Hope o Esperanza, es un film que conmueve.Tiene la dosis justa de drama profundo, que golpea en el hígado y esperanzadora reflexión. Nunca cae en golpes bajos, y eso se agradece. El tema que trata es tan duro, que cualquier realizador se hubiese tentado con potenciar el exceso de melodrama, o de escenas explícitas - con respecto al aberrante hecho que toca-. Contrariamente, la historia elige mostrarnos la tremenda fortaleza de su protagonista, y la reconstrucción a través del amor. Obviamente, emociona y duele ; Pero nos permite como espectadores, internarnos en la historia, involucrándonos y tocándonos hasta las fibras más profundas. Sin embargo nos deja una sensación de que, no todo está perdido. Sin caer en develar la historia, sólo debo decir que, hay cosas que funcionan mal en casi todos los países y culturas. Cinta que merece ser vista y valorada como lo que es: Una gran película.

Si bien la historia se desarrolla en una Rusia fría y apática que el talentoso Andrey Zvyagintsev muestra de manera impiadosa, se podría trasladar a otras sociedades que no se quedan tan atrás. Es que la falta de amor se ha tornado un sello distintivo de estas épocas de exceso de tecnología. valores que se han perdido y humanos sin siquiera una pequeña dosis de sensibilidad. Justo me toca ver esta película en tiempos de Corona virus, en plena cuarentena obligatoria. Y si bien la pareja en proceso de ruptura produce rechazo y cierto asco. la película es notable, por varias razones. Está bien fotografiada, bien dirigida, bien contada y brillantemente actuada. Mantiene un tono de tensión y tristeza constante que hace que uno quede con un sabor amargo.¿Será que esta gente no puede, no sabe o no quiere amar?. Tal vez sea una horrible combinación.

Desde la escena donde discuten la protagonista y su violenta madre, hasta el escalofriante final, se dejan ver, sin tapujos, una serie de miserias humanas que provocan cierta incomodidad. Por momentos, uno no puede creer lo que está viendo. Y si en Leviatán o anteriormente El Regreso el director me había sorprendido, en Loveless logró transformarme en un seguidor incondicional de su cine. En algunos pasajes, parece lenta, como si le faltase algo de ritmo, pero son tan fuertes los personajes, hasta los secundarios, y tan potente la historia, que el circulo cierra casi a la perfección. Cine de alto nivel.

Una simple y no menos absurda discusión entre un mecánico libanés de un humilde barrio de Beirut, y un jefe de cuadrilla de la construcción, refugiado palestino, es el disparador de "El Insulto", film dirigido por Ziad Doueiri, (co-producción de Líbano-Francia-Chipre-Bélgica y Estados Unidos). Y si bien, en su desarrollo, la historia gira hasta convertirse en una de abogados, con culpables e inocentes, víctimas y victimarios, sus méritos y logros son,.por demás elocuentes. Es que el guión, la dirección y las actuaciones, tanto de los personajes centrales como de los secundarios - en realidad, no tan secundarios, y ya verán por qué - es brillante. Su ritmo es vertiginoso, y atrapa al espectador desde los primeros cuadros.

Se agradece que la plataforma Netflix, en estos tiempos de confinamiento, dolor. confusión e incertidumbre, nos brinde una película de tamaña calidad - fue muy premiada y estuvo nominada para el Oscar como mejor film extranjero - que nos permita seguir reflexionando sobre las posturas políticas, el odio racial. las diferencias étnicas y religiosas en el sufrido y sangriento medio Oriente. En este punto me quiero detener, y me permito trazar un paralelismo con las absurdas divisiones, fundamentalismos y grietas que también y por desgracia, se viven y padecen en buena parte de, por ejemplo, América Latina. Y si ahondamos quizás un poco más en estas cuestiones socio-culturales, tengo que decir que la historia- salvando las distancias, o no tanto- me ubicó inmediatamente en la tremenda división que viene sufriendo mi país desde hace décadas, por cuestiones netamente ideologicas que poco tienen que ver con el respeto, con aprender a ponernos en el lugar del otro y, esencialmente, intentar sanar en parte. algunas heridas del pasado. Y no estoy hablando de perder la memoria. Los pedidos de justicia son indiscutiblemente necesarios; Hablo de la manipulación que ciertos personajes ejercen sobre la sociedad, alimentando odios que - en definitiva- son funcionales a sus espurios intereses personales. El film lo deja muy claro, al punto tal de transformar el hecho en un show al mejor estilo de los programas de discusión mediática que padecemos, por desgracia, por estos lados.

Es cierto que tiene un poquito de moralina en su mensaje, pero la trama central, tan poderosa y honesta, es lo verdaderamente interesante de la cinta. Y eso no es, para nada menor.
Conclusión: Creo que "El insulto" es una historia que merece ser vista. Es profunda en su contenido, dura y por momentos, conmovedora. Invita a pensar, a analizar nuestras conductas. a mirarnos en un espejo que, en muchos casos, nos muestra lo peor de nuestro ego, de nuestros miedos, de nuestras miserias, esas que no podemos cubrir con ningún maquillaje.

Trataré de ser justo. La fotografía y los edificios arquitectónicos que muestra el director, son muy lindos para una disertación sobre arquitectura antigua y moderna. Me imagino, como plantea la película, a un afamado arquitecto, dando una charla para un grupo de estudiantes ávidos de saber y aprender del tema. Pero el grave problema de Columbus es el guión que no cuenta nada interesante. La pareja protagonista de John Cho y la bonita de Haley Lu Richardson, tampoco transmite nada de nada. La madre de la muchacha, casi no habla. Al padre del protagonista lo vemos de lejos y al comienzo. La mujer del afamado arquitecto enfermo, pasa casi desapercibida dentro de una historia aburrida, sin alma. Me ilusioné de que pudiese suceder "algo" en una escena entre la susodicha mujer del anciano enfermo, y su hijo resentido, pero no: Se queda ahí.

Algunos diálogos que parece que terminarán en algo interesante, también se quedan a mitad de camino. Rara vez me sucede, estar a un paso de quedarme dormido, Sinceramente me parece una cinta pretenciosa y elogiada . vaya uno a saber por qué razón - por la crítica especializada, que se torna larga y muy aburrida. Un híbrido con un final sin emoción, ni siquiera una sola escena que justifique estar tanto tiempo mirando edificios. Con todo respeto, yo no sé qué le vieron.

Historia simple y basada en un hecho real, Cuenta conmigo, emociona. Ji-Hoon Jung, en una memorable actuación, es el abuelo de dos pequeños niños fruto de la unión de su hijo- recientemente fallecido- y su nuera, una joven nacida en Indonesia. El conflicto ocurre cuando la madre, por una situación especial, se aleja de sus hijos y el anciano decide hacerse cargo de la crianza.

Es una película bien dirigida y muy honesta. Se desarrolla y fluye naturalmente, haciendo que el espectador se identifique casi de inmediato con el guión y los personajes principales y secundarios. A diferencia del cine occidental que, últimamente. tiene poco que ofrecer, Corea del sur nos ofrece historias de gran humanidad y lejos de los convencionalismos del cine industrial, sobre todo el que proviene de la meca del cine. Bella y dulce, ciento por ciento.