Si existe el infierno seguramente será el visionado infinito de Muertos del Pasado. En este infierno jamás podrás cerrar los ojos, jamás podrás parar de ver este pedazo de bazofia parida por Marcus Adams, hasta "Manos: The Hands of Fate" (1966) es mejor que esta pesadilla diseñada para que te sangren los ojos y se te derrita el cerebro en el cine, si has tenido la desgracia de gastarte el dinero en la entrada.

La que parace ser la última película como Lobezno de Hugh Jackman, es un quiere pero no se atreve, es una oportunidad perdida, lo que podían haber sido grandes momentos, se ven ensombrecidos por el formulismo, siempre recurrir a la vieja fórmula comercial, a los caminos ya recorridos y que todos conocemos como la palma de nuestra mano.
Es una película sobria, serena y sin demasiados excesos, pero con muchos desaciertos, quizás producidos por un director que se encuentra en un terreno que posiblemente no sea el suyo. También destaca por desaprovechar personajes, como puede ser el de Charles Xavier, interpretado por Patrick Stewart.
Aun así, nos encontramos con la mejor de las tres películas del mutante en solitario, un Lobezno angustiado, abatido por el tiempo, luchando contra sus demonios y contra su pasado. Un Hugh Jackman al que le sienta el papel como un guante y que ya maneja a la perfección, pero la Fox, el dinero y el miedo a perderlo, echan por tierra el riesgo intrínseco que reside en el peligro de hacer una buena película basada en un cómic de heroes.
Se ha perdido una oportunidad, Jackman dice adiós al papel que tanto le ha dado y aún queda escondida en alguna parte la historia que este increible personaje se merece.

Lo primero que pensé al ver esta película y quizá lo inevitable, es la comparación inmediata con Origen de Nolan, aunque podría ir más atrás en el tiempo, Dreamscape, el film protagonizado por Dennis Quaid allá por 1984, aunque este trataba más de proyección astral que de ondas cerebrales.
Si algo esta claro es que Sueño lúcido no destaca por su originalidad precisamente, el tema de los sueños es algo que aparece constantemente en el cine, sin mencionar los secuestros y/o desapariciones. Otra película que me vino a la mente es Paperhouse (La casa de papel) de 1988. También hay una escena que recuerda a Abre los ojos de Amenábar.
Lo previsible es el factor principal de esta película, toda la trama se intuye desde el primer momento.
Otro intento de Netflix por producir creaciones originales, esta vez de manos surcoreanas, que no salvan el resultado, dándonos un producto que si bien entretiene, no se queda en la retina. Para verla cuando no haya nada más.

No esta mal pero no funciona del todo, Brandon Routh intenta imprimir caracter al personaje pero no puede olvidar a Christopher Reeve y se convierte en imitador, sobre todo cuando encarna a Clark Kernt, todo recuerda a Reeve y Brian Singer más que homenajear parece plagiar la primera y mejor parte de este maravilloso personaje, se esperaba màs de este talentoso director pero se pierde intentado hacer algo que en realidad queda en nada. El único que encaja es Kevin Spacey que da otra dimensión a Lex Luthor alejándose un poco de la de Gene Hackman. Aún así la película nos recuerda que el mundo no es para Superman porque él se fue un 10 de octubre y gracias a esta, la primera y original sigue y seguirá siendo la mejor.

Quizá esta película sea el mejor ejemplo de como no se debe adaptar un libro. En este aspecto parece que Peter Jackson se esta haciendo experto, ya lo hizo con el Señor de los Anillos llevándolo a su manera al cine y sobre todo con el Hobbit.
Este film está basado en una serie de cuatro libros, concretamente se basa en el primero y aunque no estamos ante una obra maestra de la literatura de ciencia ficción el libro se deja leer y personalmente me gustó.
Peter ha cogido la historia y en general sigue la del libro pero cambia pasajes de este y los transforma, convirtiendo algunos en escenas de lágrima fácil y otros para quedar más impresionantes a los ojos del espectador, cosa que no consigue, porque aquí de lo que se trata es de repetir esquemas ya vistos ochocientas veces.
El guion es flojo y todo está hecho con prisas y mal explicado, las interpretaciones son normales tirando a malas, la dirección hace lo que el maestro manda, el aspecto visual lo mejor de la película. En este punto sí se ha sabido llevar a la pantalla el mundo descrito en el libro, las ciudades con tracción, el yermo inhabitable.
Peter céntrate, sigue lo que cuentan los libros, no te inventes cosas que crees que encajarán mejor narrativamente, no te saques personajes de debajo de la manga, no cambies las motivaciones de los personajes ni sus escenas cumbre.
¿Tan difícil es llevar al cine lo que el escritor o escritora relata en su libro?