Nadie hoy en día en Europa ni en Usa, ni siquiera Sorkin, podrían realizar una "serie" con la inteligencia que lo hace este "London Spy" ; una muestra de que los restos del naufragio de los Oxford y Cambridge todavían pueden ofrecer un producto de altísima calidad y sofisticación y que lo presentan a un medio como la TV, que se ha convertido en el objeto de consumo por excelencia y que ampliamente está sobrepasando al cine. Para ello toma del viejo Hitchcock el McGuffin de una trama de espías actualizada con una historia de amor homosexual. Al modo de las "matrioskas" rusas hilvana una historia de relaciones de amor, amistad, frustraciones y dolor, que cada espectador según su nivel alcanzado en el juego, deberá desentrañar. Todos saldrán satisfechos cada uno descubrirá aspectos distintos y niveles de significación que tendrá que intentar descifrar como el "código encriptado" (otro McGuffin) de la historia. Una indagación acerca de la mentira y de la posibilidad/imposibilidad de "la verdad". Como siempre excelentes interpretaciones con mención especial a Ben Whishaw del que conocíamos su calidad por "The Hour" y su "Enrique II" de Shakespeare. Sobresaliente.