Lo siento mucho pero me temo que no ha merecido la pena la espera. Ya el hecho de que no salga en casi todo el me traje Meryl Streep no presagiaba nada bueno. Fui al cine con muchas ganas de verla pues soy fan de la primera que la he visto muchas veces y me sigue alegrando el día. Esta segunda parte tiene un fallo grave de guion: no hay guion. Los actores no saben muy bien qué hacen allí a parte de cobrar su cheque y poco más. El film es una sucesión de canciones sin orden ni concierto cuyos números musicales no dejan huella, no son vistosos ni memorables (ya la primera película adolecía de esto). Tal vez se salva el número de Waterloo en el restaurante. No hay un hilo conductor y no se explica el porqué de contar el pasado de Donna si bien hay que destacar que Lily James está fabulosa y hace muy suyo el papel intentando llenar el vacío de la Streep. Si la película se salva algo es gracias a esta joven actriz que además se canta casi todos los temas del film. La película navega a la deriva hasta un supuesto emocionante final en el que aparece una insulsa Cher que no aporta nada, más bien todo lo contrario. Un desastre artístico y narrativo en toda regla que se podían haber ahorrado. No hay excusas para uno de los fiascos del verano. Me voy a ver Megalodón que seguro me entretiene y me divierte más.

Me siento un poco raro al hablar de esta película porque parece que soy de los pocos a los que no les ha gustado. Desde luego, parece garantía de éxito un film que tiene tantos Globos de oro, tantas nominaciones a los Óscar y tan buenas críticas por todos los lados pero resulta preocupante que una película tan floja sea tan alabada. Y esto solo puede suceder bien porque el panorama cinematográfico es tan mediocre que se valora cualquier cosa mínimamente distinta, que no original, o bien porque hay una estrategia comercial escondida que nadie se esperaba. Vayamos por partes: el guion es muy flojo y muy infantil, tiene un bache terrible a mitad de película del que ya no se recupera y hace que la película sea muy aburrida pese a su correcto inicio. Los actores están bien, con química pero sin más, él es muy soso y ella muy normal. La película NO es un musical, pese a su prometedor número musical inicial, pues, salvo dos o tres números más en los que hay música y alguna que otra canción, el film discurre por los caminos más previsibles y aburridos del género. Los números musicales no terminan de funcionar porque parece que se quedan a medio gas, pudiendo haber arriesgado y ofrecido mucho más. Desde luego era mucho mejor la anterior película del director, "Whiplash", más disfrutable y más arriesgada. Esta es un engaño total y decepcionante que no merece ni siquiera un segundo visionado ni ningún premio importante. Resaltando algo positivo destaco la música que es agradable y algún número musical. Fuera de ahí, todo es convencional y, desde luego, no es comparable a ningún musical antiguo ni moderno. El mejor musical se quedó en "Chicago", difícil de igualar y, por supuesto, existen otros musicales mucho menos promocionados y más logrados, o, al menos, muy entretenidos, como fue "Amanece en Edimburgo".
Lo siento mucho por toda aquella gente a la que le ha entusiasmado pero a mí me ha dejado indiferente y un poco triste.

No pude ver la película en el cine porque su paso fue fugaz a pesar de que había leído mucho sobre ella. La opera prima de una madrileña en Nueva York con dos duros y mucho talento. La película muestra una estructura novedosa pues no sabemos de qué se trata el turbulento juego hasta los casi cinco minutos finales. Lo normal es una exposición más corta de los hechos y un desarrollo más profundo hasta el desenlace. En cambio, la directora deja la sorpresa para el final sin ser una vuelta de tuerca, es decir, la primera hora de cinta es una dramática descripción de la situación de los inmigrantes en la ciudad de las grandes oportunidades. Pero lo que nos encontramos es una ciudad hostil, gris y desasosegante. Una ciudad en la que los bizarros caprichos de la clase adinerada se convierte en el último reducto para los inmigrantes de conseguir dinero para sobrevivir en una sociedad a través de un juego en el que, paradójicamente, se trata de sobrevivir. En apenas 70 minutos, se nos presenta un tenso relato que cuenta muchas cosas: la necesidad del dinero, la diferencia de clases, lo poco que a los ricos les importa la vida de los que no lo son, el abuso de unas clases sobre otras y lo más espeluznante del relato... los ricos se gastan el dinero en cualquier juego sucio con tal de llenar su insatisfecha vida sin importar lo que le pase al otro. Desde el momento que la protagonista entra en la fiesta, la tensión más incómoda se apodera de la película y de nosotros mismos. Jugamos el mismo papel que Luciana: intentar averiguar qué lleva el bolso y qué ocurre al otro lado de la puerta.
Desde luego es lo último que me podría imaginar y, aunque sólo dura cinco minutos escasos, son de lo más espeluznantes y perturbadores. Lo dicho, una cinta seca, sórdida e incómoda pero muy efectiva, sin apenas diálogos y muy deudora del poder de sugestión. Muy recomendable.

No es que Isabel Coixet sea una de mis directoras/es favoritas/os pero reconozco que parte de su filmografía es interesante ("Mi vida sin mí", "Cosas que nunca te dije", "Nadie quiere la noche", "La vida secreta de las palabras"...) aunque hay un grupo de películas aburridas e impersonales ("Mi otro yo", "Mapa de los sonidos de Tokio",..). Bien, me temo que "La librería" pertenece al segundo grupo. En su planteamiento comparte puntos con la muy superior "Chocolat": mujer soltera llega a un pueblo conservador para instalar un negocio que se verá con recelo y después cambiará la vida del pueblo. Hasta aquí las similitudes. Lo que viene después es una sucesión de maravillosas interpretaciones que lidian con una historia que no cuenta nada interesante, ni emocionante, ni reflexivo ni nada de nada. Una historia sosa que no hay por donde cogerla con una dirección plana y muy fría. Película desprovista de sentimientos y de algo interesante que contar. Muy larga y aburrida. Solo se salvan sus magníficos actores, sobre todo la niña pelirroja; es lo que tiene trabajar con actores británicos.

Decidí darle una última oportunidad a Sofia Coppola, pues aún recuerdo lo mucho que me gustó "Las vírgenes suicidas" y lo que me aburrí con todas las demás. No pienso ver otra más de sus películas pseudointelectuales. Esta arranca bien, con una Nicole Kidman espléndida cuando lava al soldado Farrell al principio de la película. A los veinte minutos no ocurre nada y cuando acaba la película no ocurre nada. Sosa hasta decir basta y sin carisma, sin alma y... ¡sin historia! No hay chicha en el guion, ningún giro interesante o inquietante que te mantenga pegado a la butaca más que para echar una cabezada. Es extremadamente lenta, ridícula y, lo peor de todo, se toma demasiado en serio a sí misma. Un fracaso estrepitoso tanto artístico como de público. Un engaño total. Una directora tan pretenciosa debería replantearse muy seriamente su profesión.