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España España · madrid
Críticas de dieguin
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Críticas 31
Críticas ordenadas por utilidad
6
5 de octubre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué difícil. Nunca imaginé que analizar un estreno de Woody Allen fuera tan complicado. Si os digo la verdad no se si me gustó, si era lo que esperaba o si volvería a verla.

Pero vayamos por partes. Rodar una película al año desde 1982 es agotador (algún año incluso dos). Es imposible que mantengas siempre un buen nivel. Pero siendo Woody Allen siempre se le da un voto de confianza ¿no?. Supongo que eso es porque le perdonamos que a veces nos cuele bobadas como Vicky Cristina Barcelona.

Pero no me quiero ir por las ramas. A Roma con amor es su último trabajo, cuatro historias independientes ambientadas en la capital del país de la pasta.
La que cuenta con Woody Allen haciendo de Woody Allen, trata sobre el miedo a sentirse inútil cuando uno alcanza una cierta edad.
La que nos muestra a Alec Baldwin, se basa en lo cambiante que es el amor y lo ingenuos que somos ante él.
El relato en el que participa Penélope Cruz se centra en el miedo al compromiso y en la hipocresía de la sociedad.
Y para acabar, Roberto Begnini nos muestra una crítica feroz a la fama (lo absurda que puede llegar a resultar) y sus efectos.


En todas el amor está más o menos presente, pero sólo las dos primeras dan sentido al film. ¿Y por qué?. Pues sencillamente porque los fragmentos de Cruz y Begnini no hacen justicia a Roma ni a su supuesto protagonismo. Podrían haberse ambientado en cualquier lugar. Y no sólo eso, sino que uno se queda con cara de dibujo chino (con gota incluida en la frente), cuando se acaba la película y te das cuenta de que estas dos historias sobran más que Ben Afleck en El indomable Will Haunting.

No es culpa de los actores, pues por ejemplo Penélope Cruz está estupenda hablando en italiano, aunque todos la odiéis. El problema es que te quedas con la sensación de que se tratan de un relleno que afectan al conjunto. Como dice el refrán “quien mucho abarca poco aprieta”.

Menos mal que la otra mitad consigue mantener el interés y nos muestra un poco más de esa Roma que todos estábamos esperando.
La parte encabezada por el propio Allen es la más divertida. Eso sí, dejando de lado toda lógica y seriedad, pues tiene momentos más surrealistas que los que sufría Dumbo cuando empinaba el codo más de la cuenta. Que le pregunten sino a Montserrat Caballé.
Pero sin duda, las escenas más interesantes y con mejores diálogos son las que tienen a Baldwin de protagonista, con Jesse Eisenberg y Ellen Page (la embarazada de Juno) dándole la réplica de forma excelente. Uno se queda pensando con una de las frases que dice el actor: “Si algo es demasiado bueno para ser verdad, créeme, no es verdad”.
A pesar de su tono melancólico, te entran ganas de irte a Roma y de enamorarte aunque sea con fecha de caducidad.

Quién sabe dónde estará ambientada su próxima película. Lo único que sé, es que Woody Allen no ha sacado todo el potencial que Roma puede aportar. ¿Volverá a la ciudad eterna?.

http://dleveneyelcine.blogspot.com.es/
dieguin
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7
29 de septiembre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El parecido que pueda existir entre la muy criticada película de Sylvester Stallone, estrenada hace ya 17 años; y la nueva versión, es casual. Como se suele decir, las comparaciones son odiosas y en este caso aún más, puesto que se trata de dos films rodados en épocas diferentes, con un tono distinto y con una forma de entender el cómic original radicalmente opuesta.
Dredd es sinónimo de acción. Básicamente el 95% del largometraje está ocupado por tiros, muertes, desmembramientos y demás situaciones desagradables.

Ya en la primera escena nos queda claro el tono que va a tener, mediante una persecución bastante violenta que sirve para presentar al protagonista. Bueno, "presentar" es un decir porque realmente nunca se nos llega a explicar nada de él más allá de que se dedica a impartir justicia.

