Uno se pensaba por la trayectoria de este director, que la película iba a entretener igual que el tren al pasar, pero realmente me ha sorprendido muy gratamente, me recuerdan las escenas en el piso al mejor William Wyler, con una trama mejorable pero bien construida, pero con un contenido, un tema central interesantisimo desde un punto de vista intelectual, como es el problema del mal, la trascendencia de dios en el mundo terrenal del hombre y la presencia del diablo, es decir del mal que se expande por las cosas en nuestro día a día y en nuestro mundo cotidiano.

Gran reflexión sobre el bien y el mal, sobre los aspectos diabólicos y oscuros del hombre, que lo acercan a los ínferos, la mezquindad, la avaricia, el egoísmo irracional presentan una importancia capital en la crítica de la cara más baja y oscura del hombre.

Buena construcción, dominio del tiempo, de a tensión de la trama, buenos espacios y lugares, actores de gran talla y un gran mensaje, no se le puede pedir más, dentro de las posibilidades del directo de Oficial y Caballero, es una nuevo récord y la cima más alta en calidad de su cine. No domina las tramas y la acción como Spielberg, ni los mensajes no están tan coceptualizados como en Woody Allen, no se respira aires de clásico como con William Wylder pero es película de calidad y digna de ser vista y disfrutada.

Un clásico de la filmo-grafía del irónico y sutil Billy Wilder, una película crítica con las grandes momias egolatras y narcisistas de Hollywood, que necesitan del reconocimiento y sumisión ajena para sentirse realizados o ser la imagen que de seres perfectos que ellos mismos se han construido, no entendiendo la finitud e imposibilidad de la vida humana, es un deseo impotente del eterno deseo deseo de todos los hombres a lo largo de la historia humana, el deseo de la inmortalidad con los respectivos atributos implícitos en este concepto: el poder, la realización y reconocimiento la simulación de lo divino y demás.
Una película con un color único, una interpretación de Gloria Swanson inmejorable y muy afín al espíritu de sátira y ridicularización de las grandes estrellas desfasadas y sobre actuadas, de discurso unilateral, toda la película gira sobre un mismo eje que puede parecer hacerse pesado, pero gracias a la brevedad de la película y el toque magistral de Wilder se resuelve la papeleta de manera fascinante.
El autor toca temas morales como la avaricia el acto interesado, el egoísmo, la necesidad del uso de los hombres como medio y no como fin en si mismos, la necesidad de medios para fines enloquecidos y destinados a un fracaso absoluto dentro de la delira, tratamiento excelente de la locura y sus efectos devastadores si sus efectos no son paliados por un acto de razón recta y por consiguiente valores y principios firmes que ayuden a mantener esa rezón recta o sentido común.
En definitiva, una obra magistral digna de ser vista y degustada por el tratamiento de los temas, por la agilidad de Wilder en el desarrollo de la trama y por su ligero toque de humor ácido que invade la imagen y transmite una idea estética de la película de primer orden, una exquisitez que junto a el apartamento o testigo de cargo, conforman a mi juicio las obras ejemplares de un maestro que se dice con mayúsculas, de un autor que constituye parte esencial de la propia naturaleza del cine. Cine y Wilder son sinónimos, hermanos que van de la mano por un mismo camino, este marca una manera de hacer, una escuela capital en el cine.

No había visto película tan absurda, y mira que uno ha sufrido noches de sábado en antena tres y tele-cinco, tan estúpida y tan simple, diálogos flojos, trama absurda, actores mediocres y nada creíbles, en definitiva no pienso tomarme ni tan siquiera esta crítica en serio, después de ver Drácula, Pactar con el diablo, esto me parece una verdadera mierda, habría que desposeer de derechos de emisión pública al director y demás equipo, mi prima de tres años es capaz de crear una trama más verosímil y entretenida.

Una obra maestra del cine dirigida y escrita por Frank Capra, esta película es un canto a la alegría, una búsqueda insaciable de la felicidad pero previamente de la libertad, de la libertad en esencia, un haz lo que quieras, lo que te guste y te haga gozar y ser feliz puesto que vida no hay más que una, la película relata el proceso de descubrimiento de la realidad real, del sentido real de la vida y el no dejarse engañar en realidades virtuales, ficticias y no reales que no corresponden con la buena vida o vida plena.

Una película que tranquiliza al espectador lo emancipa de todos aquellos condicionantes externos y determinantes en su vida que oprimen y constriñen, al menos al que aún sigue enajenado por esta realidad progresista y capitalista le hace ser consciente, es decir saberse a si mismo en un contexto y tener noción de otra vida aquí en la tierra, el espectador es asombrado por una calidad formal y narrativa de alturas, un ritmo y estilo estético muy logrado, una actuación magistral en donde se representan y muestran gran variedad de personajes caricaturizados en donde cada uno muestra su fetiche particular.

La película no solo muestra la confrontación entre dos clases sociales mostrando así una crítica a la sociedad capitalista o post-industrial sino que también una confrontación entre dos formas o estilos de encarar la vida y dotarla de sentido, sustantivar el tiempo y vivir acorde esos ideales.

Las dosis de humor y burla no solo son intensas y abundantes sino que están en la medida perfecta para una receta perfecta de una película que entusiasmará y provocará una grata e insólita sensación de alegría al degustar tamaña obra de arte de Frank Capra, una joya del cine y una excelente degustación de una obra sin fisuras.

Primera y grata película de Sam peckinpah que un servidor disfruta, era un autor para mi desconocido pero que me ha sorprendido gratamente, una escenografía fantástica, una ambientación excelente, un color de film clásico, unos actores con gran dote para la interpretación y un control del tiempo narrativo y de los silencios excepcional.

Destacaría con vivacidad los silencios de la película y las miradas intensas y desconcertantes, los detalles del perfil psicológico de los personajes muy bien pensados y trabajados que abren incógnitas e incertidumbres sorprendiendo al espectador.

Entretenida trama en la que el autor aficionado a relatar la crudeza y dureza de la violencia humana busca demostrar que todos sin excepción, todo ser humano posee una naturaleza violenta, un instinto de sangre, una necesidad irrefrenable de dolor, causarlo, provocarlo o sufrirlo, despierta el debate sobre la naturaleza o esencia más baja del hombre, la que realmente escondemos o poseemos bajo ese disfraz de la cultura o la civilización, ese hombre desnudo de todo antítesis del buen salvaje de Rousseau se parece más al lobo para el hombre de Hobbes.

Como Freud diría si hay prohibición y represión es porque hay deseo, es decir, si existen las leyes, la cultura, la sociedad institucionalizada y controlada y la moral para regir el comportamiento humano es para reprimir el deseo, el deseo natural del hombre a lo salvaje por lo tanto violento que identificamos con lo salvaje.