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Críticas de Alejandro Rubio
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
8
30 de diciembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con más retraso que Rita Ora, continuo con mi retahíla de reseñas de algunas de las películas vistas en el Festival de Cine Europeo de Sevilla de este año. Ahora es momento de analizar “It’s Not The Time Of My Life” película húngara que, como ya sabréis, no se hizo con el Giraldillo de Oro de este año. Aún así, esta película necesita ser vista y no caer en el olvido.


“It’s Not the Time Of My Life” es una película sobre la vida familiar dirigida por Szabolcs Hajdu quien, además, da vida al personaje protagonista de la obra. Como detalle curioso, su pareja en la ficción está interpretada por su pareja en la vida real. La película cuenta con un guión dotado de una increíble naturalidad y una fotografía en la que abundan los primeros planos y, en los planos más abiertos, la simetría.

La cinta húngara recuerda muchísimo a la trilogía de Linklater “Antes del…” debido al modo intimista en el que abarca la relación amorosa entre los dos personajes principales, la preocupación de ambos por su hijo (¿no existe “Supernanny” en Hungría?) y cómo se proyecta esta preocupación en cada uno de los personajes. Sin lugar a dudas, la película se eleva gracias a su guión detallista y bien elaborado, manteniendo un pulso narrativo perfecto y que no decae en los 120 minutos de metraje. Sin embargo, vuelve a pasar lo mismo que con “Spotlight”, en la que otros elementos cinematográficos quedan descuidados o, más bien, tras la sombre de este potente guión.

Un aspecto a tener en cuenta es el bajo presupuesto de cinta en cuestión. Tal y como afirmó el propio director en el encuentro tras la proyección la película la película, esta pudo hacerse con tan solo 5000 dólares, un presupuesto excesivamente bajo. ¿Cómo se logró grabar la película entonces? Explotando a los propios alumnos del director, el cual es profesor en una universidad de su país.

Sin lugar a dudas, estamos ante una de las mejores películas de este 2016. Hungría ya se llevó el premio de La Academia a mejor película de habla no inglesa gracias a “El Hijo de Saúl”, por lo que sería todo un reconocimiento para esta demostrar que el cine intimista aún tiene cabida en las salas de cine.

Nota: 8 / 10
Alejandro Rubio
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8
30 de diciembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre tienen que haber sorpresas en las temporadas de premios. Este año toca el turno a “Brooklyn”, el mejor drama de amoríos que podrás ver en cines este año. Dirección elegante, interpretaciones espectaculares y un guión que no decae en las dos horas de metraje. ¿Se puede pedir algo más?


“Brooklyn” está protagonizada por Eilis Lacey (Saoirse Ronan), una joven irlandesa que, tras las pocas posibilidades laborales que le ofrece su país, decide emigrar hasta Brooklyn con el fin de comenzar su vida desde cero. Trabajo nuevo, un estilo de vida completamente diferente e incluso el comienzo de sus estudios en la universidad harán que Eilis se encuentre a sí misma y descubra una nueva vida que jamás pensó que llegaría a conocer. Una película sumamente entrañable que, sorprendentemente, servirá como entretenimiento a un abanico inmenso de espectadores.

¿Por qué no está siendo “Brooklyn” considerada como una de las firmes candidatas para alzarse con el Oscar a mejor película? Si bien su póster empalaga hasta puntos inimaginables, la película está dotada de una elegancia excepcional. Cada plano está mimado al detalle, su fotografía compuesta principalmente por colores pastel resulta de lo más entrañable y su repentino toque cómico con el fin de quitar dramatismo a toda la historia consigue calar en el espectador de una manera increíble. La cinta en cuestión está dirigida por John Crowley, un director casi novel en Hollywood, cuya dirección más importante se encuentra en el mundo de la televisión, habiendo dirigido varios capítulos de “True Detective”.

Sorprende el equilibrio existente en el guión. En primer lugar se nos presenta a la protagonista de la historia. Después, vamos conociendo más y más de ella mediante su trabajo, sus amistades o su familia. Estos primeros diez minutos de la cinta nos permiten conocer el por qué de sus acciones durante todo el largometraje, consiguiendo empatizar de manera directa con el personaje. Cuando Eilis llega a Brooklyn, todo comienza a cambiar. Si bien la historia es un drama absoluto, el director se permite el privilegio de incluir ciertos personajes cómicos, sin llegar a salir del género. Es como si Wes Anderson dirigiese esos cinco minutos de la obra, permitiendo al espectador salir de ese tono tan elegante que caracteriza la obra. Además, acierta de lleno a la hora de elegir la dosis de cada elemento argumental. En cuanto a su aspecto más romántico, no empalaga, quedando claras las posiciones sentimentales de ambos, pero sin la necesidad de mostrar quince escenas consecutivas de ellos besándose. En cuanto a su aspecto más dramático, no cansa. El director se niega a forzar un sentimiento de tristeza mediante música melancólica u otros elementos cinematográficos. Se agradece que el director no nos indique cómo hemos de sentirnos con cada situación que va tomando lugar. En cuanto a su matiz cómico, no abunda, provocando ampliar la simpatía con cada uno de los personajes y dando un leve respiro al espectador.

