Tras la recuperación experimentada en Saw V, ya me esperaba un desplome de calidad como suele pasar en la saga. Pero una vez más, Saw me ha sorprendido y más gratamente que nunca. Pues, aún con sus ingentes (pero justificadas) cantidades de sangre, ésta es la mejor entrega en cuatro años. Tan buena y digna secuela como la segunda.
Las causas se deben a: un guión genial de principio a fin. La trama avanza rápida, pero sin prisas, sin dejar nada al azar y dotándose de personajes muy buenos (aquí encontramos a los mejores Hoffman y Jill Tuck y el doctor William Easton es tan tiburón en su empresa de seguros médicos como humano durante las trampas). Las trampas son creíbles, no parecen atracciones y están relacionadas con cada víctima. Las explicaciones de cada uno de los giros en esta entrega son geniales (el regreso de un personaje aparentemente muerto y olvidado, por ejemplo) y definitivamente complementan las tres entregas anteriores (sí, hasta la tercera tenía un secreto aún no revelado). De hecho, la franquicia podría haber acabado ya aquí, de no ser por el eterno cabo suelto nunca explicado (spoilers). Pero aún así, todo resulta satisfactorio. Como había dicho alguna crítica, el esquema de esta entrega recuerda a la tercera entrega en bastantes similitudes. Pero esta entrega es ampliamente mejor.
Y el final: sencillamente sensacional. El final más sorprendente desde la primera entrega. Es decir, es el segundo mejor final de toda la saga; sorprendente y hasta emocionante.
Por lo visto, nunca es tarde para poner las cosas de nuevo en su sitio (y sobre todo si se hace de la manera que se ha hecho aquí).

Tras el desastroso final que el lengendario Batman tuvo en 1997 con la infame Batman & Robin, Nolan nos regaló lo que sus fans y el cine comercial estaban esperando desesperadamente: que el hombre murciélago resucitara y que volara más alto aún. Y doy fé que lo hizo.
Nolan nos dió antes de la llegada de su última secuela la mejor película del personaje, difícil de superar, y su nuevo protagonista Christian Bale nos dió el mejor Batman de toda la saga, el más creíble y el más fuerte.

Una impresionante resurrección y una de las mejores películas de superhéroes.

Tras la decepcionante entrega anterior, Saw vuelve con su cuarta entrega abriendo una nueva trilogía... y haciéndonos caer en una trampa que no nos gusta nada.
Aquí, los personajes son meras marionetas para perpetrar trampas que, algunas de ellas, parecen auténticos parques de atracciones.
Los protagónicos no son profundizados y ya ni enganchan. La trama es hasta aburrida por la falta de carisma y la primera parte del giro final es totalmente inesperada e incluso algo acertada, pero la segunda parte del mismo es una completa estafa y se te hace hasta previsible.
Parece un mal remake de la primera entrega. Y al final te deja incluso peor que antes.
Esta entrega es la peor de la saga.

Tras una entrega genial y modélica, era de predecir que al asesino de puzzle le tocaría comercializarse del todo. Pero no nos esperábamos que nos regalara una de las mejores segundas partes que he visto de este género. Así de clara es mi opinión.
Pues es capaz de entretenernos sin dejarnos un segundo de respiro (apuesta por el ritmo rápido), es muy fiel a la primera entrega y no degenera en absoluto, la explicación de personajes principales vuelve a ser acertadísima y el final vuelve a dejarte con la boca abierta, aunque requiere más trampa que el de la primera.
No es tan maestra como la anterior y se permite caer en varios tópicos, pero Saw II sigue siendo de lo mejor de la saga de puzzle.

Una auténtica sorpresa me he llevado con este peliculón digno de la mayor alabanza. Merece estar entre las mejores películas de la historia del cine. O puede que deba ser la mejor de las últimas aportaciones al séptimo arte.
Pues Nolan no sólo ha vuelto a renovar el buen cine de los pies a la cabeza, sino que ha abierto una nueva vía de originalidad e impacto en el cine.
Nunca antes se había visto un filme de esta embergadura, que ha sobrepasado todos los límites sin problema alguno.
Todo funciona en esta nueva apuesta del genial director: desde los actores (el mejor es DiCaprio) hasta los alucinantes efectos epeciales (cuando la ciudad se pliega sobre sí misma, la cámara lenta de determinadas escenas, la asombrosa escena del hotel), pasando por la inmortal banda sonora (a destacar el tema final de la cinta).
Todo ello enmarcado dentro de una precisión y una corrección que maravilla a propios y extraños. No hace falta decir que Christopher Nolan ha cumplido mis propias expectativas muy de sobras. Ha logrado su mejor película, sin lugar a dudas.
¿Aún estás esperando a verla?.