Esta coproducción de Australia y Singapur de 2013 se puede ver perfectamente en V.O. porque en toda la película no se habla prácticamente nada. Solo algunas frases en chino, birmano o similar que el piloto australiano no tiene que entender, ni a nosotros tampoco nos hace falta. Esta película va de la soledad, el desamparo, la incomunicación y del poder inexorable de la naturaleza y de la guerra, pero también va de la amistad y la solidaridad más allá de las fronteras, las razas, o la desesperación humana. Con muy poquitos medios se recrea un ambiente opresivo con el sonido lejano de los disparos siempre presentes en la inmensidad de la jungla y los aviones que combaten arriba a lo lejos.

Duelos interpretativos entre Michael Fassbender, Alicia Vikander y Rachel Weisz que pese a su papel en inferioridad de condiciones se las apaña para brillar como el Faro de Tom. La elección del reparto es sin dudas uno de los aciertos de esta película junto con la de los escenarios naturales, los cuales consiguen hacer creíble un melodrama como los de antes para una historia de amor desesperada como las que ya no se ven en el cine. El triunfo del amor a pesar de las ilusiones rotas, a pesar de las decisiones equivocadas y todo ello enmarcado en unos parajes de belleza desolada. Un universo salvaje y solitario lejos de las leyes de los hombres, sin el cual no se entenderían las decisiones que los personajes se ven obligados a enfrentar. ¿Puede el amor de una pareja sobrevivir a la rotura del amor materno-filial? tal vez y solo tal vez únicamente en ese otro mundo, en esa otra época donde los faros de esperanza siguen brillando en el mar de los sueños rotos.