Pero eso es lo de menos. El ritmo de Dredd es endiablado y eso se agradece. Es imposible que te aburras. La trama en sí es bastante sencilla: Una peligrosa delincuente controla la producción de una nueva droga que hace que el cerebro crea que el tiempo se ralentiza. Ante la amenaza de que uno de sus secuaces le delate cuando es detenido por Dredd y su compañera; decide asesinarlos para continuar con su reinado de poder.

Hay varias secuencias que hacen que este film sea un poco superior a la media, como la muerte de un transeúnte durante la ya citada persecución inicial (normalmente los viandantes siempre esquivan todo tipo de coches cuando están a punto de arrollarlos) o como aquella en la que la joven protagonista ejecuta a un delincuente, dejando claro que en Dredd, la gente mata y también muere; y si es de la forma más cruda y horrible posible, mejor.

Cierto es que hay momentos mil veces vistos y diálogos que podría haber escrito mi prima pequeña, pero no llegan a afectar demasiado al conjunto.
La villana cumple de maravilla con su cometido (Lena Headey, la reina Gorgo de 300) y la "novata" tampoco desentona. Otro cantar es el juez Dredd, a quien no se le ve la cara en ningún momento y que no sabría decir si actúa bien o mal. Aunque si que es verdad que se podría haber ahorrado el poner morritos para hacerse el duro.

No creo que esta nueva versión de los ejecutores de la ley en un futuro cercano, se llegue a considerar un clásico de la ciencia ficción ni la mejor adaptación que ha habido sobre un cómic; pero sí que considero que pasa el examen y con nota.

http://dleveneyelcine.blogspot.com.es/2012/09/critica-dredd_21.html
dieguin
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8
9 de julio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que en 1995 vio la luz Toy Story, cada película que Pixar ha estrenado se ha convertido en un acontecimiento. Y como le ocurre a Apple cuando lanza algún cachivache electrónico, mantener ese status eternamente es prácticamente imposible. Aunque la diferencia entre ambas empresas es que todavía no ha habido revueltas a la entrada de los cines en China...

Son muchos los que creen que desde Toy Story 3, la compañía no ha vuelto a mostrar la magia que sólo ella es capaz de sacarse de la chistera. Cars 2 y Brave fueron éxitos de taquilla pero no enamoraron como si hicieron Buscando a Nemo, Up o Ratatouille, entre otras. ¿Es Monstruos University parte del primer grupo o estamos ante una nueva maravilla?
En esta ocasión volvemos al mundo de los asustadores profesionales para conocer cómo se forjó la inquebrantable amistad entre Mike y Sulley. El escenario será la universidad de sustos con las hermandades yankees como tema central. Sí, lo sé, ya no sale Boo... y no me lo recordéis porque me pongo tristón.

Desde el principio queda claro lo que nos espera: un relato divertido, eficaz, ligero y, por qué no, nostálgico. En ningún momento tratan de convencernos de que la precuela es mejor que su antecesora. Quizás porque Monstruos S.A. es una obra maestra de los pies a la cabeza e intentar conseguir los mismos resultados artísticos, una quimera.

Y es gracias al recuerdo de ésta que instantes como el prólogo, con un Mike de niño, consiguen resultar maravillosos. A nadie le sorprende que el protagonismo en esta ocasión recaiga sobre ojito saltón. Él es la esencia y el culpable en gran medida de todo el éxito cosechado por ambos films. Por el contrario, Sulley pasa a un segundo plano aunque no por ello menos importante. A su lado, un buen puñado de personajes que por momentos se convierten en los reyes de la función. Posiblemente sean estereotipos, pero los compañeros de hermandad de Mike y Sulley tienen vida propia y encabezan algunas de las escenas más hilarantes de todo el metraje.

Ahí radica el pequeño "pero" de Monstruos University. Que los secundarios roben protagonismo a dos clásicos de la animación es signo de que quizás se ha perdido un poco la chispa que tuvieron antaño entre ellos. Puede que la razón sea porque el guión ha dejado de arriesgar y ha apostado sobre seguro, sin innovar ni sorprender como hiciera Monstruos, S.A. hace ya 12 años.

