Rodada con pulso, nervio y gran ritmo. El argumento es simple y no descubre la sopa de ajo, ni lo pretende, pero sirve como vehículo para una peli de acción muy solvente y por encima de la media. Gran trabajo técnico que se traduce en tensión y narración eficaz, apoyado en el valor seguro de Vincent Lindon y en un Gilles Lellouche más maduro y asentado con el tiempo.

Pese a algunos (unos cuantos) giros de la historia poco convincentes, la película no pierde fuelle ya que en el fondo es consciente de su objetivo y no pretende engañar al espectador con aires de lo que no es.

Hay peleas, adrenalina, persecuciones a pie y en coche trepidantes, y en conjunto una factura impecable que engancha fácilmente y se disfruta.

Por supuesto, recomendable en VO.

En lo bueno, golpes de humor inesperados, algunos planos y momentos bellos cinematográficamente, y esa cualidad 'extraña' de ciertos directores coreanos.

Sin embargo, pese a la voluntad de impactar/sorprender/tocar temas truculentos, la sensación es que se queda a medio camino en todos ellos. Algo así como un cóctel de Park Chan-wook + Kitano + Almodóvar + un 1% del primer Vinterberg... disuelto en 5 litros de agua.

A pesar de algunas virtudes innegables, no transmite, en mi opinión. No la recomiendo para acercarse al cine de Corea, creo que está sobrevalorada. Le falta mordida.

Para retratar al (joven) Winston, un pequeño juego, cogéis cada frase y ponéis detrás el adjetivo que creéis que correspondería a la persona que las ha dicho:

1919: "Estoy totalmente a favor de utilizar gas venenoso contra las tribus incivilizadas" - "No puedo entender esta aprensión sobre el uso de gas" - Memorándum de Churchill cuando era ministro de la Guerra y el Aire

1931: "Es alarmante y nauseabundo ver al señor Gandhi, un abogado sedicioso, posando ahora como un faquir…dando zancadas medio desnudo subiendo las escaleras de la casa del virrey" - "Gandhi no debería ser liberado por la simple amenaza del ayuno" - "Nos desharíamos de un hombre malo y de un enemigo del Imperio si muriera"
- (Churchill sobre Gandhi)

1937: "No admito, por ejemplo, que se haya infligido una gran injusticia contra los Indios Rojos de América y el pueblo negro de Australia. No admito que se haya cometido una injusticia contra estos pueblos por el hecho de que una raza superior, una raza de grado superior, una raza con más sabiduría sobre el mundo por decirlo de alguna manera, haya llegado y haya ocupado su lugar" - (Churchill en la Comisión Real para Palestina)

A partir de aquí, sí tenéis ganas de perder tiempo viendo la hagiografía del sr. Attenborough, vosotros mismos

Me explico: la película tiene una mezcla frankensteiniana de cine americano kitsch de acción de los 80, con la tremenda fuerza fílmica de la escuela rusa. Parece como si hubiera habido una pelea entre un productor yanki y otro ruso, y no se hubieran puesto de acuerdo, así que pastiche de ambos (como un telefilme incrustado en otra peli).

Tijeras: para eliminar mentalmente las secuencias en la oficina de control ferroviaria, con personajes histéricos y enervantes. Añaden tensión, pero por las ganas de darles una paliza. Además hay un cierto tufillo racista/misógino de fondo.

Mute: la banda sonora es malísima -puros 80-, y el personaje de Eric Roberts gana mucho como cine mudo (en serio). Los diálogos a menudo son sonrojantes.

Pero es que además, jugando con el silencio, se puede dar uno cuenta que hay un enorme oficio de cine por parte del director y su director de fotografía.

El montaje es trepidante, los paisajes helados y la forma de tomarlos y jugar con ellos excelente, las sensaciones que consiguen crear a bordo del tren desbocado os juro que son para estudiarlas... es cine en el sentido puro 'kine', lenguaje de la imagen en movimiento. Muy potente, capaz de transmitir.

John Voigt, que no es para nada santo de mí devoción, borda su personaje y lo llena. Con él no le deis al mute (en VO!). Para él son los pocos pasajes donde las frases cuentan. O sí, e imaginaros mentalmente una voz hablando en ruso en su lugar, en un tren en Siberia.

Si no fuera por el encasillamiento en cine de acción, la película se presta a muchas lecturas, como ya se ha apuntado en otras críticas del foro: la (des)mitificación de la figura paterna, el autoritarismo asociado y trasladado a la sociedad, la metáfora del tren desbocado a ninguna parte en un camino lineal de fatalidad...

En resumen, os recomiendo que veáis la peli dentro de la peli para disfrutarla: abstraeos de lo malo (que no es poco), porque lo bueno compensa con creces, puro cine.

Opino que Audiard, ya desde Un Profeta, es un director sobrevalorado, pegado al aire de esta época. Libertad, infancia como país perdido, niños encerrados en adultos, utopía, el fantasma del padre... las ideas no son malas y hay momentos logrados, pero personalmente el discurso no me convence, sobretodo en la forma, digamos que el narcisismo del director se vehicula de manera demasiado palpable. Y lo que a veces se pretende poético también puede ser balbuceo modernillo, un poco hipsteroso. Aún así, visualmente no está mal, los actores son estupendos y los paisajes también. Pero dudo que dentro de unos años se siga considerando al director con la misma veneración que ahora. Como historia no convence, está demasiado lastrada por la voluntad de explicar un psicoanálisis (complejo de Edipo a tope) repartiendo la psique entre varios personajes que suman uno: el propio director. Por otra parte, algo muy habitual en el cine actual y que no deja de ser entretenido de hacer cuando la historia no engancha