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España España · Bedford Falls
Críticas de Cautivo del mal
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Críticas 87
Críticas ordenadas por utilidad
6
31 de enero de 2021
31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
El western suele ser sinónimo de grandeza. Una mezcla perfecta de épica y de enormes espacios abiertos. Por estos parajes inhóspitos, donde impera la ley del más fuerte, cabalgan a veces personajes encerrados en sí mismos, que arrastran una carga de dolor que hacen del paso del caballo el fiel reflejo de sus pensamientos.

La propuesta de Greengrass destila clasicismo, y esto es algo reseñable pues su trayectoria como realizador apuntaba en otra dirección al afrontar este proyecto. El problema de “Noticias del gran mundo” está en la historia que cuenta, pues se estanca en el segundo acto, convirtiéndose en el viaje físico de los personajes principales a través de una sucesión de infortunios más o menos aislados, más o menos interesantes. Todo desemboca en un final con emoción pero, por desgracia, sin la menor incertidumbre.

Por otro lado, el tono del film está en la línea de westerns recientes como “Deuda de honor” (Tommy Lee Jones, 2014) o “Los hermanos Sisters” (Jacques Audiard, 2018), y muy alejado de retos más originales como “Los odiosos ocho” (Quentin Tarantino, 2015) o “La balada de Buster Scruggs (Joel y Ethan Coen, 2018). ¿La diferencia? De nuevo, hay que buscarla en el guion.

En “Noticias del gran mundo”, Tom Hanks agranda más su leyenda interpretando a Jefferson Kyle Kiddun, un ex capitán sureño honrado y solitario, que pronto tendrá como compañía a Johanna (Helena Zengel), una niña de diez años que ha vivido con los indios desde que fuera raptada a temprana edad. Dos seres necesitados de afecto que logran establecer una entrañable relación paterno-filial. De aquí surgen algunos de los mejores momentos de la cinta, en particular, cuando se ponen de manifiesto las diferentes concepciones sobre la naturaleza y el ser humano, tanto desde la perspectiva del colonizador como desde la visión del nativo americano. Sin embargo, no se profundiza mucho en ello, en la línea del resto de temas que van apareciendo en la película. Algunos son muy generales, como el pacifismo, la ecología, la esclavitud, la violencia machista, el racismo, o el derecho a la información como base para alcanzar la libertad; otros, en cambio, son más específicos. Es el caso de una escena muy interesante donde se evidencia la situación de crispación social en el sur tras la Guerra de Secesión.

Algo deslavazada y un poco tediosa, pero también contenida, en el buen sentido de la palabra, además de elegante, con un diseño de producción cuidado y unos decorados realistas, “Noticias del gran mundo” nunca abandona una senda entrañable y sensible. Es fácil dejarse llevar a lo largo de este viaje por sus personajes, a los que terminas cogiendo cariño. Sin embargo, uno añora el western de otras épocas, cuando se trataban asuntos parecidos pero se aprovechaba al máximo la grandeza del género. Por allí, por aquellos enormes espacios abiertos, algunos todavía divisamos el paso épico de jinetes como Ethan Edwards (John Wayne en “Centauros del desierto”) o John J. Dunbar (Kevin Costner en “Bailando con lobos”), ambos personajes muy diferentes desde lo ideológico pero que despliegan, en su cabalgar, la Historia del Cine; así, con mayúsculas.

https://cautivodelmal.wordpress.com/
Cautivo del mal
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8
23 de diciembre de 2020
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aguda, inteligente y refinada reflexión sobre la vejez y la forma en la cual afecta nuestra manera de comprender la realidad.

Sir Anthony Hopkins modula su interpretación con temple, al igual que la ajustada labor de dirección de Florian Zeller. La cámara no reniega el origen teatral de la pieza, y se pliega al detalle, a cada reacción emocional de los dos actores protagonistas. Si Hopkins está pletórico, Olivia Colman nos regala su mirada para completar de manera conmovedora aquello que se pierde para siempre.

Sorprende la apuesta por adaptar el sencillo entorno físico donde se mueve el protagonista, un antiguo arquitecto, en una exterioridad de la enfermedad. Así, se alteran objetos, paredes y tiempos en una progresiva porosidad entre razón y sentidos.

