El personaje principal es un joven espíritu cuyo hogar fue destruido por la “civilización humana”. Esto despierta en él un odio generalizado hacia los humanos. Encuentra otro espíritu “mayor” que lo “salva” de un aparente ataque de los humanos y de este modo se une a este cuidador que lo alimenta y orienta en su rechazo hacia las personas, ofreciéndole por fin un hogar, amistad y alimento.

Luego aparece un humano poderoso que lo rapta y se lo quiere llevar al “gremio”, un lugar donde los espíritus son recibidos y luchan por mantener el equilibrio entre la humanidad y la espíritus. La historia versa sobre el deseo del personaje principal de reencontrarse con su cuidador-salvador, para por fin retornar a un hogar. ¿Se reencontrará con su cuidador? ¿Retornará por fin a un hogar? ¿Se vengará de los humanos? De esto va la trama.

La película toma de todas partes: del Anime como Dragon Ball y otros clásicos, de las series animadas estadounidenses como Hora de aventura, y también mucho del Estudio Ghibli. El resultado es una animación de acción y fantasía ecléctica, algo inconsistente, pero interesante, especialmente el uso del color, aunque hay momentos en los que parece que se les acabó el presupuesto.

El desarrollo del argumento y de los personajes es también “especial”. Aunque se desarrolla en un contexto de polarización entre dos bandos, nuestro héroe no tiene claro de qué lado está y es esta duda la que guía la trama.

Y es precisamente la particularidad del mensaje que teje la película lo que me ha motivado a escribir esta reseña. Pero para avanzar en este punto necesito hacer spoilers luego.

Recomiendo la película porque es “alternativa”. Las grandes producciones de animación no son fáciles de hacer. Los chinos están desarrollando sus objetos culturales, los están occidentalizando y prometen, como han hecho con todo, competir con los grandes… y tienen una visión muy distinta, como pueden disfrutar en esta película.

Para mí, el mayor logro que tiene esta película "instagramera" es su superficialidad. El hacernos saber, por las malas, el abismal vacío que devora al espíritu humano.
No vale la pena comentarla, todos la vimos. La vimos ser halagada, llevarse los premios, ser comentada y posar soberbia y burlesca como una de las "mejores películas de nuestro tiempo"...
Y nos sentimos como el Joker... ese es su valor, su valor reside en que, en algún sentido un grupo de amantes del cine y de las ideas nos vemos marginados por una apabullante avalancha de superficialidad... y nos sentimos alienados, sí, como el mismísimo Joker, ¡qué ironía!
Es lo más parecido a la historia del vestido del rey (en la que un estafador le hace creer a todos que teje un hilo tan fino que es invisible). No hay nada que ver, señoras y señores, el Joker está desnudo, desprovisto de ideas y sentido. Pero todos lo aplauden por su profundidad, por su soberbia actuación de "ser profundo" que convenció a la generación de Instagram... a todas estas ,¡los filtros están buenísimos!

La trama principal gira en torno a un importante evento de una empresa de cosméticos y cómo algunos empleados (los cuatro personajes) arriban a esta instancias de un modo trastornado a causa de tomarse en serio la recomendación de ser “ellos mismos”. En inglés existe una palabra que sirve para denominar a ese “sí mismo” en el sentido de “yo”, se trata del término “self” (en plural “selves”). Voy a usarla.

La película en muy poco tiempo desarrolla la relación de cada personaje con su self de acuerdo con un proceso de aceptación, pero no lo hace igual para todos los casos, lo cual puede llegar a ser confuso (y lo es).

Para esta reseña me concentraré en comentar y dar sentido a las cuestiones psicológicas, dejando por fuera los aspectos cinematográficos o la calidad del humor.

INTERPRETACIÓN DEL OTRO LADO DEL ESPEJO

En una escena cercana al final, los personajes son arrojados dentro del espejo mientras que sus selves son transportados al exterior. Los personajes son, de este modo, lanzados a las profundas y abrumadoras tinieblas y soledad del sí-mismo. La oscuridad de la interioridad, de las sombras del inconsciente, es el aspecto del self que la frase “sé tú mismo” parece obviar.

