No me gusta ver películas basadas en obras de teatro porque pienso que el concepto inicial estaba pensado en un público que no tiene por qué coincidir con el que va al cine. Pienso que las obras de teatro deben quedarse en el teatro sin más. Me recomendaron "La Huella" ("pero la de 1972, no el remake") y saqué dos horas y cuarto para ver este título.

Al terminar tenía sensaciones contradictorias. Por un lado estaba asombrado del trabajo de L. Olivier y M. Caine que no paran de dialogar en toda la película, sin más personajes que ellos mismos durante toda la trama. Lo que en teatro hubiese sido para quitarse el sombrero en el cine puede haber estado lleno de cortes y tomas erróneas; sin embargo, su calidad interpretativa y la facilidad con la que cambian de registro de una frase a otra despeja cualquier duda sobre los Oscar a los que fueron nominados.

Son ellos los que hacen que te intereses verdaderamente por la trama puesto que es predecible a más no poder. Si bien tiene una sorpresa en lo que seguramente coincidiría con el intermedio en el teatro, no son capaces de llevar el guión hasta el final obteniendo por mi parte un interés decreciente hasta los créditos.

Me ha sorprendido saber que recibió una nominación al Oscar por la banda sonora, ya que no he escuchado nada notable en toda la película. Tan sólo el "Anything goes" y porque me recordó a otra anterior... Por cierto, lo que yo interpreto como un leve fallo en la trama hace que suene antes de tiempo esta canción. Lo explico en el spóiler.

En conclusión, "La Huella" es una película muy entretenida con un trabajo de interpretación increíble; quien considere esto suficiente, se encontrará ante un gran título. Quien busque algo propio del cine y no de otros géneros, perderá el tiempo viéndola. Tengo claro que si alguna vez tengo la oportunidad de verla en un escenario, no me la perderé.

Finalmente, estaría muy agradecido si alguien me explicase por qué esta película se llama "La Huella"...

Saludos,
Bannister.

Tenía claro que vería "Inception" desde que me enseñaron el tráiler porque desde "Nivel 13" no había visto ninguna película que jugara con los distintos niveles de conciencia como ella. Al final resultó ser lo suficientemente diferente como para considerarla una idea original. El protagonista absoluto de "Inception" es el guión. Todo lo demas, música, efectos especiales, actores, fotografía... juega a su servicio. Y si no podemos hacer que nuestros actores se desnuden o tengan sexo, pues no lo hacemos. Y si no pega poner un éxito pop en mitad de la película, pues no lo ponemos. Y si el edificio no debe explotar, pues no explota.

"Inception" requiere que el espectador ponga de su parte desde el primer instante para entenderla y mantiene la atención con una acción sin pausa, en la que se intercalan las explicaciones necesarias para que no quede la sensación de estar viendo un guión sin sentido. Al mismo tiempo, deja que cada uno saque sus propias conclusiones. Sin embargo, eché de menos un pequeño epílogo en el que los guionistas hubiesen atado algunas cosas. Así que le he puesto un 10 condicional, esperando el momento de volver a verla, hasta comprobar que en algún momento no escuché una frase clave para resolver mis dudas... porque está demasiado bien hecha como para haber dejado cabos sueltos.

Dejo en el spoiler mi duda sobre la película. Pero que después de dos horas y media sólo haya sido capaz de criticarle este detalle ya la hace merecedora de mi recomendación a todos (¡para ver si me ayudan a aclarar esto!).

El cuento que narran en "Érase una vez en América" es una historia muy simple llevada de una manera muy interesante para el espectador. En resumen, una vez vista y con la perspectiva del guión completo, puede contarse entera en cuestión de dos minutos y sin embargo su director necesitó más de cien veces ese tiempo. Me he preguntado por qué.

Por una parte, para entender las decisiones del protagonista necesitamos saber qué las motivaron. Eso sólo es posible presentando al personaje cincuenta años en el pasado y avanzando con él hasta el final de su historia. El montaje resuelve lo que podía haber sido una linealidad soporífera comenzando el relato por la mitad y haciendo constantes flashbacks que, para mi gusto, son excesivamente largos y tardan en volver al momento actual.

Por otra parte, la necesidad de transmitir que cada momento presentado es imprescindible para la trama hace que se estiren situaciones hasta la saciedad abusando de la pausa dramática en los diálogos. Pienso que se hubiese entendido igual dándole un ritmo "allegro ma non troppo", aunque reconozco que en un film de semejante longitud es necesario fijar las ideas en el espectador.