El final es sobrecogedor y sutil, casi como una brisa cuando arrastra la última hoja de un árbol ya anciano, pero todavía en pie.

https://letterboxd.com/cautivodelmal/
Cautivo del mal
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7
11 de enero de 2021
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de la película alude a lo fragmentario. Y esto nos lleva, a su vez, a lo que una vez estuvo unido. Es decir, es posible que todos esos fragmentos antes, unidos, nos entregaran una imagen. Y esa imagen podría ser la de una mujer.

Martha (Vanessa Kirby), unos treinta años, ejecutiva de éxito, está a punto de iniciar una nueva etapa en la relación con su pareja, Sean (Shia LaBeouf), que trabaja en la construcción de un puente sobre uno de los ríos de Boston.

Es muy complicado hablar de “Fragmentos de una mujer” sin predisponer su visionado a un futuro espectador. Desde luego, su presentación se decanta por el drama. Sobre esa base, la película del director Kornél Mundruczó y la guionista Kata Wéber (pareja en la vida real y, ambos, de nacionalidad húngara) reflexiona no tanto sobre ciertas situaciones traumáticas que logran cambiar el rumbo de nuestra vida sino sobre sus consecuencias. La forma en la cual el cuerpo encuentra la forma de liberar la carga de dolor pero, y aquí viene lo complicado, la manera no siempre razonada en la cual la mente trata de superar el trauma.

La actuación de Vanessa Kirby es prodigiosa. Su capacidad de conectarte a los sentimientos de su personaje con tan solo una mirada (azul) o una inflexión de voz (ese tono de voz enérgico o, tal vez, desesperado) te desarma en tan solo un segundo. Habrá de pasar un tiempo hasta encontrar con una actuación así, con una actriz en un papel tan irascible desde la intimidad. Sensacional.

Además, Mundruczó y Wéber nos regalan la que (espero que no) sea la última gran interpretación de la incombustible y maravillosa Ellen Burstyn. Por otra parte, la pareja de cineastas trabaja de forma eficaz los simbolismos: la pureza de una superficie de nieve todavía no hollada, la semilla de futuro que encierra el corazón de una manzana y, sobre todo, la construcción de algo tan grande como un puente sobre un río. Una obra de ingeniería que se inicia desde cada orilla hasta alcanzar el punto de encuentro exacto, en el centro, bajo un río que nunca es el mismo, una corriente de tiempo (azul) que es la única fuerza de la naturaleza capaz de arrastrar tanto sufrimiento. El trauma por fin liberado.

Conmovedora por lo que cuenta, tierna y áspera a partes iguales, “Fragmentos de una mujer” es de una intensidad muy directa tanto en sus primeros cuarenta minutos como en su desarrollo final. Fuera de estos dos excepcionales momentos, la película no acierta tanto en lo emocional, pero trata siempre de mantener un tono realista, sincero e introspectivo. Merece la pena.

https://cautivodelmal.wordpress.com/
Cautivo del mal
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7
30 de diciembre de 2020
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película se puede ver, en realidad, como la representación teatral filmada de la obra homónima de August Wilson.

Tras “Fences”, “La madre del blues” es mi segunda incursión en la obra de este dramaturgo. De nuevo, aparecen ciertos temas clave, legajos de una ideología verdaderamente revolucionaria que conmocionó la juventud de finales de los sesenta. La conciencia de clase, el pensamiento crítico o una lectura marxista de la historia son algunos de los temas que subyacen a las tramas narrativas de, al menos, las dos piezas antes referidas.

A esto hay que sumar el activismo de Wilson en defensa de los derechos de la población negra, de la que el autor se sentía parte.

Hay un pasaje en “La madre del blues” en el cual Toledo, un pianista de raza negra, hace una particular interpretación del materialismo histórico. Lo hace citando los ingredientes utilizados en la elaboración de un guiso: zanahorias, guisantes y patatas; también carne, frutos secos y maíz. ¿Quién hace la historia y quién no? O, en este caso, ¿quién se come el guiso y qué significan las sobras? “Los negros somos las sobras”, señala Toledo, "una vez los blancos se han empachado de hacer la historia. Ahora bien, ¿qué van a hacer los negros?" Y tras unos segundos de silencio, el propio músico se responde: "Antes tienen que saber que son las sobras del guiso”.

Así de claro.

