, el personaje (que no el propio Valls) tendrá que pasar dos años y un día en la cárcel como condena por esa broma. Ahí tendrá que aclimatarse al nuevo entorno y a sus nuevos y peculiares compañeros.

El setting para la serie es bueno ¿hasta dónde están los límites del humor? Y parece que la cosa puede ir hacia algo ácido y macabro (el libro de la Pantoja) pero sin embargo no termina de atreverse y se queda un poco en la de siempre. Pero vamos por partes.

Empecemos con Arturo Valls, un profesional que a mí me cae bien, tiene carisma, gancho, sentido del humor y buena presencia. El problema de Arturo Valls es que me cae bien en pequeñas dosis y su problema ha sido la sobresaturación de proyectos siendo muchos de ellos de dudosa calidad, muy a brocha gorda y un aire a cuñado insufrible que termina despertando cierto calor pegajoso. Lo poco agrada y lo mucho Jorge Javier Vázquez.

“Dos años y un día” creo que nos devuelve la vena del presentador que más me gusta: la de ser capaz de reírse de sí mismo, de no tomarse en serio y de inspirar cierta ternura. O eso, o yo me fui de España hace 10 años y me he desintoxicado de sus chistes Arguiñano.

Aquí el humor y el guión viene de Miguel Esteban y Raúl Navarro que nos han traído una de las mejores comedias patrias de la televisión titulada “El vecino” (Netflix ni olvido ni perdono) y creo que ponen bastante cariño en unos personajes secundarios y dejar al protagonista como el único normal entre todo un abanico de chalados divertidos que van desde la jefa de la prisión hasta su compañero de celda, aunque con lo bueno que crean las ideas no estoy seguro de si las llegan a llevar hasta los límites que esta serie pide a gritos.

Es curioso que hace poco se ha estrenado en Netflix la también fallida “Entre Reja y Reja” con Catherine Tate que formulaba algo similar con algo más de mala baba y más afilado aunque terminaba perdiéndose en el gag por el gag.

“Dos años y un día” tiene un problema mayor: la falta de un tono y un humor definido. Por una parte se ve la mano de los creadores de “El Vecino” y alguna línea de guión inspirada (“Soy filólogo, por eso me hice camello”) y sin embargo en otras parecen sacadas de un monólogo de Leo Harlem con gracias básicas de primero e Jose Luis Moreno.

También es cierto que en el tercer episodio se nota un gran bajón en forma de falta de ideas y de caminar en círculos, lo cual no sería ningún problema si los personajes tuvieran más gancho, pero toda la trama en blanco y negro es un pegote demoledor. No se puede crear un personaje estereotipado y antes de desarrollar ese personaje darle una trama sin gancho ni chistes y que podría ser la de cualquier otro. Los secundarios piden a gritos locura, estereotipos y mucha más saña y acidez.

En resumen, “Dos años y un día” es una comedia simpática, sin pretensiones, con cierto aire de cachondeo y con un un Arturo Valls mucho más tolerable que de costumbre pero que sin embargo falla en inspiración y desarrollo. Tres episodios para mí han sido suficientes para bajarme de este barco.
Criticoenserio
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