No podía dejar pasar la oportunidad de hablar de este señor chiquitito japonés tan querido por mi y mi familia (mis hijos creo que han visto Ponyo y Totoro como 20 veces cada una jaja). y de poner más abajo una crítica a la película.

Yo ya conocía a Miyazaki mucho antes de Chihiro y la princesa Mononoke, obras maestras sin duda, pero sólo la punta del Iceberg. Me remonto incluso más allá de Nausicaa y Ghibli, donde Miyazaki ya era un mangaka del cómic, en aquellos tiempos en que era un "animador" de viñetas con talento junto a Suzuki y Takahata. En los 70 ya despuntaba el tío dando trasfondo psicológico a series de dibujos animados que ya son leyenda, como Heidi, Marco, Sherlock Holmes o la serie en la que dirigió más capítulos: Conan, el niño del futuro, ya con toda su artillería miyazakiana: aviones, el sueño de volar, naturaleza y religión, niños, futilidad y destrozo de las guerras, importancia de la tradición cultural, complejidad psicológica de los personajes, el papel de la matriarca... En fin, sin desmerecer al resto de creadores, me atrevo a comparar a Miyazaki con titanes como Kurosawa. Si eres un fan absoluto, no te puedes perder un libro fundamental: El mundo Invisible de Hayao Miyazaki, de Laura Montero, donde se desgrana cada creación hasta niveles fractales (ya sea la película en su conjunto, un escenario, un personaje, una habitación vacía...).

Por contar algo más para los neófitos, la diferencia con otros animadores es que en Ghibli, un sólo tío -el director- lleva el peso y control de toda la Producción. Así funcionan. En otros casos, un director puede beber de otras fuentes o incluso tener buenos consejeros, no es el caso de Miyazaki. Sólo se ve la visión del director, tal cual, aunque para ello dedique años a una sola película. Os recuerdo también que Miyazaki no sólo bebe de la fantasía y la ficción, tiene "otras películas" como "Mis vecinos los Yamada" (casi una comedia) o incluso Ocean Waves o Susurros del Corazón, en las que participó activamente, películas ya de cierta complejidad emocional y toques dramáticos. Miyazaki también es sutil y complejo. Pero reconozco que me gusta más el fantástico.

Dicho todo esto, he saboreado con alegría, y no menos pena, la nueva y última obra de Miyazaki, que no es una peli para niños, ni lo pretende, y no es fantástica, ni lo pretende. Aunque no me negaréis que ha metido niños y fantasía también. Es ya una obra maestra, en la que de nuevo muestra su sensibilidad hacia la tradición y naturaleza que se pierden con el paso de las generaciones, el sueño de volar y el niño que llevamos dentro, en fin, chapó. La parte dramática es un poco lenta, así como la parte "onírica"; no sería "marca Miyazaki" si no lo fuera. No entraré en la polémica de la guerra, me quedo con la actitud de Jiro, que construyó el avión Zero por la pasión de volar. En cuanto a la historia, no me digáis que no os pone los pelos de punta, la parte del hotel, el amor a primera vista que, las escenas de la noche de bodas... El tiempo pondrá a esta película en el sitio que se merece.

Curiosamente, me vienen a la mente las escenas finales de los escenarios vacíos y sin embargo tan "vivos" incluso sin gente, mientras sonaba la estupenda música de Joe Hisaishi...

Acabo de ver la película con mi familia y la primera sensación general que me suscita es "decepción". Después de haber disfrutado del último remake Disney, con la fantástica "Aladdin", o "La Bella y La Bestia", no entiendo por qué cuesta tanto conseguir un producto de calidad si ya tienes a mano la fórmula mágica. Incluso la muy criticable "El Rey León" tiene algún momento memorable. Pero en "Mulán" no encuentro nada, por mucho que busco.

Desde luego es mi opinión personal y, de hecho, tenía curiosidad por comprobar si las primeras críticas coincidían con mis primeras impresiones. Y, como suele suceder, así es. Sin embargo, como suele suceder también, las críticas profesionales difieren mucho de nuestros gustos y son positivas. ¿Cómo es posible? Porque yo no entiendo de cine y, sin embargo, veo claramente que fallan el guión y los personajes.