Otra cosa que me asombra de August Wilson es cómo desafía los principios en los que cree, aquellos ideales políticos que defiende, al entregar el papel protagonista principal de sus obras a unos personajes que encarnan las conductas que el propio autor desaprueba. Fascinante. Hay un momento, en la resolución final de “La madre del blues”, que te obliga como espectador a replantearte todo lo que has asimilado de ese personaje para comprender por qué ha hecho lo que ha hecho.

Brutal.

A nivel cinematográfico, el producto no abandona el recinto teatral para el que estaba pensado. Por supuesto, los actores lo dan todo. Chadwick Boseman no lo tenía fácil. Su actuación perdurará como uno de los logros interpretativos de la década. Lo de Viola Davis, bueno..., es de otra galaxia. Hace una recreación monumental de Ma Rainey, una de las 'Reinas del Blues' de los años veinte y una mujer de rompe y rasga. Arrolladora.

Repleta de matices y diálogos, sobrecargada en lo dialéctico y en lo ideológico, encajonada en lo escénico, con un compromiso férreo por ser un producto hecho por gente negra para gente negra... En fin, tal vez todas estas cosas alejen esta película de una audiencia generalista. También tiene algún problema de ritmo y, la verdad, no todo se siente igual de bien balanceado. A veces, cuesta engancharse. Sin embargo, “La madre del blues” es una cinta notable, un producto audaz que engrandece el catálogo de Netflix.

https://cautivodelmal.wordpress.com/
Cautivo del mal
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7
27 de enero de 2021
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Misterio.

¿Es ese el gran interrogante que nos hace ir en busca de una luz entre tanta oscuridad? A veces esquivo, siempre inalcanzable, el misterio nos revela algo, otra realidad. Un vértigo que nos atrae y nos llama por nuestro nombre. Una noche donde habitan seres extraños, o no tanto, criaturas que podríamos llegar a ser nosotros mismos si lográramos resolver ese interrogante. Tal vez por eso nunca admitiremos que lo inalcanzable de un enigma empieza en nosotros mismos.

En el clásico “Terciopelo azul” (Blue Velvet, 1986), el joven Jeffrey (Kyle MacLachlan) se precipita hacia el misterio, es decir, hacia la vasta noche representada por Dorothy Vallens (Isabella Rossellini).

Por su parte, en “The Vast of Night”, los jóvenes Everett (Jake Horowitz) y Fay (Sierra McCormick) recorren las calles vacías y oscuras de la pequeña localidad de Cayuga, en Nuevo Mexico. ¿Qué misterio persiguen? Lo que comenzó como otra noche tranquila, reflejo de la juventud saludable de un país que había salido de la Segunda Guerra Mundial imponiendo un estilo de vida despreocupado y colorista, va a ir ensombreciéndose. Lo hará cuando lo desconocido se deslice, como caído del cielo, sobre el pueblo.

La manera en la cual el director Andrew Patterson y los guionistas James Montague y Craig W. Sanger dosifican la intriga, en un crescendo casi perfecto, es uno de los grandes logros de la película. Pasamos de un suspense casi juguetón hasta desembocar, en el tramo final, ante el umbral de un enigma terrorífico. La atmósfera está muy bien lograda. Se recurre precisamente a lo que no se ve y se apuesta por estímulos, en la mayoría de los casos verbales, pero también sonoros, de montaje y de estilo, que nos hacen ver literalmente lo oculto e incompresible como algo cada vez más real, cercano y peligroso. Todo ello con muy buen pulso cinematográfico.

No obstante, a veces uno tiene la sensación de estar viendo un capítulo hinchado de “La dimensión desconocida” (The Twilight Zone, 1959), referencia que la película no oculta en ningún momento. También, en el debe podríamos incluir cierto retraimiento a la hora de avanzar la relación sentimental entre los personajes principales, además de ciertos detalles en la apuesta por desvelar finalmente aspectos clave del misterio. Nada grave. Al fin y al cabo, la cinta no órbita tanto en el universo de David Lynch como sí, y de qué manera, en el de Rod Serling.

Singular, atrevida e inquietante, “The Vast of Night” trata en todo momento de aportar originalidad. Por otro lado, resuelve con solvencia y maneja con acierto sus escasos mimbres presupuestarios, cercanos al estilo de la ciencia-ficción de serie B.

Una agradable sorpresa.
Cautivo del mal
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