Teniendo en cuenta que la película trata sobre el accidente ocurrido en la plataforma de extracción de crudo en el golfo de México, que supuso una de las mayores catástrofes medioambientales de los últimos años y la muerte de varios trabajadores de la planta, y bueno, no esta mal decirlo, por si nos cuesta trabajo entenderlo, la destrucción de la plataforma, que ahí está, es obvio, la película se queda con lo último, sobre todo lo último, y ya de paso rememoramos los fallecidos, ¿y al medio ambiente?, pues eso, ¡pa qué!
Con la que esta cayendo hoy en día con el medio ambiente, esta película, que por cierto explica algo del mundillo de las plataformas, resulta ser un despropósito olvidando uno de los mayores problemas que este mundo tiene y que no es otro que la destrucción de la naturaleza, desaprovechando una buena oportunidad para concienciarnos, que falta nos hace…..a no ser que... espera, espera….¿a ver si el director nos quiso concienciar, como si de un haiku visual se tratase, con la aparición de ese pelícano manchadito de crudo?….tengo que volver a verla….

Vale, la fotografía está genial, el juego de luces, la ambientación de la Viena destruida, los enfoques en picado y contrapicado, “pon otro Orson que parece que hemos puesto pocos”… pero la historia que debería de ser lo más importante flojea mucho. Los personajes son planos, sin matices; el muy malo malísimo que parece un personaje sacado de dibujos animados, la única mujer que, como no, es guapa y tonta, el amigo que no se entera…
También me ha llamado mucho la atención la música; no pegaba con las escenas y es bastante mala. Me alegro por quien haya logrado disfrutarla pero a mi me ha resultado aburrida y predecible.

Una familia que solo piensa en salvarse a sí misma sin importarles nadie más, esperando que les ayude todo el mundo pero sin ayudar a nadie. El padre machirulo de pro con todos sus complementos, el niño que cae mal y la mujer por serlo pues guapa y tonta claro. Un pestiño en toda regla.