En una primera visión podemos caer en el error de estar ante una comedia ligera de las que abundan tanto. Pero a medida que nos adentramos en los distintos capítulos descubrimos una de las parodias más críticas con el sistema judicial y la sociedad americana en su conjunto. La mordacidad puesta al servicio de un guión impecable, con un elenco de actores que revela, como en casi todas las buenas series americanas, la profesionalidad de un casting cuidadoso dificilmente superable. Es difícil pensar que se pudiesen encontrar actores que se ajusten mejor a su personaje. Nada que agregar a todo lo dicho sobre James Spader y William Shatner, solamente quisiera destacar los personajes de abogados y, sobre todo, jueces que son verdaderas caricaturas de una realidad subyacente tan cierta como preocupante. Creo que la aparente miopía con que esta serie fue tratada en España por las cadenas generalistas se debe a que sin una mínima capacidad de análisis es dificil apreciarla en su justa dimensión. Sencillamente magnífica.

Busqué esta peli porque quería ver algo más de una actriz que descubrí en la serie Homeland cuya primera temporada acabo de ver. Allí construye una psicópata bipolar, una agente de la CIA absolutament excéntrica por su comportamiento. Es una intérprete con una capacidad increíble para dar los distintos tonos afectivos de sus personajes cambiando súbitamente para pasar por todas las etapas requeridas por los momentos psicológicos desde la depresión y la confusión mental hasta el ciclo maníaco con destellos de lucidez y brillo racional, con absoluta credibilidad, sin caer en la sobreactuación, graduando los tiempos de una manera a mi modo de ver brillante. Un puro talento que es de esperar sea reconocido por guionistas y directores y que le vayan proporcionando papeles interesantes que aprovechen sus condiciones naturales y cultivadas. Es una auténtica suerte para los que amamos el buen cine descubrir actores de esta talla. Respecto de la película creo que es muy correcto el tratamiento que podría haber caído en excesos dada la naturaleza del tema.

A los que nos interesamos por la tragedia de un pueblo que como único pecado cometido acredita el de vivir (?) en un territorio clave para las grandes potencias que allí ensayan todos los estigmas que les dicta la geopolítica, nos resulta doloroso el ver que el cine tiene la posibilidad de hacer casi trivial la historia que nos golpea día tras día con dureza implacable. Una de las peores decepciones es que con materia prima de primera se pueda confeccionar esto. Un director correcto, un actor que nos ha regalado grandes interpretaciones (Tom Hank), un auténtico grande de la escena (Philip Seymour Hoffman), el guionista padre de El Ala Oeste de la Casa Blanca y Studio 60 (Aaron Sorkin), una historia real documentada, no permitía hacer un análisis de mayor profundidad sin el tufillo y la superficialidad de los productos de las factorías de yankilandia?. De Julia Roberts no tengo nada que decir ya que cuando aparece no creo que nadie espere otra cosa que la "novia a la fuga", personaje sobrevalorado por la crítica y los premios donde los haya. Confieso que no he leído el libro original pero no dudo que su autor se debe estar revolviendo en su tumba. Sólo desearía preguntarle a Sorkin si se atrevería a tratar historias del holocausto con esta ligereza. Lástima por una excelente oportunidad perdida. Y una última inquietud ¿cuántos millones de afganos muertos se habrán de sumar entre Soviéticos, Ingleses, Otan y N.americanos antes que los gasoductos-oleoductos nos traigan a occidente el gas y el petróleo del Caspio?