Además, de una manera indirecta, el director involucra de lleno al espectador en la película, llegándonos a sentir hasta protagonistas. “¿Qué haría yo si estuviese en esa situación?”, nos hemos preguntado todos mientras veíamos la película. Además, el director juega con nosotros, permitiendo que diésemos rienda suelta a nuestra imaginación e imaginásemos una película paralela con lo que creíamos que iba a pasar.

Su apartado interpretativo es brillante. Todos y cada unos de los actores consiguen adentrarse de lleno en su papel, en especial la protagonista (quizás por el número de líneas). Un papel que viene como anillo al dedo para la ya nominada al Oscar Saoirse Ronan. Una pena que ese Oscar ya tenga nombre y apellidos: Brie Larson.

Su apartado técnico aporta la elegancia que la película necesita. Su fotografía cuidada, su edición más que correcta… Y aunque no sea para nada innovadora, es lo que la película exigía.

En definitiva, “Brooklyn” es una joya que, con un poco de suerte, será recordada por su sutileza y ese equilibrio que se consigue con el conjunto de elementos de cinematográficos. No ganará el Oscar pero, en caso de hacerlo, sería una noticia increíble.

Nota: 8,5 / 10
Alejandro Rubio
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7
30 de diciembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alejandro González Iñárritu vuelve por la puerta grande tan solo un año después del triunfo de “Birdman (O la inesperada virtud de la ignorancia)”. Este año toca el turno de “El Renacido“, un drama protagonizado por el archi-nominado al premio Oscar: Leonardo DiCaprio. ¿Volverá a dar la sorpresa? Todo indica que sí.


“El Renacido” narra el viaje de Hugh Glass a las frías y nevadas profundidades de América con el fin de adquirir todo tipo de pieles y negociar las ventas de estas. Algo así como un “Frozen meets Pocahontas“. Lejos de decepcionarnos, Alejandro González Iñárritu vuelve a demostrar su “vacileo” en cuanto a dirección. Largos planos que narran la guerra en primera persona, acompañado de una fotografía impactante y la crudeza y frialdad que cada fotograma representa. El trabajo, la amistad, la familia y la muerte serían los pilares fundamentales de la última obra del ganador al Oscar del pasado año. Esta vez se deja a un lado la sátira y la comedia, centrándose de lleno en el dolor del personaje protagonista y todos los que lo rodean.

Las interpretaciones son, una vez más, una maravilla. Leonardo DiCaprio consigue así su quinta nominación a su tan ansiado premio de La Academia (la americana, no la española), y parece que a la quinta va la vencida. Premios BAFTA, Sindicato de Actores… ni Eddie Redmayne ni Michael Fassbender han sido capaces de hacer peligrar el triunfo del protagonista de Titanic. Aunque dejemos las cosas claras: no es la mejor actuación de su carrera. Ni siquiera de la película, ya hay alguien que brilla más que el. Y no, no hablamos del “niño de las cejas locas” (Will Poulter), sino de Tom Hardy. Poco a poco, Hardy se va a haciendo un hueco en el panorama interpretativo, siendo ya uno de los actores favoritos del público y de la crítica. Cuando nadie ha cuestionado su interpretación como Mad Max en la última película de la conocida saga, has tenido que hacerlo muy bien. En “El Renacido” brilla con luz propia. Un papel hecho casi a medida y una interpretación que nos consigue hacer empatizar con el personaje en apenas segundos, por muy malo malísimo que este sea.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El guión no está a la altura de su anterior obra, Birdman, que conseguía una comedia bastante inteligente que llegaba incluso a parodiar otras películas del género de superhéroes. El guión de “El Renacido” es similar al de una película de acción, dejándose llevar por una preciosa fotografía y unos impresionantes efectos visuales. Esto provoca que, en las dos horas y media de duración, pueda llegar a pecar de insulsa o insípida. Sin embargo, la mayoría del público está criticando la lentitud con la cual se desarrollan las tramas de la película, con lo cual no estoy de acuerdo. Cada escena ocupa en el tiempo su duración correspondiente, ni más ni menos. Que el espectador se sienta angustiado implica el triunfo por parte del director, ya que es en parte lo que este pretende: meter al espectador de lleno en la cinta.