Por supuesto, la animación es extraordinaria, lo mismo que el diseño de los personajes. Pero la historia no cuenta nada nuevo. Todo lo hemos visto ya en una u otra película. Ya no es tanta la emoción que desprenden sus imágenes. Lo cual no quiere decir que aquí este narrado de forma torpe o aburrida. A pesar de que no sea una obra original e incluso se trate de una precuela más bien innecesaria, uno acaba dándose cuenta de que el sello de la casa del flexo sigue estando presente.

Como decía al principio, Pixar ha llegado a un nivel de perfección tal, que cualquier película que no sea de 10 se considera una decepción. Monstruos University no saca sobresaliente por culpa de las comparaciones con su hermana mayor, pero se gradúa con notable alto.

más cine en http://dleveneyelcine.blogspot.com.es/
dieguin
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7
15 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ciencia-ficción es un género peliaguado. Las probabilidades de meter la pata y/o hacer el ridículo son tan grandes que hasta a George Lucas le ocurrió con La Amenaza Fantasma. Todavía hay escraches en su casa por culpa de Jar Jar Binks. Encima, cada vez es más difícil ser original porque ya está todo inventado.
Por eso no deja de resultar valiente el seguir apostando por propuestas de este tipo. Y más aún si se te ocurre la feliz idea de contratar a uno de los actores más odiados del momento.

Porque poco más y acabaremos acusando a Tom Cruise de ser el responsable del holocausto o de haber convencido a Taylor Lautner para ser actor. Que es un tipo rarito nadie lo duda, pero otros actores también tienen lo suyo (Edward Norton, Russell Crowe, Charlie Sheen, Christian Bale...) y siguen contando con el favor del público. ¿Es su presencia un lastre para Oblivion? En absoluto.

Ambientada dentro de unos 60 años, la película nos muestra un planeta Tierra devastado después de una guerra entre la humanidad y una raza alienígena. Victoriosos, pero con medio mundo destruído, nos vemos forzados a emigrar a Titán, al ladito de Saturno, el planeta de los anillos. Pero claro, si nos marchamos sin agua, lo tenemos crudo, por lo que Jack (Cruise) y Victoria (Andrea Riseborough) tendrán la misión de controlar la extracción del preciado líquido en una Tierra supuestamente abandonada...
A pesar de lo que pueda parecer, el film comienza tomándose su tiempo en presentar a los dos protagonistas y la situación que les rodea. Ella acata órdenes con fé ciega. Él tiene algunas dudas y mucha más curiosidad por el que se supone que fue el hogar de su especie.
Su primera hora es más que notable. Y no sólo por unos efectos especiales excelentes o un diseño de producción impresionante. También porque es interesante lo que se ve en pantalla. La curiosidad se apodera del espectador y le lleva a preguntarse: ¿por qué les borran la memoria? ¿por qué solo dos personas para evacuar los recursos de todo un planeta? ¿quiénes son esos extraños extraterrestres?

Todo está cuidado con mimo, desde la música (a cargo de M83) hasta una fotografía que se describe con una sóla palabra: Preciosa. Si algún día se hace realidad la casa en la que se desarrolla la acción, va a haber tortas por hacerse con una.
Además, al igual que en Wall-E, sólo hay dos personajes y, ciertamente, se sobran y se bastan ellos solitos para mantener nuestro interés. La partenaire de Tom Cruise es el gran descubrimiento, sin niguna duda.

Pero claro, en algún momento hay que darle caña al asunto y es justo en ese instante cuando todo se precipita un poco. Algunas incongruencias comienzan a hacer acto de presencia y por allí se deja caer el personaje menos interesante de todos: el de Olga Kurylenko. ¿Culpa de ella o del guión? No sé que decir, pero ella está sosa, sosa...
Lo que en principio era curiosidad, a mitad de proyección torna un poco en confusión, provocando un pequeño bajón de ritmo... hasta que todo comienza a tener respuesta. Y en mi opinión, ésta resulta convincente e inesperada.
Una pena que después de encajar todas las piezas, nos trasladen a un cruce entre Armageddon, El Ataque de los Clones e Independence Day para finiquitar la trama deprisa y corriendo. El desenlace podría haber sido épico y dado mucho más de sí. No se puede presentar a los antagonistas como unos maestros en tecnología punta y que acaben siendo unos pringados que no pueden ni con Tom Cruise.
Y ya de paso, aprovecho para instar a Hollywood a que elimine esos happy endings cursis que parecen salidos de una novela de Dannielle Steel.

