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Críticas de Jinete nocturno
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Críticas 177
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
29 de agosto de 2009
35 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta noche finalmente he visto Jackie Brown. Hasta este día, así de estúpido es uno, me había dejado guiar por todas esas opiniones que decían la definían como “aburrida” o “fallida”, como “una obra menor de Tarantino”. Lo había ido posponiendo, dejándolo como algo pendiente. Y en efecto, no es su película más brillante, ni la más entretenida. Ni siquiera es la mejor dirigida.

Solamente es su película más bella. Sólo eso.

Hasta ahora, y lo digo como incondicional, creía tener una idea de quién era Tarantino y que podía ofrecerme. Gozaba de sus diálogos desmadrados y de sus brillantísimas payasadas, de su humor socarrón, brutalmente inteligente y con un punto surrealista; me pegaba a la pantalla para ver desfilar a su galería de perdedores: atracadores vendidos, gánsteres de cuarta, matones yonquis, boxeadores sonados… todos ellos frescos, creíbles, profundamente humanos, alejados de los gastados estereotipos; me recreaba en su fascinante uso de la violencia, tan brutal como naif; y, por supuesto, me quitaba el sombrero ante su inimitable sentido de la narración y el montaje. Eso, ni más ni menos, era Tarantino.

Sí, ese era el tipo al que admiraba: a un jodido niñato con 180 de coeficiente de intelectual y toneladas de cine (bueno y malo) a medio digerir en el cuerpo. Genial, pero superficial; eso hubiera jurado. Pero estaba equivocado. Porque ese, ahora lo sé, no es Tarantino, sino sólo su disfraz.

Ahora lo he visto: tras esa máscara, tras la careta de L'enfant terrible que él mismo se puso y de la que ahora no consigue desprenderse, hay lucidez y serena melancolía, hay hondura y dolor contenido. Se esconde un arrebatado romántico en perpetua búsqueda de sus perdidos paraísos, que contempla con inextinguible asombro y admiración el cotidiano espectáculo del mundo, la absurdez de la existencia. Un hombre que mira con infinita ternura a los perdedores y los desheredados, a sus perdedores, y que trata de enmendar la plana al mundo dándoles en el cine la dignidad que la vida les ha negado. Un hombre que a sus treinta y cuatro años (esa era su edad) sabe ya demasiado, más de lo que le gustaría. Que está de vuelta de todo, sí; pero que aún y todo quiere volver.

Eso es Jackie Brown, la única verdadera película de Quentin Tarantino: su alma desnuda durante ciento cuarenta minutos. Contenida, sobria, elegante y, sí… gris, taciturna, melancólica… Como lo es la vida misma, esa que pocos contemplan con tanta lucidez como el propio Tarantino.

Nada hay nada de extraño en que se la tenga por “fallida” y “decepcionante”, que sea deliberadamente ignorada: nadie desea contemplarse ante un espejo. El cine es un lugar de evasión; de bonitas mentiras, no de lúcidas verdades.
Tampoco lo hay en que tras esta obra Tarantino se pasase casi una década en el dique seco o en que ahora haya entrado en franca decadencia y parezca empeñado caricaturizarse a sí mismo: cuando uno se ha desprendido de la máscara es imposible volver a vestirla.
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Jinete nocturno
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7
28 de agosto de 2009
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que ésta no sea la más redonda de la trilogía. Y puede que no se la pueda comparar en frescura y originalidad al primer Matrix o que los efectos especiales no sean tan espectaculares -y pretenciosos, pasados de vueltas y vanos- como los de “Matrix Reloaded”. Pero, de todas las Matrix, está es sin duda la más interesante, la que tiene más chicha; la más venenosa e hija de puta; la más subversiva, radical, “corruptora” y “degenerada”. La única realmente relevante y digna.