Tras haber cosechado el Globo de Oro a mejor película dramática y el BAFTA a mejor película, “El Renacido” se presenta como favorita de cara al próximo domingo. Sin embargo, es interesante recordar que Boyhood se alzó con el premio a mejor película el pasado año en los BAFTA, cuando Birdman lo hizo en los Oscars. No hay nada decidido aún y, por suerte, parece ser que hasta la madrugada del 28 de febrero no lo sabremos. Ojo con “Spotlight”.

Nota: 7 / 10
Alejandro Rubio
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5
2 de agosto de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinónimo de éxito tanto en la crítica como por parte de los espectadores. Cuando Christopher Nolan anuncia un nuevo proyecto, el mundo cinematográfico se pone patas arribas. Teasers y trailers a cuenta gotas, anuncio del reparto, trama de la película… Pocos directores son capaces de crear un revuelo de este calibre. Por esta vez, Nolan se aleja de la parafernalia que caracterizaba sus anteriores largometrajes ("Interstellar", "Origen") para meterse de lleno en un un macro-conflicto bélico que ha hecho sangrar las palmas de los medios especializados de los aplausos recibidos. "Dunkerque" viene dispuesta a coronarse como el mayor éxito del verano.


"Dunkerque", situada en los años 40, narra la huida por parte de las tropas británicas y francesas ante los continuos bombardeos procedentes del ejército alemán, el cual imposibilita a la tropa liderada por Harry Styles (hablaremos de esto más adelante, tranquilos) poner un pie en el agua sin que sean bombardeados. El primer acierto de Nolan, director y guionista, es abarcar la cinta desde un punto psicológico y personal en lugar de hacer de "Dunkerque" un largometraje basado en tiros y explosiones que acabe pecando tanto de superficialidad como de heroísmo. Pero no te preocupes, querido consumidor de Paramount Channel: sigue siendo una película en la que destaca su acción glamurosamente llevada a cabo. Pero algo parece haber cambiado en la dirección artística de este director. ¿Dónde está la pomposidad de la que estaban dotadas todas y cada una de las películas de Nolan? Y la fotografía antinaturalista a la que tanto nos tenía acostumbrados, ¿qué ha sido de ella? Todo parece ir sobre ruedas, pero la realidad es muy distinta. Christopher Nolan sigue tratándonos como estúpidos.

Consumir este cine nolaniano dista mucho de adentrarse en una experiencia cinematográfica. Si bien en "Inter$$$tellar" hacía creer a un cierto tipo de espectador que se había graduado en la Universidad de Harvard, había hecho sus prácticas extra-curriculares en Cupertino y había compartido cuarto de baño con Stephen Hawking, la realidad era una completamente distinta. Su cine se ha caracterizado por abarcar mucho, apretar poco y masticar la información al espectador mediante diálogos inverosímiles y comportamientos incoherentes en los personajes descritos. Nolan hace sentir inteligente al más torpe y éste está encantado de consumir su producto. ¿De verdad existe dificultad en entender cintas como la ya mencionada "Interstellar"?

Sin embargo, la cosa cambia cuando el cero-veces-ganador-del-Oscar deja a un lado los viajes espaciales, la física y el mundo de los sueños. "Dunkerque" presenta cine bélico donde, más allá de algún salto en el tiempo, no tiene mucho donde lucirse. Quizás no dar pie al director de manera tan explícita es lo que haga de "Dunkerque" una película superior a otras presentadas en esta última década. A pesar de todo, Nolan es capaz de estropear el resultado mediante su torpe dirección, su guión repetitivo que provoca continuos déjà vu en el espectador y una descripción y presentación pésima de los personajes que toman peso en la narración. Por suerte, estéticamente la película sigue siendo preciosa, tal y como nos tiene acostumbrados. Nolan ha sabido jugar con la neutralidad del azul-grisaceo que domina toda la cinta, ha bajado la saturación de todos los planos y, en alguna que otra ocasión, ha decidido prescindir del continuo enfrentamiento de dos cámaras completamente estáticas. Pero, en el momento en el que la historia aérea comienza a ser narrada, los planos grabados con cámaras Go Pro dejándonos ver la parte delantera de la avioneta nos hace volver a plantearnos el porqué de habernos metido en esa sala de cine.

Todo se desmorona a pasos agigantados a medida que avanza la cinta. Hans Zimmer, que podría ser el equivalente a Sia en el panorama pop actual, presenta una banda sonora que no descansa un solo segundo, resultando agotadora. Las interpretaciones no pueden ni ser valoradas debida a la poca relevancia de estos durante los 110 minutos de metraje (que parecen 150 minutos, eso sí). Lo único que nos aporta "Dunkerque" es el nuevo corte de pelo del ex-líder de One Direction y el plantearnos por qué no tiene pestañas Tom Hardy.

