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Voto de Alejandro Rubio:
8
Drama. Romance En los años 50, la joven irlandesa Eilis Lacey decide abandonar Irlanda y viajar a los Estados Unidos, concretamente a Nueva York, donde conoce a Tony, un chico italiano con el que comienza a salir y del que se enamora. Pero, un día, a Eilis le llegan noticias de una triste noticia familiar y tendrá que decidir entre quedarse en su nuevo país o volver a su tierra natal. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre tienen que haber sorpresas en las temporadas de premios. Este año toca el turno a “Brooklyn”, el mejor drama de amoríos que podrás ver en cines este año. Dirección elegante, interpretaciones espectaculares y un guión que no decae en las dos horas de metraje. ¿Se puede pedir algo más?


“Brooklyn” está protagonizada por Eilis Lacey (Saoirse Ronan), una joven irlandesa que, tras las pocas posibilidades laborales que le ofrece su país, decide emigrar hasta Brooklyn con el fin de comenzar su vida desde cero. Trabajo nuevo, un estilo de vida completamente diferente e incluso el comienzo de sus estudios en la universidad harán que Eilis se encuentre a sí misma y descubra una nueva vida que jamás pensó que llegaría a conocer. Una película sumamente entrañable que, sorprendentemente, servirá como entretenimiento a un abanico inmenso de espectadores.

¿Por qué no está siendo “Brooklyn” considerada como una de las firmes candidatas para alzarse con el Oscar a mejor película? Si bien su póster empalaga hasta puntos inimaginables, la película está dotada de una elegancia excepcional. Cada plano está mimado al detalle, su fotografía compuesta principalmente por colores pastel resulta de lo más entrañable y su repentino toque cómico con el fin de quitar dramatismo a toda la historia consigue calar en el espectador de una manera increíble. La cinta en cuestión está dirigida por John Crowley, un director casi novel en Hollywood, cuya dirección más importante se encuentra en el mundo de la televisión, habiendo dirigido varios capítulos de “True Detective”.

Sorprende el equilibrio existente en el guión. En primer lugar se nos presenta a la protagonista de la historia. Después, vamos conociendo más y más de ella mediante su trabajo, sus amistades o su familia. Estos primeros diez minutos de la cinta nos permiten conocer el por qué de sus acciones durante todo el largometraje, consiguiendo empatizar de manera directa con el personaje. Cuando Eilis llega a Brooklyn, todo comienza a cambiar. Si bien la historia es un drama absoluto, el director se permite el privilegio de incluir ciertos personajes cómicos, sin llegar a salir del género. Es como si Wes Anderson dirigiese esos cinco minutos de la obra, permitiendo al espectador salir de ese tono tan elegante que caracteriza la obra. Además, acierta de lleno a la hora de elegir la dosis de cada elemento argumental. En cuanto a su aspecto más romántico, no empalaga, quedando claras las posiciones sentimentales de ambos, pero sin la necesidad de mostrar quince escenas consecutivas de ellos besándose. En cuanto a su aspecto más dramático, no cansa. El director se niega a forzar un sentimiento de tristeza mediante música melancólica u otros elementos cinematográficos. Se agradece que el director no nos indique cómo hemos de sentirnos con cada situación que va tomando lugar. En cuanto a su matiz cómico, no abunda, provocando ampliar la simpatía con cada uno de los personajes y dando un leve respiro al espectador.

Además, de una manera indirecta, el director involucra de lleno al espectador en la película, llegándonos a sentir hasta protagonistas. “¿Qué haría yo si estuviese en esa situación?”, nos hemos preguntado todos mientras veíamos la película. Además, el director juega con nosotros, permitiendo que diésemos rienda suelta a nuestra imaginación e imaginásemos una película paralela con lo que creíamos que iba a pasar.

Su apartado interpretativo es brillante. Todos y cada unos de los actores consiguen adentrarse de lleno en su papel, en especial la protagonista (quizás por el número de líneas). Un papel que viene como anillo al dedo para la ya nominada al Oscar Saoirse Ronan. Una pena que ese Oscar ya tenga nombre y apellidos: Brie Larson.

Su apartado técnico aporta la elegancia que la película necesita. Su fotografía cuidada, su edición más que correcta… Y aunque no sea para nada innovadora, es lo que la película exigía.

En definitiva, “Brooklyn” es una joya que, con un poco de suerte, será recordada por su sutileza y ese equilibrio que se consigue con el conjunto de elementos de cinematográficos. No ganará el Oscar pero, en caso de hacerlo, sería una noticia increíble.

Nota: 8,5 / 10
Alejandro Rubio
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