Adentrarse en las profundidades del alma, de la nada, del vacío, del dolor, en fin, del miedo, darle la cara al espejo y aceptar la fragilidad del self: eso es un reto. Ser uno mismo es una negociación permanente con aspectos luminosos y oscuros, con miedos e inseguridades que pocas veces podemos afrontar, pero debemos reformar constantemente si deseamos, no digamos ser nosotros mismos, sino simplemente “ser”.

INTERPRETACIÓN DEL SELF DE LOS PERSONAJES

El jefe:

El personaje del jefe narcisista parece bien retratado a este respecto: el narcisista es una máscara. No es que “tiene” una máscara, sino más bien “es” una máscara y nada más. Su self es falso. El narcisismo es un mecanismo de defensa para lidiar con un self frágil, insustancial, ausente. Por eso, que pierda su reflejo y que al final diga no saber quién es resulta perfectamente consistente. Lo que, lamentablemente, es improbable, es que el narcisista pueda cambiar y aceptar su vulnerabilidad. Lo cual es consistente, si son tan vacíos, no tienen nada que cambiar porque no son nada. También es consistente que una madre narcisista termine por criar a un hijo narcisista, aunque no sea ni suficiente, ni necesario.

La community manager:

El personaje de la community manager no es menos narcisista que el jefe, aunque es un narcisismo vulnerable e inseguro en su actuar, tiene un self autocomplaciente y vacío, pues no llega nunca a mostrar una sombra reflejada. De hecho, cuando cae en el espejo, su reflejo termina por volverse jefe y sentencia: "al fin y al cabo nosotros queremos vender maquillaje, no arreglar el mundo". El problema aquí no creo que sea la agenda progresista, sino el narcisismo encubierto de ciertos individuos que se alistan en una “trend” solo para sacar “likes”. Get it? No es más narcisista uno que el otro, es solo cuestión de mostrarse vulnerable para sacar provecho. Pero ojo, no hay que verlo como un asunto social, sino más bien de la personalidad en alza del narcisismo en las redes, que es innegable. La película nos dice esto: que la chica progre es el nuevo jefe narcisista. Disagree? Take it easy! (Un poco más sobre esto en la conclusión)

La portera:

Otro personaje interesante, y sin duda el más divertido, es la portera. El self no solo es un espejo para sí, sino que es un espejo del otro. Si, como sucede a un portero, todas las personas pasan frente a uno sin considerarlo, tratándolo como si no existiera, deviene el extrañamiento, generando un fuerte resentimiento que, en el caso de la portera, se traduce en un deseo destructivo de venganza.

El incel:

El personaje blandito, gordito, calvo, pero peludito representa los riesgos de perder el autocontrol propio de lo que Freud llamaba el super yo. No hay mucho que comentar aquí, su papel, además de ser divertido, es presentarle un conflicto a la community manager.

La hermana trans:

Sin duda el personaje más complicado es la hermana trans. Como con el gordito, el personaje parece estar ahí solo para liar a la hermana… y agregar a la minoría. Es un poco chocante como se representa al final. Este es el problema con la inclusión forzada. Incluyes al personaje, pero lo tratas de un modo tan ambiguo que es prácticamente un maltrato. Creo que hubiera quedado mejor la película sin elle. Incluir a una “minoría” para retratarla de un modo que se sigan reforzando los viejos prejuicios… I don’t know! Parece que también tiene su agenda el director.

CONCLUSIÓN

Para ser tan ligera, es una película muy densa, y para ser tan densa, es muy ligera. Creo que sobran personajes. Lo interesante es la dinámica entre los dos tipos de narcisistas: el jefe y la community. Uno, el clásico machista, "el mierda", va en descenso; la otra, la nueva feminista, va en ascenso. La película me recuerda a “La red social”, donde los nuevos héroes, los nerds, derrocan a los viejos héroes, los deportistas, pero tiranos todos por igual. El tránsito es de un narcisista que pierde el poder y se vuelve vulnerable en la medida en que una narcisista vulnerable obtiene poder.