Y diré más: una vez que los Wachowski se desnudaron en “V de Vendetta” y nos mostraron hasta qué punto están lejos de comulgar con “establecido” y lo “políticamente correcto”y su vocación anarquista y subversiva, casi me atrevería a decir que las otras dos Matrix no han sido más un rodeo para llegar hasta aquí, a lo que realmente querían contarnos o, mejor dicho, colarnos; su forma de llevarnos al huerto.

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Porque aquí hay mucha, mucha miga… Y muy mala baba.

Y es que no todos los días se encuentra uno en un cine con un intento de hacer saltar por los aires los cimientos de nuestra civilización, aquello que explica toda nuestra escala de valores y nuestra moral: el “libre albedrio”. Porque, supongo que nunca lo habíais pensado –quizás con un par de cubatas de más en el cuerpo-, pero esa tontería de nada, la noción de que “los hombres son libres y que son sus actos los que determinan finalmente su destino” - idea que sólo existe en el judeocristianismo: los musulmanes, por ejemplo, tienen una idea mucho más fatalista de la existencia- es la que sostiene todo el cristianismo y, por añadidura, nuestra concepción del mundo. Sólo hay que pensar que sin “libre albedrio” no puede haber culpa ni pecado, y sin pecado Jesucristo y su sacrificio resultan inútiles… Y por supuesto el cielo y el infierno, o la otra vida a secas, pierden su sentido… A partir de ahí, invito a cada cual a que vaya haciéndose pajas mentales sobre hasta qué punto todo se va a la mierda…

Y esto los Wachowski lo saben muy bien, demasiado bien…

¿Y qué hacen? Lo subvierten completamente: abrazan la concepción Clásica de la inexorabilidad del Destino y de que todos nuestros actos están predestinados; de que somos sólo simples marionetas, eslabones en cadenas que de acontecimientos ya prefijadas que se retrotraen al origen mismo del tiempo. Y por supuesto, al hacer esto destruyen el concepto de culpa y hacen completamente relativos y provisionales el Bien y del Mal.

Casi nada…

Y para ello, con ese fin, el de vendernos su moto –y con un par-, nos narran su “Antievangelio” (eso es Matrix, Señores): convierten a Neo en su nuevo Jesucristo –sólo hay que fijarse en su evidente crucifixión y su papel de "El Elegido-. Un Jesucristo que, por supuesto, no ha venido para salvar a la humanidad, sino sólo para hacer que se materialice lo inevitable, lo ya predestinado.

Acojonante, ¿verdad?

Reconocedlo, ¿a que nunca pensasteis que el cine de palomitas pudiera dar tanto de sí?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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7
27 de agosto de 2009
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que quede claro que en muchos aspectos los Wachowski me parecen muy salvables; de lo mejorcito del cine actual. Es más, lo confesaré: tras esa lección de talento, poesía y valor que es el guión de “V de Vendetta” -quizás el mejor que se ha escrito desde “Pulp Fiction”- me “ganaron para la causa” para siempre.

Pero dicho esto, y presentados los correspondientes respetos, tengo que decir que “Matrix” está envejeciendo muy, pero que muy mal…

Sí; yo fui de los que, la primera vez que la vio, permaneció ojiplático y boquiabierto durante dos horas, en un completo silencio sólo interrumpido por el chapoteo de mi baba y algún esporádico “¡Mooooola…!. Y si; a mí también me tuvieron que hacer una reanimación cardiopulmonar cuando Neo se despierta tras tomarse la dichosa pastillita... Y, por supuesto; la forma como los Wachowski se quedan con el respetable dejando caer la posibilidad de que nada de lo que experimentamos sea real y toda esa elaborada mitología –o paja mental, según se vea- me pareció (y todavía me sigue pareciendo) absolutamente fascinante. –La teoría de porque todo sabe a pollo y la explicación del porqué de los “deja-vu” son para cagarse-.