Por último, hay que contextualizar los actos y se necesita tiempo para presentar a la familia, los amores, los amigos y los enemigos del personaje, así como el ambiente en el que se mueven, su pasado, su presente y su momento actual. Se invierte muchísimo tiempo en contar historias secundarias para llegar a la conclusión de por qué pasa lo que pasa al final de la película. El guionista convierte al espectador en Teseo necesitado de una Ariadna para salir del laberinto de ideas.

El entretenimiento de "Érase una vez en América" es sublime. No es fácil superar el aburrimiento que puede provocar un argumento tan lento en este espectador impaciente pero aun así lo ha conseguido manteniendo la intriga por saber qué pasará a continuación. O eso, o es que le he terminado cogiendo cariño al personaje y quería saber qué había sido de su vida, como si de un viejo amigo se tratase.

Saludos,
Bannister.

Esta película retrata a la perfección a cualquiera que haya tenido que estar unos meses viajando de un lado para otro y viviendo en los aeropuertos. Acabas sin vida, sin amigos, sin base fija y sobre todo sin rumbo, aunque parezca difícil en una terminal. Y encima, cuando te proponen dejarlo, hay algo en esa libertad incontrolable que actúa como droga para que no escapes de ese ritmo de vida. Claro, es que a estas alturas ya no sabes vivir de otra manera...

Me gusta mucho lo detallista que es "Up in the air", lo bien que se perfila al personaje de Clooney y cómo se termina entendiendo todo lo que le motiva (aunque para mi gusto ha faltado algún comentario a los retrasos interminables). Y es que al final, por mucho que nos gusten las cosas, todos nos cansamos.

Tengo que reconocer que "American History X" no es el tipo de película que hubiese visto de no ser por la recomendación de alguien a quien valoro, porque ni me va la temática ni creo que ninguna película-denuncia refleje realmente la situación a la que se hace referencia. Reconozco que Edward Norton también tuvo algo que ver... En este caso se habla de Derek (E. Norton), un skinhead americano que odia todo lo que no sea blanco hasta el punto de pertenecer a una organización que defiende "su territorio" de cualquier tipo de inmigración, sea o no tal, distinguiendo a las personas por el color de su piel. Con semejante panorama me senté a verla con cierto escepticismo.

Sin embargo, la historia se plantea desde un punto de vista que me gustó mucho: el de cómo una persona se para a pensar en qué favorece a su vida estas ideas tan radicales. Digamos que internamente traduje la moraleja de la historia a cualquier otra situación ante la que las personas nos cerramos en banda y no sabemos abstraernos. ¿Todo es tan malo como parece o es que en algún punto de nuestras vidas alguien nos lavó el cerebro? ¿Los amigos, la familia, los profesores...? ¿La nuestra es la única opinión válida? ¿Qué diferencia hay entre tener criterio propio y no saber escuchar? Y lo más importante: ¿en qué influenciamos a los demás?

Siempre sabemos a quién observamos pero no quién nos observa. Derek tiene un hermano menor, Danny (E. Furlong), que lo idolatra hasta el punto de querer seguir sus malos pasos hasta donde haga falta y debe ser la progresiva reconstrucción de su carácter el que lo haga cambiar de idea cosa que, para mi gusto, sucede con suma facilidad en la película. Quizás tampoco sea necesario ahondar en los motivos que llevan al joven a abandonar su leiv motiv en base a la experiencia de su hermano pero creo que habría que haberle dedicado más tiempo a ese cambio de opinión, máxime cuando se dedican tanto a justificar esta personalidad.

[...]

Y sobre el retrato que se hace en sí de este tipo de movimientos, afortunadamente no puedo opinar. No tengo experiencias cercanas que apoyen la veracidad, la exageración o el dramatismo de ciertas escenas. De quedarme con alguna, me sobrecogió el momento en el que la Policía, a la que tanto se defiende en el argumento como defensora del orden, entra en acción contra el protagonista. La expresión de Norton deja sin palabras mientras dice con los ojos "Me lo merezco y lo asumo". También el momento entre sábanas en el que Norton rompe a reír y al mismo tiempo rompe con su pasado.

No estoy en posición de recomendar esta película porque me gustó por motivos demasiado alejados de lo que se pretendía contar. En cualquier caso sí le pediría que la viese a cualquiera que se cree que ya lo sabe todo en la vida, porque no hay momento más triste que cuando te das cuenta de que no es verdad. Siempre puedes replantearte tus opiniones y siempre hay algo que aprender de los demás.

Saludos,
Bannister.