Pero no seamos tan tiquismiquis. Oblivion puede gustar o no, resultar creíble o no; pero no insulta a nuestra inteligencia y (al menos) nos ofrece una vuelta de tuerca a lo ya visto mil veces y un espectáculo visual único.

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dieguin
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7
16 de febrero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me extrañaría que dentro de un tiempo se usara el nuevo trabajo de David O. Russell, director de The Fighter, como material de autoayuda. "Mira lo jodidos que están sus protagonistas y aun así le sacan la parte buena a todo", "la vida son don días y hay que disfrutarla" o "no te rayes", son frases de ésas fáciles de decir pero no tan sencillas de ejecutar que saldrían de la boca de los autoayudantes. Porque el buen rollo es la base de esta comedia-romántica-dramática centrada en dos sujetos con unos cuantos problemillas a sus espaldas.
Ya que tanta buena energía me ha embriagado, seguiré por esos derroteros para analizar El Lado Bueno de las Cosas.

Bradley Cooper interpreta a Pat, un joven un tanto inestable que sale de una institución mental 8 meses después de darle una somanta de palos al amante de su mujer. Menos mal que en la vida real todo aquél que le da unos cuantos sopapos al que se está beneficiando a su señora no acaba en un manicomio, porque estarían a rebosar. Bien es cierto que Pat casi se lo carga y que encima resulta que es bipolar.
Por si no tenía suficiente consigo mismo, en su camino se cruza una viuda veinteañera más trastornada aún que él. Y en medio de ambos, nos encontramos a los padres del primero, que no pintan demasiado pero que actúan muy bien.

Aun siendo una de las sorpresas de la temporada y consiguiendo premios por doquier, la sensación de que es una película estupenda pero ligera, es inevitable. ¿Y por qué? Básicamente porque su guión no aporta nada novedoso ni original; y en su tramo final acaba yendo a parar a la estación en la que terminan la mayoría de este tipo de producciones: la previsibilidad. Para nada es algo malo, recordad que estoy de buen rollo, pero si su primera mitad se vende como una propuesta diferente, es probable que pienses que te han dado gato por liebre al terminar la proyección.

Realmente el punto fuerte del film son las interpretaciones de todos los implicados. Bradley Cooper y Jennifer Lawrence están soberbios. Si hace un año alguien hubiera predecido que el chico guapo de Resacón en las Vegas iba a estar nominado al Oscar, la mayoría se habrían echado unas risas a su costa.

Sus escenas son, sin duda, lo más destacado de todo el metraje. Da igual si les toca pelearse o tienen que conseguir que nos riamos. ¿Qué es momento de ponerse tiernos? no hay problema, ambos se compenetran a la perfección y nos regalan momentos memorables. Su química es innegable.
Posiblemente si me los encontrara por la calle, pensaría que son dos tarados y me cambiaría de acera, pero estando dentro de la gran pantalla, hasta me caen bien.
No hay que olvidar a Jacki Weaver ni a Robert De Niro. Como ya comenté, sus personajes no aportan demasiado a la trama cuando no participan de la bipolaridad de su hijo. De hecho, todo el dichoso asunto de las apuestas se antoja cuanto menos innecesario y aburrido. Pero a pesar de sus breves papeles, están fantásticos. Por no hablar de que por fín De Niro recibe una nueva nominación al Oscar tras más de... ¡¡¡20 años!!!.

Pero para el carro. Ya sabía yo que me iba a pasar lo mismo que a El Lado Bueno de las Cosas. La parte positiva acaba comiéndose a la negativa y ésta última termina no teniendo la menor importancia.
Y eso no es. No puedes plantear un problema que es el motor de la acción, olvidarte de él completamente y después solucionarlo precipitadamente en dos minutos y con un baile. Ala, ya está, final feliz y a comer perdices. Ojalá fuera así la realidad, pero lo dudo; aunque eso que dicen de que supera a la ficción cada vez es más cierto...
No culpo a su director ni a su guionista de dicha decisión, pues yo también me quedo con la parte positiva; porque aunque los problemillas de la película están ahí, es mucho más gratificante ver el vaso medio lleno que medio vacío.
dieguin
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