La autocomplacencia tiene un límite. Cuando el jefe se da cuenta de que le dicen “el mierda” y ve amenazado su puesto de trabajo, colapsa. En la misma medida, la community manager abandona sus principios superficiales cuando es ascendida. Ese es el mensaje, aunque quizá no quedó del todo claro: la inversión de los valores es superficial. Cambiamos a un ser superficial y autoritario, por otro ser superficial y manipulador.

Eso es lo que entiendo que dice la película, si es un buen mensaje o no, es algo que escapa de esta reseña.

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La película trata varios temas a la vez. Dejando a un lado el contexto musical y del aprendizaje, supongamos que la película trata sobre la relación entre la ambición infantil o ciega y la voz del “super yo” freudiano, es decir, la voz interna que te motiva mediante el maltrato y la vejación. Si nos olvidamos del (supuesto) jazz y el (supuesto) desarrollo de personaje y nos concentramos en la forma como la película trata esta relación entre un vicioso deseo de superación y su relación tóxica con una motivación maltratante, la película es caricaturesca y perversamente complaciente.

Lo de caricaturesca debe ser obvio, los personajes no existen, son meros símbolos estereotipados. Lo de complaciente es lo más peligroso: al final las dos caras malignas de la interioridad se satisfacen felizmente en el triunfo. Un triunfo bien raro en la película porque carece del placer de compartir la música (o lo que sea) con los otros y además de recibir la admiración de los demás, esas dos cosas están ausentes y es de lo más abstracto que no estén. Como si el éxito se justificara por sí mismo y no fuese un medio para alcanzar otra cosa.

La ausencia de un verdadero momento catártico es lamentable. Lo deja a uno pensando en lo nefasto que es no solo para un individuo, sino para la sociedad, justificar de algún modo esta conducta fascista que cada vez se deja ver más en los productos culturales de nuestro tiempo, como un reflejo de la mentalidad que nos rodea.

En mi opinión, el tema que yo estoy tocando aquí está infinítamente mejor tratado en la película de Tarkovski sobre la vida de Andréi Rublev, en el capítulo de la campana.

Lobster comienza bien, llama la atención inicialmente por ser rara, sarcástica y “negra”. Además, hace lo que hacen las buenas películas, plantea un dilema: ¿monogamia sinsentido o soltería forzada? Hasta ahí llegó la película. Al cabo de un rato, lo que era interesante se vuelve pesado y lo que era chistoso se torna vergonzoso. Lo peor es que no se resuelve el dilema de ninguna manera. Una tarea incompleta y mediocre.

La receta para hacer una película seudointelectual: blindarse en el absurdo, el cinismo y la ambigüedad para librarse de decir algo interesante.

En fin, si te sientes confundido tras ver La Langosta, no te preocupes, la confusión la tiene el creador de la película, él aun está descubriendo lo que significa el amor… y algo me hace pensar que nunca lo conseguirá.

La gente a veces parece olvidar que las películas de "desamor" pueden ser tan malas como las ridículas películas románticas. Este es un caso espectacular.

*Esta película está en mi top de "superficialidad abismal milenial" junto con el Joker y Her. Las tres películas de “desamor” son, por cierto, de una masculinidad incel resentida que pasa sin levantar sospecha... supongo que así se sienten los hombres hoy día. Lo que sorprende es que muchos críticos que no tuvieron contemplación con esta cinta fueran muy elogiosos con las otras dos.

Para los que no sepan qué es un incel, el Urban Dictionary lo define como: «un hombre frustrado que siente como si el mundo le debiera sexo. Un incel auto-descrito tiene altas probabilidades de culpar de su virginidad a las otras 7,6 mil millones de personas que hay en el planeta, en vez de considerar que el problema yace dentro».