Entretenida (pero no para todos los gustos) comedia francesa enmarcada en el estatus social del que más gusta reírse a los vecinos: la alta burguesía.

Una familia "bien", padre médico, madre ingeniera, tres hijos (dos de ellos adolescentes con lo que ello reporta) y una casa que es la envidia del 90% de la población está viviendo el divorcio de los padres. El problema radica en los hijos, pues, por motivos laborales, ningún progenitor los quiere, lo que hace tomar la decisión a la juez de que sean ellos mismos los que decidan.

Y tras más de media hora confusa y aburrida, empieza el espectáculo, padre y madre compiten para ver quién puede ser más odioso a los ojos de sus retoños. Algunas gamberradas están bien (spoiler), otras me parecen de mal gusto.

Y así se tiran otros casi 40 minutos, un par de momentos de pausa entre medias y preparando el final, que, hay a gente que sorprendió, pero yo me lo esperé.

Me parece entretenida, pero no más. No me parece divertida y algunos dirán que tiene un cuarto de hora que provoca vergüenza ajena, muchas veces la comedia francesa es así de provocadora.

Sobre los actores, bien, sin más, a alguno le sonará alguna cara (Les Revenants), algo exagerados al final. Los hijos, salvo el pequeño, no me transmitieron nada.

Otra película que, con una vuelta, hubiera podido haber sido mucho más divertida. En fin, esperaremos a que la burguesía francesa tenga otro zasca próximamente...