A pesar de no haber revolucionado el género bélico, sí existen algunos aciertos en esta más allá de una bonita fotografía. Quizás su mayor virtud sea haber abarcado la guerra desde un punto de vista personal a través de un sentimiento pseudo-claustrofóbico. El hecho de que no abunden los sonidos de disparos y bombardeos, no mostrar la cara del enemigo y dar una vuelta de tuerca evitando obtener un claro héroe en la cinta son puntos que hacen de "Dunkerque" una película que quizás sí merezca un visionado. Pero claro, después empiezan a explicarnos el porqué de todas y cada una de las acciones de los personajes y uno sale de la sala de cine tirándose de los pelos.

Querido Nolan, déjanos participar en tus películas.

Nota: 5 / 10
Alejandro Rubio
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7
5 de febrero de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una de esas película que son sencillamente necesarias debido a la situación política en la que Estados Unidos, primera potencia mundial, se encuentra en estos momentos. “Figuras Ocultas” es un canto a la igualdad entre sexos y razas que, a pesar de sus enormes fallos, consigue encandilar al espectador creando una atmósfera amena y divertida. Un entretenimiento con toques políticos que es levantado por un trío de actrices absolutamente maravilloso.


“Figuras Ocultas” narra la historia de tres matemáticas de color que trabajaron en la NASA durante los años 60. Las protagonistas se verán inmersas en una larga lucha por la igualdad entre razas mediante discursos de carácter heroico y diálogos cargados de (aparente) impotencia. Sorprende la facilidad con la que “Figuras Ocultas” es capaz de funcionar tanto como drama como comedia, siendo uno de los puntos más fuertes de la cinta. Su notación reivindicativa acompañada de hilarantes momentos de humor con el fin de quitar amargura a ciertas escenas funcionan a la perfección. Sin embargo, este intento de empoderar (palabra que está muy de moda últimamente) a la mujer negra queda excesivamente descafeinado debido a la facilidad de solvencia con respecto a los problemas diarios del grupo de calculadoras de color.

Su guión carece de riesgos y, por momentos, parece no querer posicionarse de manera totalitaria en alguno de los bandos. “Matemáticas y Señoras” intenta no despeinarse a la hora de tratar temas demasiado delicados, proporcionando una respuesta excesivamente rápida y acertada poco propia de la situación política de EEUU en esos años. Todos los problemas se presentan con la misma estructura:

Persona blanca pone algún problema a persona negra.
Persona negra hace discurso heroico sobre cómo lucha por servir a su país y lo malas que pueden llegar a resultar las condiciones para una mujer de color en una empresa/universidad.
Persona blanca recapacita y moldea la ley (tanto escrita como no escrita), logrando así el éxito en la carrera laboral de la persona negra.
Aplausos.
El esquema se repite una y otra vez, escondiendo el dolor e impotencia que podrían llegar a sufrir las protagonistas, todas ellas madres de familia y, alguna, viuda. Todo resulta excesivamente fluffy-happy-marvelous y, lo siento, pero eso no debería ser sello de la película. Quedan lejos los sentimientos de angustia y malestar, la desestructuración de una vida debido a problemas laborales e incluso el replantearse dejar un trabajo debido a las malas condiciones en la que se hallan. Al final, “The Imitation Game – Benedict Cumberbatch – Gay + Octavia Spencer + La de “We Are Young” + Taraji” acaba dejando a un lado su carácter reivindicativo para convertirse en un mero entretenimiento, resultando una decepción.

Por suerte, a pesar del enorme fallo de orientación de su guión, las actrices consiguen levantar la película hasta límites insospechados. Octavia Spencer vuelve a brillar con luz propia, aunque queda un paso atrás con respecto a su interpretación en “Criadas y Señoras”. Esta vez no tenemos un ¿delicioso? pastel de mierda, pero sí una actriz que se mueve como pez en el agua en este género. Janelle Monáe demuestra su válida capacidad interpretativa, haciendo suya cada una de las escenas en las que aparece en pantalla. Eso sí, en ocasiones parece que estamos viendo “Hairspray” debido a su sobre-actuación. Por último, la actriz que lleva más peso en la película, Taraji P. Henson, la cual consigue ponernos los sentimientos a flor de piel cada vez que abre la boca. Las tres funcionan mejor juntas que por separado. Además, Kirsten Dunst hace de hija de puta jefa del personaje de Octavia. Sin embargo, la ligereza de su papel y la escasez de líneas nos hacen imposible valorarla de una manera objetiva. Por último, Jim Parsons haciendo de Jim Parsons en “Big Bang Theory”. Poco está luchando este hombre por no quedar encasillado.

En definitiva, “Figuras Ocultas” funciona de manera excelente como entretenimiento, pero deja un muy mal sabor de boca pensando en lo que podría haber llegado a ser y no ha querido intentar. Una pena.

Nota: 6,75 / 10
Alejandro Rubio
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