Pero la cuestión es que no he visto “Matrix” una vez, ni dos… sino cuatro veces. Y al contrario de lo que pasa con las películas verdaderamente buenas, que resisten bien ser revisitadas, e incluso mejoran según te vas percatando de más detalles, está me aburrió soberanamente la última vez. Y es que cuando uno prescinde de la parafernalia del “tiempo-bala”, y ya el famoso “giro argumental” te pilla de vuelta, empiezas a percatarte de que el guión tiene más agujeros que la formación intelectual de Paris Hilton y de que la película está llena de autenticas chorradas que no aportan nada al desarrollo de la historia y destrozan el ritmo de la narración.

Por ejemplo, los soporíferos –zzzzzzzzz…- diez minutos largos del dichoso combate de Kung-Fu entre Neo y Morfeo sobran. No digo que tres minutos no hubieran estado bien para que los Wachowski pudiesen chulear de efectos especiales y de “lo cojonudo que es nuestro programador”, pero, coño… casi un cuarto de hora… Y lo mismo digo del “Round 2”: Neo vs Smith. Porque, o es una película de Ciencia Ficción, o es una Peli de Kung-Fu, pero ambas cosas… Lo siento, pero no. Además, para más inri, esa es precisamente la parte que peor ha envejecido. Y es que, y sin ir más lejos, después llegó Quentin –el sublime copión- y les dio en Kill Bill un par de lecciones a los “Brothers” de cómo filmar la Acción con gracia, frescura y sin ponerse tan jodidamente plúmbeo y pretencioso.

Otro aspecto que chirria y está quedando viejo es la estética. Ese rollo entre club sadomaso y seminario del Opus tenía su punto hace una década, pero ahora empieza a parecer casi tan hortera y fuera de lugar como el vestuario del peor cine ochentero de Almodovar.

En resumen, un gran película, sí… Todavía. Hace cinco años le hubiera puesto un nueve.
Jinete nocturno
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7
27 de agosto de 2009
43 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quisiera hablaros de una de las películas más brillantes que he visto, una maravilla con el más memorable final que recuerdo. Trataré de hacer la sinopsis sin reventarla: el personaje protagonista, tras superar una traumática experiencia, comienza a ser perseguido por extrañas y terroríficas visiones fantasmales hasta que finalmente que se descubre en realidad estaba m…

Si, en efecto, lo habéis adivinado. Se trata de “El Carnaval de las Almas”, la obra maestra de Herk Harvey.

¿Qué…? Ah, que no estabais pensando en esa… Claro, es lógico. Esa película es casi desconocida, un clásico de los sesenta. Vosotros sin duda estabais pensando en otra formidable película mucho más actual: la maravillosa “La escalera de Jacob”, de Adrian Lyne… O no…

Bueno, luego hay otro curioso refrito de estas (y en parte de media docena más) bastante efectista llamada “El sexto sentido”. Pero yo, puestos a elegir, prefiero siempre el original a la copia…

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Porque, sí; tengo una mala noticia: si eres de los que siempre ha pensado que “El Sexto Sentido” es el culmen de la originalidad, lamento comunicarte que todo, absolutamente todo lo que valoras del argumento, incluido el final, estaba ya en “El Carnaval de las Almas”; rodado cuarenta años antes. Es más, se podría decir sin exagerar demasiado que Shyamalan hizo un remake parcial: cambio personajes, localización y desarrollo, pero, salvo por el niño, dejo intacto el núcleo argumental. La relación con “La Escalera de Jacob”, lo reconozco, es mucho más tangencial. Pero precisamente por eso la prefiero a ésta: al menos le dieron a la cuestión una estética y un enfoque totalmente distinto y no se limitaron a fusilar a Harvey.