Lo primero que he hecho es buscar referencias de esta tal Niki Caro y resulta que no es una recién llegada: tiene una filmografía aceptable, como aquella peli "Whale Rider" de hace ya un par de décadas, con un trasfondo parecido: una joven que desempeña el papel de Elegido, reservado a los hombres, en un pueblo aborigen mahorí. En la época actual, con el empower femenino de moda, podría ser una crítica social al papel que tenía la mujer en aquella sociedad china. Desde luego la parte de la trama en que deshonra a su familia al convertirse en soldado para sustituir a su padre es, quizás, la única parte dramática de la película que tiene mayor interés, pero que a mi juicio no llegan a explotar lo suficiente. Es que ni siquiera te deja con esa sensación de logro, a modo de moraleja, ese poso que suelen dejar las producciones disney en general. ¿A nadie se le ocurrió llamar a Ang Lee para esta película? :-)

Desde el punto de vista técnico, es impecable; esas batallas al estilo Tigre y Dragón están muy bien aunque son demasiado cortas. Si la comparamos con la "Mulán" de animación, fallan tantas cosas que la lista sería interminable. Y es que el guión y los personajes, como digo, son fundamentales. El papel principal es bastante plano, así como el resto de secundarios, rápidamente olvidables. Quizás el padre y, sobre todo, el comandante tienen algo más de peso. Jet Li en el papel del emperador está bastante flojo y ni digamos un Jason Scott Lee que no le llega al malo de la peli de animación ni a la suela del zapato. Aparte está la bruja, que tenía visas de convertirse en una mala espectacular y poderosa antagonista de la heroína en una batalla épica. Ni por esas... y no quiero dar detalles para no incurrir en spoiler.

El arco del personaje principal es demasiado pobre, no evoluciona; hubiera estado bien un momento de epifanía en el que descubre que puede hacer cosas inimaginables canalizando su fuerza interior, estilo Neo al final de Matrix. Y falta esa química con un compañero que esté a la altura, del que se va enamorando y que al final la corresponde; aquí es un tipo bastante mediocre que no pasará a la historia por este papel.

Por otra parte, no es una peli musical, salta a la vista, pero quizás podían haber reforzado las canciones de la original de animación, adaptándolas sin letra al estilo chino, no sé, algo. ¡Dame algo más!

Y poco más tengo que decir. Me gustaría creer que si la vuelvo a ver algún día, descubra algún matiz que se me escapa... pero es que a día de hoy, tras haberla visto, creo que no aporta nada; indiferencia y... "a otra cosa, mariposa". Fácilmente olvidable.

Acabo de salir del cine con mi familia y constato el hecho de que "para gustos los colores", como se suele decir. Veo las críticas negativas y me quedo a cuadros. Incluso la primera opinión de mi mujer, que es fan número uno de la película original y del musical, ha sido que la elección de Bella no es demasiado acertada. Yo, sin embargo, me temo que discrepo en esta ocasión: me ha encantado la película, de principio a fin, me quedé con la boca abierta mirando los títulos de crédito pensando en la experiencia que acababa de vivir. Una delicia.

Los actores increíbles bajo mi inexperto punto de vista, el "tempo" lento de las canciones, sutiles, casi interpretando la letra más que cantando, la química entre los personajes, el señor Condon y el amigo Menken, que han sabido dar otra vuelta de tuerca a un producto que ya de por sí era una joya. Me tengo que quitar el sombrero, señores. Chapó.

Es difícil contar algo de esta película incurriendo en spoiler, ya que es remake de otra que hemos visto y revisto mil veces. Sin embargo, guardemos los detalles para que los descubráis vosotros. Os deleitaréis con nuevos diálogos que le dan sentido e intensidad dramática a la historia, nuevas canciones llenas de bromas, ironía e incluso tintes de sarcasmo. Los papeles principales os recomiendo que no los miréis e intentéis averiguarlos por sus doblajes.

¿Por qué el título de la crítica? "Redención de la omisión". Porque me ha parecido muy interesante descubrir tramas secundarias que subyacen tras la historia principal, como el hecho de que los habitantes del castillo comparten la maldición. En cierto sentido, al consentir que el niño se convirtiera en un déspota egoísta, se hicieron cómplices y, por tanto, tienen que purgar su parte de culpa cuidando ahora de la bestia.

En fin, son esas cosas que, en su conjunto, dotan al producto final de gran intensidad dramática.

Que la disfrutéis.