Allá por los ochenta, un joven de 25 -sí, 25- años escribió un guión y creó oficialmente un subgénero: las películas de colegas (si bien gente como William Goldman ya jugaba con ello años ha en guiones como "Dos hombres y un destino").

Y aquí estamos. Casi treinta años después. El subgénero ha sido explotado hasta la saciedad, la película es considerada un clásico...

...y a mí sigue sin emocionarme en exceso. No es mítica para un servidor. No sé por qué. Tal vez porque tal explotación del subgénero le crea a uno dèjá vu inmediato, tal vez por el simplista pero eficaz dibujo de personajes, por la pelea anticlimática bajo la lluvia o porque Donner estuvo más inspirado en "Superman".

Pero bueno...

El film es ya una leyenda. Y contra eso no se puede de luchar.