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España España · Bedford Falls
Voto de Cautivo del mal:
7
Ciencia ficción. Intriga En los años 50, en la pequeña poblacion de Cayuga, Nuevo México, la joven operadora de radio Fay Crocker (Sierra McCormick) y el carismático locutor local Everett Sloan (Jake Horowitz) descubren una misteriosa frecuencia de radio que podría cambiar su vida y la de toda la humanidad para siempre. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2021
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Misterio.

¿Es ese el gran interrogante que nos hace ir en busca de una luz entre tanta oscuridad? A veces esquivo, siempre inalcanzable, el misterio nos revela algo, otra realidad. Un vértigo que nos atrae y nos llama por nuestro nombre. Una noche donde habitan seres extraños, o no tanto, criaturas que podríamos llegar a ser nosotros mismos si lográramos resolver ese interrogante. Tal vez por eso nunca admitiremos que lo inalcanzable de un enigma empieza en nosotros mismos.

En el clásico “Terciopelo azul” (Blue Velvet, 1986), el joven Jeffrey (Kyle MacLachlan) se precipita hacia el misterio, es decir, hacia la vasta noche representada por Dorothy Vallens (Isabella Rossellini).

Por su parte, en “The Vast of Night”, los jóvenes Everett (Jake Horowitz) y Fay (Sierra McCormick) recorren las calles vacías y oscuras de la pequeña localidad de Cayuga, en Nuevo Mexico. ¿Qué misterio persiguen? Lo que comenzó como otra noche tranquila, reflejo de la juventud saludable de un país que había salido de la Segunda Guerra Mundial imponiendo un estilo de vida despreocupado y colorista, va a ir ensombreciéndose. Lo hará cuando lo desconocido se deslice, como caído del cielo, sobre el pueblo.

La manera en la cual el director Andrew Patterson y los guionistas James Montague y Craig W. Sanger dosifican la intriga, en un crescendo casi perfecto, es uno de los grandes logros de la película. Pasamos de un suspense casi juguetón hasta desembocar, en el tramo final, ante el umbral de un enigma terrorífico. La atmósfera está muy bien lograda. Se recurre precisamente a lo que no se ve y se apuesta por estímulos, en la mayoría de los casos verbales, pero también sonoros, de montaje y de estilo, que nos hacen ver literalmente lo oculto e incompresible como algo cada vez más real, cercano y peligroso. Todo ello con muy buen pulso cinematográfico.

No obstante, a veces uno tiene la sensación de estar viendo un capítulo hinchado de “La dimensión desconocida” (The Twilight Zone, 1959), referencia que la película no oculta en ningún momento. También, en el debe podríamos incluir cierto retraimiento a la hora de avanzar la relación sentimental entre los personajes principales, además de ciertos detalles en la apuesta por desvelar finalmente aspectos clave del misterio. Nada grave. Al fin y al cabo, la cinta no órbita tanto en el universo de David Lynch como sí, y de qué manera, en el de Rod Serling.

Singular, atrevida e inquietante, “The Vast of Night” trata en todo momento de aportar originalidad. Por otro lado, resuelve con solvencia y maneja con acierto sus escasos mimbres presupuestarios, cercanos al estilo de la ciencia-ficción de serie B.

Una agradable sorpresa.
Cautivo del mal
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