Pero… Hablemos del niño, de la única diferencia sustancial que introduce Shyamalan. Veamos: un niño con poderes psíquicos, que ve lo que nadie más ve y que se comunica con los muertos… Eso me suena… ¡Coño!, Tony; el crío de “El Resplandor”. “El Resplandor” y unas once mil películas de “Serie B” más, claro…

Vamos, en resumen, que el secreto de Shyamalan se podría resumir en esto:

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Receta para un “peliculón” de miedo:

Tómense tres cucharadas soperas de “El Carnaval de las Almas” (principio, final, protagonista perseguido por visiones fantasmales, golpes de efecto, tratamiento y maquillaje) y añádase un buen pedazo del niño de “El Resplandor” (sin que se note demasiado el sabor a rancio). Póngase una pizca de la típica historia del fantasma que no puede descansar en paz hasta que sea haga justicia a su asesinato –de Hamlet hasta ahora ni te cuento…- y, al gusto, efectismo -cabezas reventadas, sesos al aire, vómitos…-.

Sírvase frio a un público poco resabiado, no demasiado puesto en el género.

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La película no está mal: es entretenida y muy efectiva. Y Bruce Willis, las cosas como son, está como para ponerle un piso. Pero, creedme, el Terror sobrenatural existía antes de Shyamalan.
Jinete nocturno
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10
26 de agosto de 2009
22 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro, este cabrón es el puto amo. La Hostia. Y al que no le guste, a mamarla.

Joder, Quentin, qué huevos tienes… Es para cagarse: qué diálogos, qué montaje, qué guión, qué música… Y además el puto globito de los huevos, que no se sabe si fue casualidad o lo dejaste a posta para que los hijoputas de los críticos se matasen a pajas mentales tratando de interpretar que mierda tratabas de decir.

Y es que… ¡Hay que joderse! Todavía no me explico cómo coño te las arreglaste para rodar esta maravilla con un millón y pico de dólares cuando esos maricas de Hollywood se gastan más en papel para el culo… Acojonante… Qué más da, que les follen. Tú tenías talento y una historia que contar, y eso vale más que cagar lingotes de oro. Y si encima te sacas de la manga a esos pedazo de actores, ni te cuento… Porque, salvo a Harvey Keitel, a los demás no los conocía ni Dios... Así que ya me dirás de qué putiferio sacaste a tanto tío máquina que actúa…

Bueno, que me enrollo. Cuento cinco momentos que la ponen dura y acabo... Pero, eso sí, sin revelar nada. (Quién quiera enterarse que se joda y la vea).


*La escena inicial en el restaurante -por cierto, chaval, no estoy nada de acuerdo con la mierda que dices de “Like a Virgin”; Madonna llegó virgen al matrimonio, que lo sepas-.

*Cuando el “Señor Rosa” empieza a tocar los huevos diciendo que no quiere ser el “Señor Rosa”. (Me parto el culo:"¿Crees que esto es un pleno municipal"?).

*Michael Madsen “asegurándose” de que el madero de la silla “le oye”. (Hay que ser muy hijo de puta para cortarle… Ese tío es mi ídolo. Y tras la putada que le hace a Uma en “Kill Bill”, ni te cuento…).

*El "Señor Naranja" tras el atraco. (¡La Hostia, qué escabechina!).

*La escena final con su rollito a lo Leoni. (Sólo faltan Eastwood y Van Cleef repartiendo estopa y Morricone sonando de fondo).


P.D: Oye, a ver si dejas de cascartela de una puta vez y vuelves a rodar algo como esto. Estuve viendo “Death Proof” y casi tienen que despertarme a base de hostias; mis ronquidos se oían más que el Soundround. ¡Menuda mierda! Además, ¿de dónde coño sacaste a esas zorras que salen? No tenían ni puta idea de actuar, no me jodas.

Si no, la próxima, te van a dar mucho por el culo.

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Atención: El autor de está crítica se encontraba sumido en un profundo estado de enagenación mental provocado por un consumo inmoderado de la perniciosa filmografía de Quentin Tarantino y haber escuchado 54 veces seguidas "Stuck In The Middle With You" en el momento de escribirla. Se ruega encarecidamente que no se tenga en cuenta su contenido a la hora de prejuzgar a dicho usuario de FA .
Jinete nocturno
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