Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Champollion:
9
Cine negro. Drama Joe Gillis es un joven escritor de segunda fila que, acosado por sus acreedores, se refugia casualmente en la mansión de Norma Desmond, antigua estrella del cine mudo, que vive fuera de la realidad, acompañada únicamente de su fiel criado Max. A partir de ese momento, la actriz pretende que Joe corrija un guion que ella ha escrito y que va a significar su regreso al cine. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un clásico de la filmo-grafía del irónico y sutil Billy Wilder, una película crítica con las grandes momias egolatras y narcisistas de Hollywood, que necesitan del reconocimiento y sumisión ajena para sentirse realizados o ser la imagen que de seres perfectos que ellos mismos se han construido, no entendiendo la finitud e imposibilidad de la vida humana, es un deseo impotente del eterno deseo deseo de todos los hombres a lo largo de la historia humana, el deseo de la inmortalidad con los respectivos atributos implícitos en este concepto: el poder, la realización y reconocimiento la simulación de lo divino y demás.
Una película con un color único, una interpretación de Gloria Swanson inmejorable y muy afín al espíritu de sátira y ridicularización de las grandes estrellas desfasadas y sobre actuadas, de discurso unilateral, toda la película gira sobre un mismo eje que puede parecer hacerse pesado, pero gracias a la brevedad de la película y el toque magistral de Wilder se resuelve la papeleta de manera fascinante.
El autor toca temas morales como la avaricia el acto interesado, el egoísmo, la necesidad del uso de los hombres como medio y no como fin en si mismos, la necesidad de medios para fines enloquecidos y destinados a un fracaso absoluto dentro de la delira, tratamiento excelente de la locura y sus efectos devastadores si sus efectos no son paliados por un acto de razón recta y por consiguiente valores y principios firmes que ayuden a mantener esa rezón recta o sentido común.
En definitiva, una obra magistral digna de ser vista y degustada por el tratamiento de los temas, por la agilidad de Wilder en el desarrollo de la trama y por su ligero toque de humor ácido que invade la imagen y transmite una idea estética de la película de primer orden, una exquisitez que junto a el apartamento o testigo de cargo, conforman a mi juicio las obras ejemplares de un maestro que se dice con mayúsculas, de un autor que constituye parte esencial de la propia naturaleza del cine. Cine y Wilder son sinónimos, hermanos que van de la mano por un mismo camino, este marca una manera de hacer, una escuela capital en el cine.
Champollion
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow